—¡Contaré contigo entonces, Hermano Luo!
Zhang Xuan no estaba familiarizado con el Santuario de los Sabios, lo que le dificultaba encontrar su camino. Al escuchar la declaración de confianza de Luo Xuanqing, los ojos de Zhang Xuan se iluminaron inmediatamente.
Si alguien le mostrara los alrededores, se libraría de muchos problemas. Además, estaba más que dispuesto a golpear a Zhang Chun, por no mencionar el hecho de que el tipo todavía le debía bastantes piedras espirituales cumbre. Habían pasado unos días desde entonces, así que ya era hora de que cobrara la deuda.