Qin Ning recordó los días en que volaba de ida y vuelta entre Los Ángeles y Nueva York. Esos vuelos eran tan frecuentes que bien podría haber vivido en un avión. Ella era como Supergirl, tomando por asalto la sede de GK.
Sus días se componían de diversas reuniones, sobre novedades o resúmenes semanales; Básicamente, Qin Ning se había acostumbrado al aburrido estilo de vida ejecutivo y había pensado que su vida continuaría así.
Incluso pensó en la posibilidad de casarse con un extranjero o con uno de los ayudantes de confianza de su padre… continuaría como una poderosa ejecutiva.
Sin embargo, la aparición de Tang Chuan cambió por completo sus viejas costumbres.
Él se acercaba a ella como un matón, ni tímido ni reservado, coqueto y traspasando límites en todos los sentidos.
Él era como un libertino callejero, pero ella simplemente no tenía ningún sentimiento negativo hacia él.