Hacía un tiempo, por la fuerte niebla, las clases en las escuelas primarias y secundarias en toda la ciudad Jiang estuvieron suspendidas por dos días, lo que le arruinó el reloj biológico a Fu Jiu.
Ella se sentó y bostezó perezosamente. Cuando ella giró, ya eran las ocho y diez.
Y la primera clase de ellos empezaba a las ocho y media.
Además, en la asquerosa Escuela Secundaria Número 1, una vez que alguien llegaba tarde, el tío que hacía guardia en la entrada de la escuela directamente anotaba sus nombres.
La Liga Nacional era en solo tres días.
Así que ella no podía quedar descalificada por algo tan insignificante.
Fu Jiu, rápidamente se lavó el rostro, el cual de verdad no se veía como el de una chica. Ella, de forma ágil, se puso el uniforme y, rápidamente, se movió a través del tráfico y la multitud en la patineta.
Solo faltaban diez minutos...