—¿Quién eres tú? —Duan Ling Tian se quedó sin palabras cuando escuchó a la joven.
¿Acaso este no era su lugar de cultivo?
¡Fsss! ¡Fsss!
De repente, un estallido de sonidos familiares resonó en su oído, haciendo temblar ligeramente la figura de Duan Ling Tian, y su rostro reveló una alegría salvaje. Miró a la muñeca de la joven, que era de un blanco brillante como el jade, y pudo ver dos pequeñas cabezas que sobresalían de allí. ¡Había dos pitones pequeñas!
Una de las pequeñas pitones era completamente negra, con complejas estrías doradas en su cuerpo, y en su cabeza había un solo cuerno de oro que destellaba con un resplandor helado. La otra pitón pequeña era completamente blanca, con rayas plateadas dibujadas en su cuerpo, y el único cuerno en su cabeza era de plata.
—¡Pequeña Negra! ¡Pequeña Blanca! —exclamó. El entusiasmo de Duan Ling Tian aumentó, y fue difícil aquietar su ánimo agitado. ¡Sus das pequeñas compañeras finalmente habían regresado!