—Todas las personas son diferentes, a Yu no le gustaría Huo Mian si sus valores y su personalidad no fuera tan raros... Si Huo Mian fuera una persona que cambiara de opinión como de ropa, ¿en serio piensas que nuestro amigo se habría enamorado de ella?
—Eh... parece que tienes un buen punto —murmuró Tang Chuan para sí mismo.
—Así que relájate, ¿de acuerdo? Deja de molestar a la pareja. No debe haber sido fácil para Qin Chu y Huo Mian haber estado separados por cuatro años enteros. Somos ajenos, ellos son las verdaderas víctimas. No podemos socavar el amor de Qin Chu hacia Huo Mian solo porque preferimos a Yu. Se supone que los caballeros no hacen eso.
—Nunca fui un caballero —murmuró Tang Chuan.
—Ve a hervir algo de agua y prepárale un té a Su Yu. Si sigue bebiendo, le dará un coma etílico.
—Ah... de acuerdo.