—Gao Tian, ¿qué—qué haces aquí? —balbuceó, sorprendida de verlo allí.
El ceño de Gao Tian estaba fruncido mientras observaba sus manos —¿Por qué tiemblan tus manos? ¿Xia Mingzhou te hizo algo?
Jiang Xiu negó con la cabeza, desconcertada —No, yo... no puedo creer lo que acabo de hacer.
Gao Tian estaba confundido por sus palabras —¿Qué has hecho?
—Le dije a Xia Mingzhou que no era bonita ni inteligente. ¿Crees que fue demasiado? —preguntó preocupada Jiang Xiu.
Ella jamás había pronunciado esas palabras antes. Ahora que lo había hecho, no podía discernir si se sentía nerviosa por haber dicho algo tan cruel o porque finalmente había confrontado a Xia Mingzhou con esas palabras.
Gao Tian estaba boquiabierto con su declaración.
—¿Eso es lo que le preocupaba? —Observando su expresión nerviosa, no pudo evitar frotarse la frente incrédulo.
Al percibir su reacción, Jiang Xiu se sintió aún más ansiosa, preguntándose si había cruzado un límite.