Con la boca entreabierta, Nora miró a Justin con asombro.
El hombre era muy alto, y medía algo más de 190 cm. Vestía un traje negro a medida que resaltaba sus largas piernas.
Las lujosas luces del hotel bañaban su rostro inexpresivo, haciendo que sus rasgos faciales parecieran etéreos y refinados con un contorno firme, desprendiendo una sensación de altivez.
Sin embargo, su lunar en el rabillo del ojo fusionaba a la fuerza su atractivo y su actitud fría, añadiendo una sensación de sobriedad a su persona.
El niño que llevaba en brazos también llevaba un traje. Estaba apoyado en el hombro del hombre y había enterrado la cabeza en él para ocultar su aspecto, a fin de evitar que los medios de comunicación le hicieran fotos en secreto y expusieran información sobre él.
Por desgracia, ella no estaba de humor para apreciar lo guapo que era.