Cuando vieron la reacción de Xiao Tao, Lu Jingli intercambió una mirada con Lu Tingxiao. No dijeron nada. Sus miradas estaban tranquilas, como si lo hubieran predicho.
—¡Xiao Tao, por favor, levántate primero!
Xiao Tao agitó la cabeza con fuerza y apartó a Ling Zhizhi. Insistió en arrodillarse.
—¡No! ¡Hermana Zhizhi! ¡No me voy a levantar! Soy yo... Soy yo quien lastimó al hermano Xi... Fui yo quien hizo que el hermano Xi se convirtiera en esto... El hermano Xi ha sido tan buena conmigo, pero yo la hice así...
—Xiao Tao, por favor, cálmate. ¿Qué está pasando? —La expresión de Ling Zhizhi ahora era aún más solemne.
Xiao Tao permaneció muy emocionada y no paraba de repetir: