Él sintió que por fin se había dado cuenta de a lo que se refería el jefe Lee, que al hermano menor un día una mujer desconocida lo iba a robar.
Era muy incómodo.
El sentimiento se volvió más y más obvio, especialmente cuando vio al joven cantar con Susu.
Aunque él se había dicho a sí mismo que no podía actuar así, que el joven no era solo suyo y que era diferente de todos los juguetes que él solía querer. Esa era una persona viva.
Aun así, Qin Mo tampoco estaba dispuesto a ver escenas similares pasar ante él. Para él, el joven era solo un estudiante de secundaria.
Él estaba en la etapa de rebeldía como un adolescente, lo que hacía que fuera fácil para él que lo atrajeran las seducciones del mundo exterior.
Como su hermano mayor, él naturalmente no podía dejar que él se perdiera.
¿Amor adolescente?
Eso era todavía más imposible.
¿Pero y si el joven de verdad conocía a alguien que le gustaba, él lo evitaría?