—Está bien, ¿y luego? ¿Quién ganó? —preguntó Qin Chu casualmente.
—Hmm... bueno, gané yo. Creo que hice que tu madre se enojara mucho.
Huo Mian pensó que Qin Chu le iba a aconsejar totalmente al contrario cuando se trataba de discutir con su madre.
Pero en cambio, él dijo: —Buen trabajo, cariño.
—Hm… pero, ¿no es ella tu madre? —preguntó Huo Mian torpemente.
—Sí, y tú eres mi esposa—respondió Qin Chu de manera casual.
—¡Entonces el dicho 'los hombres olvidan a sus madres tan pronto como tienen una esposa' es verdad! —dijo Huo Mian medio en broma.