Chapitre 90: Capítulo 90 – Escogiendo un objeto

Cada vez que intentaba agarrar esta espada esta me lastimaba la mano. Parecía que no quería ser empuñada por mí.

¿Talvez este sea un objeto como Leila?

Hablando de Leila me empecé a preguntar si había visto ese orbe.

Leo: ¿Vistes el orbe?

Leila: ¿Qué orbe?

La respuesta de Leila me dejó sin palabras. Esto era completamente extraño. ¿Cómo podía ser que Leila no viera el orbe si estábamos unidos?

Leo: Revisa mis recuerdos de los últimos 5 min.

Aparecieron signos de interrogación en la mirada de Leila, pero no refutó mi pedido y en su lugar se puso a revisarlos. Cuando termino me dijo.

Leila: ¿¡Que es esa cosa!? No está en tu mar del alma, ya lo revisé a fondo.

Las palabras de Leila hicieron que olvidara el tema de la espada del amanecer. Era mucho más importante saber que era esa cosa. No me produjo cambios por lo que decidí dejarlo de lado de momento no tenía tiempo para eso ahora. El tiempo se acababa y necesitaba escoger un objeto. Solo quedaban la pluma del fénix y el libro de hechizos.

Leila: Deberías de escoger la espada o la pluma de fénix. La pluma de fénix tiene varios usos. Como antepasado de todas las aves el fénix se considera una de las criaturas primordiales. En mi se registran muchos usos para esa pluma. Si quieres aprender magia esta pluma te ayudará mucho a aumentar tu afinidad elemental.

Escuchando las palabras de Leila decidí llevarme la pluma. La espada era poderosa pero no parecía obedecer en lo absoluto. A lo mejor era un artefacto como Leila por lo que escogía a su dueño y posiblemente tiene un ego.

Una vez agarré la pluma una pantalla apareció sobre mí.

Sistema: El usuario ha escogido su recompensa por lo que será transportado.

Mi visión cambio y con ello volví a ver un paisaje moderno. Muebles cómodos, alfombras, televisores, luces, aunque están apagadas. En una esquina estaba Daniel siendo consolado por Julia, Diana, Alejandra, Melissa, Claudia e incluso Kitty que tenía su pata sobre su espalda.

Daniel estaba encorvado y agachado mientras sostenía una moneda con ambas manos y lágrimas de sangre caían de su rostro. Los demás parecían contentos por sus ganancias por lo que me vi tentado a preguntar.

Leo: ¿Cómo les fue?

Al escuchar mi voz todas voltearon a verme y se acercaron a excepción de Daniel que ahora lloraba con más intensidad.

Julia: Conseguimos buenos objetos.

Julia me mostró su ganancia que consistía en una esfera. Miré a Julia perplejo y comenzó a hablar.

Julia: El sistema dice que es un orbe de habilidad. La escogí porque está relacionada con mi clase. La habilidad se llama herencia sanguínea. Permite al usuario adquirir habilidades que se transmiten a través de una línea de sangre. Se complementa con mi habilidad fortalecimiento sanguíneo. El sistema dice que no es compatible con humanos, pero mi clase es especial por lo que la puedo adquirir.

Sin permitirme decir nada Julia apretó la esfera convirtiéndose en humo rojo que entró a su cuerpo. Esto la puso muy contenta y manifestó su deseo de salir a pelear mañana. Era de noche y casi no teníamos iluminación. Si no fuera por la lampara a baterías que posiblemente sacó Julia estaríamos a oscuras.

Diana: *COF *COF

Diana nos interrumpió empujando a Julia hacia un lado y mostrándome un collar con una forma muy peculiar. La cuerda del collar era de alguna especie de cuerda de origen vegetal, lo que destacaba de este colgante era la piedra preciosa que sostenía y los pequeños huesos miniatura que mantenían a la gema unida a la cuerda.

Diana: Julia nos enseñó a evaluarlos con el sistema. Se llama collar de los caídos. Este collar permite generar una barrera. Se puede usar tres veces al día. Sin embargo, tiene un costo. Necesito sacrificar tres criaturas al collar. Cada sacrificio es un uso.

Esta función me pareció interesante. Lo que le falta a Diana ahora mismo es una manera de defenderse y este collar le permitiría mantenerse a salvo. Felicité a Diana dándole unas palmaditas en su cabeza y diciéndole que no se preocupara y que mañana nos encargaríamos de llenar los usos del collar.

Siguiendo esta especie de presentaciones Alejandra continúo mostrándome una rama de un árbol curvado en su punta. Lucía extremadamente orgullosa por ello. Para mi lucía como una rama de árbol normal.

Alejandra: Este artículo se llama bastón del druida y permite a su portador amplificar los hechizos elementales. ¡Ahora seré muy útil en batallas!

Alejandra empezó a reírse haciendo que Melissa se enojara y la empujara.

Melissa: Yo conseguí esta varita mágica.

Melissa me mostro lo que parecía ser un trozo de madera esculpido con intricados patrones. Me recordaba mucho a las varitas que usaban los magos.

Melissa: Según Julia hace mis hechizos más fuertes.

Melissa me miró con suficiencia. Parece que las costumbres de Alejandra empezaron a afectarla. Esto era algo preocupante. No quería ver a mi hermanita con una mirada altiva riendo como noble y usando vestidos acampanados mientras sostiene un abanico.

Aparté mi mirada y me agaché para ver a Kitty quien sostenía una piedra ovalada. Luego de que la vi supe que era una piedra mágica de alto grado. Sin darme oportunidad se la comió en el acto. Siendo sinceros quería quitársela. Probablemente sintió mis intenciones y se la comió de golpe para evitar eso. Kitty se merecía su recompensa por lo que no dije nada y simplemente la acaricié y la recogí en mis brazos.

Ahora solo quedaba Claudia. El nerviosismo era visible en su rostro. Desde su espalda sacó una gema brillante del porte de una manzana. Mirando esto al principio pensé que era una piedra mágica por lo que activé el ojo de la verdad solo para verificar.

Sistema: Una piedra preciosa común y corriente.

Al ver la descripción no pude evitar llevar mi mano sobre mi cara. Claudia había cometido el mismo error que Daniel. Esto era inaudito. En este mundo estas cosas ya no tienen valor y la comida era mucho más valiosa. Recoger una gema como esta era lo mismo que recoger una piedra al costado del camino.

Claudia: ¿No te gustó?...

Claudia puso cara de cachorro triste haciéndome difícil reprenderla. Simplemente suspiré y busqué una excusa para cambiar de tema.