Después de escuchar la pregunta de Su Yu, Huo Mian se quedó callada durante tres segundos. Después, dijo despacio: —Aunque la verdad sea dura, es mejor que una mentira, ¿cierto? Lo siento, Su Yu, nunca me gustaste, ni siquiera un poco... Aún si Qin Chu no volvía, no iba a casarme con nadie más. No es porque no seas lo suficientemente bueno para mí, es solo porque Qin Chu ocupó mi corazón hace años, y no hay lugar en él para ti...
Huo Mian sabía que sus palabras lastimarían a Su Yu, pero en un momento como ese, no tenía otra opción. De lo contrario, a Su Yu tal vez le quedaría una pizca de esperanza.
—De acuerdo entonces... entiendo —contestó Su Yu mientras controlaba sus emociones y trataba con todas sus fuerzas de no llorar. Luego, colocó con cuidado la caja de brocado dentro del bolsillo de su traje.
—Gracias por nunca mentirme, Huo Mian. Gracias por la verdad.
Luego, volteó para marcharse...