Con Chen Xiaodong actuando de esa manera, a Fu Jiu le apeteció incordiarle y le dijo—: Hay algo que realmente siempre he querido hacer.
—¿Qué, qué? —preguntó ansioso Chen Xiaodong.
Fu Jiu le dio una suave sonrisa y le espetó tres palabras—: Dormir con él.
Chen Xiaodong sintió como si lo partiera un rayo y dudó…
Fu Jiu le palmeó la cara—. No más juegos de palabras conmigo, joven amo. —¿Quién dijo que yo realmente no lo haría? Pórtate bien y ve a clase.
—¡Joven amo! —Chen Xiaodong agarró el brazo de Fu Jiu—. ¡Usted debe estar bromeando!
Fu Jiu solo se sonrió y lo empujó lejos. Ya no dijo nada más.
Cada vez que Chen Xiaodong observaba a su joven amo, su corazón se desestabilizaba. «Se acabó. joven amo. Antes solo le gustaba en secreto, ahora quería dormir con él».
«¡Eso sí qué es anormal, Joven Amo Qin!»
«Si usted se acuesta con él, ¿puede estar seguro que va a sobrevivir?»
«Joven amo, ¿desde cuándo ha comenzado usted a tener pensamientos tan sucios?»
Al otro lado, Fu Jiu cruzó la avenida y chequeó las cámaras alrededor. Sus labios se curvaron.
Mientras haya Internet, ¿cómo podía ser difícil para ella averiguar quién la empujó?
Ajustando su tableta, Fu Jiu se sentó en la terraza, donde solo había unas pocas personas. Una vez que sus largos dedos se deslizaron por el teclado Bluetooth, su maravillosa técnica, le dirigió directamente hacia el Internet del centro de la escuela.
Luego de haberla hackeado, las imágenes aparecieron en la pantalla, unas tras otras. Treinta y dos imágenes en total aparecieron en diferentes pequeñas ventanas.
Hasta este momento, la tableta en manos de Fu Jiu estaba bien sincronizada con los monitores de seguridad de la escuela.
Eso significaba que cada una de las cámaras de la escuela se convertía en sus ojos.
Con el toque de la tecla «Entrar», la pantalla paró en el inicio de la escena.
Fu Jiu desenvolvió una chupeta y se la puso en la boca. Sus finos labios se levantaron y sus ojos se volvieron fríos como el hielo—. ¿Hu Siyu?, de modo que era ella…
Pero eso no era nada.
Lo que le hizo alzar las cejas fue la alarma del cortafuegos de Internet que Fu Jiu había instalado en su tableta.
¿Quién hubiese pensado que la persona que hackeó su portátil hubiese sido tan persistente?
Fu Jiu enfocó sus ojos y sus dedos se pusieron en movimiento de nuevo.
Esta vez, sus dedos eran más ofensivos que antes, como un halcón del desierto, veloz y maligno, ¡infligiendo un ataque explosivo!
¡Otro portátil quemado! Fatty estaba en la oficina de la escuela. Se sentía totalmente deprimido al observar su inutilizable ordenador. A la vez, miraba a la gente que había a su lado, con inflamada pasión en sus ojos—. CEO Qin, ¡lo atrapé! ¡Espada Z!
—¿El? —Los directivos de la escuela estaban confundidos. ¿El joven Amo Qin vino de visita? ¿Por qué estaba él buscando a alguien?
Los finos labios de Qin Mo se abrieron para decir dos palabras—: Lugar fijado.
—¡Terraza del Edificio B! ¡Acaba de hackear el Internet de la escuela! —Fatty estaba entusiasmado en extremo—. ¡Todavía debe estar allí!
Qin Mo no paró. Se levantó y se dirigió al edificio B a largas zancadas.
El joven gatuno lo siguió rápidamente, con el conejo en sus brazos, acompañado por los guardias de negro.
Los directivos no tenían ni idea de lo que acababa de suceder. Solamente escucharon a Fatty decir que alguien había hackeado el Internet y sus expresiones cambiaron por completo.
Desde lejos, los sonidos del teclado continuaron.
La larga y esbelta figura de QIn Mo estaba en la parte de abajo. Parado, con sus largas piernas y dando la espalda a la luz, su mano izquierda se posó en su cinturón. Aún vestido con su uniforme negro, levantó su cabeza y miró hacia la terraza del edificio B, y una fina capa de luz brilló en sus profundos ojos…