Recordó sus experiencias de los últimos doscientos milenios. Todo había comenzado bien. Siendo el Preceptor Estatal de un reino pequeño, disfrutó de un estatus elevado. Se había hecho más ambicioso y pronto descubrió un reino más poderoso que necesitaba un Preceptor Estatal. El reino le extendió una invitación sincera, misma que había aceptado. Años después, otro reino aun más poderoso que necesitaba un Preceptor Estatal lo invitó a unirse a ellos..
En ese momento seguía teniendo grandes ambiciones, por lo que fue con ellos. Cada vez que se convertía en el Preceptor Estatal de un nuevo reino, al poco tiempo encontraría un reino aún más poderoso en búsqueda de un Preceptor Estatal. El ciclo se repitió. Había hecho lo mismo por los últimos doscientos milenios. Ni siquiera podía recordar de cuantos reinos había sido el Preceptor Estatal.