Club Qin.
Esa figura larga y delgada, que parecía llevar toda la luz y el brillo del mundo, acababa de entrar.
Aparte de todos los concursantes que querían ver a su Todopoderoso Qin, incluso los medios de comunicación levantaron sus cámaras.
Todo eso demostró lo popular que era Qin Mo.
No estaba en la industria del entretenimiento, pero era aún más popular que las estrellas.
Excepto Qin Mo, nadie más podría tener tal impacto.
Esa nobleza innata, que podía menospreciar todo lo demás, hacía que todos quisieran taparse la boca y gritar tan pronto como aparecía.
Sin embargo, Feng Yi y el secretario Liang sabían que el estado de ánimo de su CEO era lo suficientemente helado como para matar, especialmente después de ver la pantalla del teléfono.
No estaban seguros de lo que la otra persona respondía, pero eso hacía que sus ojos se enfriaran completamente.