—Mientras puedas hacer algo por mí, no será imposible darte el núcleo de madera de Fénix.
Con tales pensamientos en mente, JiangQingqin recuperó su confianza.
—¿Oh? —Curioso por saber por qué la otra parte había cambiado repentinamente de opinión, Zhang Xuan se giró para mirarle.
—Actualmente, mi interpretación de la cítara sólo puede atraer a seis grullas. Si puedes ayudarme a alcanzar el Alcance de las Siete Grullas en las próximas dos horas, puedo darte el Núcleo de Madera de Fénix gratis —dijo JiangQingqin revelando su motivo.
—¿Seis grullas? ¿Alcance de Siete Grullas? ¿Qué son esos? —Zhang Xuan estaba desconcertado por esos términos extraños.
Nunca antes había tenido contacto con ningún libro de sintonizador demoníaco, y la otra parte usaba jerga profesional específica de la ocupación, por lo que no podía entenderlo en absoluto.
—¿No lo sabes?