—Los esclavos de Verhen no son una amenaza. No pueden ser más fuertes de lo que él es y su equipo no es nada comparado conmigo. Los usaré como cobertura para acercarme. Comparten la misma firma de energía de Verhen, así que no me verá venir. —La glaive maldita encogió de hombros ante la marea entrante.
Valia estaba al frente de la carga y su presencia hizo que Mirador de Estrellas frunciera el ceño de su anfitrión. No solo el Demonio había vuelto a tener seis ojos, sino que su equipo estaba completo de nuevo.
—Eso no es solo equipo similar. La lanza que lleva y la armadura que viste son idénticas en forma y encantamientos a las que destruí hace unos momentos. ¿Quién estaría tan loco como para crear más de un conjunto para un simple esclavo? —Se preguntó.