Después de asignar roles a todos, hicieron su juramento en voz alta según la solicitud de Roland.
Esta fue la primera vez que los funcionarios tuvieron que pasar por ese proceso. Sin embargo, tan sorprendidos como estaban, aún seguían las órdenes de su Rey sin demora, con el pecho en alto.
El juramento en sí no fue nada especial: "Leal al rey, dedicado a su deber". Estas fueron las palabras que dijeron todos los funcionarios, pero pronunciadas en voz alta en una ocasión formal frente a una multitud, tuvo un efecto dramáticamente diferente. Estas palabras parecían haber cobrado vida y reverberaban en la mente de todos.
Roland supo entonces que se estaban uniendo lentamente como uno solo.