Algunos matones se rieron y uno de ellos le dio alegres palmaditas al rostro de Xia Ling. —Que pequeña tan sensata.
Xia Ling cerró su boca con asco.
La empujaron e incluso comenzaron a aprovecharse de ella. Xia Ling entrecerró los ojos.
—Más les vale comportarse. Después de esta noche, seré la esposa del Joven Amo Nan. Si se entera de que me están tratando de esta forma, no estoy segura de cómo reaccionará—dijo en un tono gélido y poniendo énfasis en cada palabra. Todos los hombres mantenían las apariencias. Sin importar la razón por la que se casó con ella, no toleraría que otros hombres la toquen.
Los rostros de los matones palidecieron y comenzaron a comportarse.
La escoltaron a un centro turístico cercano. Dentro de la villa de ladrillos rojos, había una habitación cubierta de alfombra roja y las sábanas estaban adornadas con patos mandarines. Nan Sheng la esperaba sentado en la cama vestido con un traje de novio.