Chapitre 4: Capítulo 3 - Camino a Baerlon
Cuando llegamos al pueblo Tam estaba inconsciente pero aún se mantenía con vida, verlo en tan malas condiciones me enoja como pocas cosas lo pueden hacer. Sabía que el ataque iba a ocurrir, creí que todo saldría bien, pero aun así no pude evitar que Tam fuera herido.
Me preocupa que de alguna forma el mundo esté empeñado en que ciertos eventos ocurran, pero recordé que ROB me dijo que no existían cosas como un destino grabado en piedra.
El pueblo también había sido atacado, pero el daño había sido poco, solo un par de casas quemadas y nadie había muerto. Gracias a la presencia de Moraine y Lan que habían luchado para proteger el pueblo. Maese al'Vere rápido me brindó una habitación para que Tam descansara y le pidió ayuda a Moraine.
Cuando hubo terminado, Moraine declaró que estaba fuera de peligro, pero necesitaría unas semanas de descanso para recuperarse, por ahora se encontraba dormido. Le agradecí de todo corazón a la Aes Sedai por la ayuda y me quedé al lado de Tam por un rato.
Luego de dejar a Tam descansando me fui a cerciorarme que los chicos no se hubiesen lastimado de ninguna manera, ya sé que no hubieron muertos ni nada por el estilo, pero tampoco es como si tuviera mucho que hacer. No tardó mucho para que todos nos hubiéramos reunidos y pude escuchar todo lo que había pasado durante el ataque de los trollocs.
Ya avanzada la noche la Aes Sedai se acercó a mí, sabía lo que pretendía, pero es necesario continuar actuando así que pretendí sentir curiosidad por lo que tenía que decir.
Moraine: Te importa si me siento a tu lado, me gustaría tener una charla contigo. – me dijo cuando estuvo cerca de mí.
Rand: Por favor, siempre es placentero la compañía de una bella mujer, además me siento agradecido de que esté en el pueblo. He escuchado de vuestras hazañas esta noche junto a su guardián. Y una vez más permítame agradecerle por ayudar a mi padre. – el joven hizo una pequeña reverencia como muestra de agradecimiento.
Moraine estaba sorprendida al ver la facilidad con la que Rand hablaba con ella, muy diferente al resto del pueblo una vez que supieron que era una Aes Sedai.
Moraine: Solo hice mi trabajo luchando contra la sombra, ya me has agradecido suficiente por ayudar a tu padre y muchas gracias por el cumplido. Eres diferente al resto.
Rand: ¿Por qué lo dice? – 'obvio que lo soy' pensé.
Moraine: No muestras el mismo recelo que el resto de los habitantes del pueblo.
Rand: Pensé que si nos quisiera hacer daño no se habría tomado la molestia de ayudarnos. A menos que pretenda obtener algo a cambio.
Las últimas palabras de Rand hicieron que Moraine soltara un suspiro.
Moraine: Nada de eso, ayudé porque estaba dentro de mis posibilidades y no necesito justificación alguna para luchar contra la sombra. Ahora vayamos al tema que quería hablar contigo.
Solo esperé en silencio a que continuara. Moraine comenzó a explicar cómo solo unas selectas granjas habían sido atacadas y que el objetivo de los trollocs eran Perrin, Mat y yo. Traté de ser los más escéptico posible mientras ella insistía en la importancia de abandonar el pueblo y dirigirnos hacia Tar Valon.
Finalmente acepté con el pretexto de que siempre he querido viajar por el mundo y le dije que me reuniría con ella una vez que me despidiera de mi padre. Cuando vi que iba a protestar y pedirme que no divulgara la información le dije que eso estaba fuera de discusión y me marché en dirección a la posada.
Fue una suerte que Tam ya había despertado cuando llegué a la posada. Al principio no quiso aceptar que yo tuviera que marcharme, pero de alguna forma logré convencerlo, tal vez era por el hecho de ser ta'veren que todo parecía solucionarse de alguna manera.
Tam: Muy bien, pero una vez que me recupere te alcanzaré en Tar Valon.
Rand: No, debes quedarte aquí no sabemos si realmente no ocurrirán otros ataques, si es así te necesitaran. No temas puedo protegerme. Además, teniéndote aquí tengo un motivo para regresar cuanto antes.
Tam: Entiendo, confío en ti, eres mi hijo después de todo. Toma mi espada contigo es posible que la necesites más que yo. Eres un joven bien avispado, pero siempre recuerda ser cauteloso con las personas fuera de Campo de Emond, a veces pueden ser más peligrosas que los mismo trollocs.
Rand: Descuida sabes que soy de naturaleza desconfiada. Ahora me tengo que ir, ya deben estar esperando por mí. Recuerda mantenerte saludable, tal vez cuando vuelva traiga conmigo una bella mujer. Deberías aprovechar este tiempo y buscar una para ti, hay un par de señoras que estaría más que dispuestas.
Tam: Jajajaja, creo que no estaría mal. Tal vez tengas razón y lo intente. Cuídate mucho y regresa sano y salvo, es lo único que deseo.
Después de despedirme de Tam me dirigí al granero dónde había acordado con Moraine que nos encontraríamos. Cuando llegué Mat y Perrin ya estaban ahí, nos pusimos al día y antes de que fuéramos a marcharnos Egwene y Thom aparecieron decididos a ir con nosotros. Lan no estaba de acuerdo con llevar a Egwene, pero con la intervención de Moraine terminó por aceptar.
[TERCERA PERSONA POV]
La marcha era rápida y silenciosa, todos estaban temerosos, incluso Rand, ninguno de sus deseos era garantía para no morir. Rand se acercó a Egwene.
Rand: Oye chica terca.
Egwene: ¿Acaso tú también vas a decirme que estoy cometiendo una estupidez? – lo dijo con enojo.
Rand: No, te llamo terca porque así es como eres. – el rostro de Egwene era frío – ¿Quería preguntarte, qué esperas lograr en este viaje, en serio solo quieres ver el mundo? Si es así había mejores alternativas que marcharse con un grupo perseguido por trollocs.
Egwene se quedó pensando por un momento, no se esperaba este tipo de preguntas.
Egwene: No quiero que mi vida sea solo la de una campesina de un lejano pueblo. Siento que hay mucho más para mí. Moraine dice que puedo tener talento para ser una Aes Sedai. Además, que mejor compañía podría tener para viajar.
Rand: Oh, con que ese es el verdadero motivo. Quieres ser una Aes Sedai. – se quedó pensando en que decir a continuación – Sabes, creo que serás una gran Aes Sedai, al menos me hubiera gustado pasar una noche contigo antes de que nuestros caminos se separen.
Cuando Egwene escuchó lo que dijo Rand se quedó con la boca abierta. Él en ocasiones era bromista, pero nunca le había dicho algo tan explícito. ¿Y a qué se refería con "antes de que nuestros caminos se separen"? Ella iba a preguntarle, pero al final decidió ignorar sus palabras.
Así la marcha continuó y durante el viaje tuvieron un encuentro con un pequeño grupo de trollocs de los que Moraine y Lan dispusieron rápidamente.
Aunque habían derrotado a un grupo de trollocs aún había más enemigos detrás de ellos y un Draghkar se había unido en su persecución. De esta forma, constantemente perseguidos, los 7 viajeros llegaron a la ciudad de Baerlon donde pudieron encontrar cobijo en una posada, una posada a la que Rand estaba deseoso de llegar.
Los jóvenes estaban sorprendidos al ver la ciudad, incluso Rand, desde que había llegado a este mundo había estado viviendo en Dos Ríos por lo que el cambio de escenario también había tenido impacto sobre él.
El viaje había sido agotador por lo que no perdieron tiempo y se dirigieron a una posada que era conocida por Moraine y Lan, El Siervo y el León dirigida por maese Fitch. La noche ya comenzaba a caer así que una vez que tuvieron los cuartos reservados decidieron tomar la cena la cual fue bien recibida después de estar por un tiempo a base de migajas.
En una ocasión Rand escuchó a Moraine preguntarle al posadero si Min se encontraba en la ciudad y este lo afirmó, dejando que una sonrisa se mostrara en su rostro.
Después de un tiempo con la excepción de Lan todos se fueron a dormir debido al agotamiento, el guardián daría una vuelta por los alrededores solo para ser precavido. En medio de la madrugada Rand comenzó a tener el peor sueño que había tenido en sus 2 vidas.
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