—No me importa estar tumbado en el hospital si me sigues tratando así de bien.
—Será mejor que no. No quiero ver cuán cabezota eres. —Lu Zhaoyang puso los ojos en blanco.
No quería ver a Huo Yunting lastimado. Él podría ser más bajo que el vientre de una serpiente, pero nunca la había maltratado desde su matrimonio. En cambio, ella era la acosadora. Y solo ella podía intimidarlo.
Huo Yunting la miró de arriba abajo. Parecía estar en buena forma y no estaba excesivamente asustada.
—Tienes que cuidarme; soy tu cónyuge legal. —Había decidido aprovechar su lesión y hacer que ella pasara más tiempo con él.
—¿Por qué no dices que estoy en deuda contigo?
Ella probó la sopa de pollo y la encontró buena. Luego la acercó a los labios de Huo Yunting para que la bebiera. Sabía que ella se sentía en deuda, pero no quería hablar de eso ahora.