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Una mansión enorme y lujosa, custodiada por un enorme jardín que rodeaba la mansión y protegida por muros de varios metros de altura. En el interior de una de los cientos de habitaciones. Se encontraba una mujer de cabellos largo salvaje, de expresión severa y despiadada, ahora convertida en una de dolor y esfuerzo. dicha mujer se encontraba echada en una cama enorme y acompañada de una partera y su esposo, Rodolphus Lestrange, un hombre de aspecto imponente y severo que mantenía su vista sobre su esposa, Bellatrix Lestrange, mas específicamente en su enorme panza y la partera que la ayudaba en la labor de parto.
-Vamos, ya casi, siga pujando- indico la partera mientras ayudaba al pequeño bebe a salir del vientre de la madre.
Mientras tanto su esposo solo la miraba con expresión severa y pensativa.
~Solo es la continuación de mi linaje, a ella le da tanto asco como a mi~
Se repetía a si mismo.
-Ya casi madam lestrange, ya veo la cabeza, puje una vez mas- indico con prisa la partera.
La futura madre dio un esfuerzo mas y pronto se escucho un llanto que se escucho por toda la habitacion.
-Bien, muy bien, mi señora, es un varón, un varón- hablo mientras cortaba el cordón umbilical del bebe para luego secarlo y envolverlo en mantas.
Luego de envolver al pequeño bebe que aun seguía llorando se acerco a la madre para que pudiera abrazarlo, porque bien sabia que para los bebes era importante el contacto con la madre tan pronto como se pudiera.
Un destello verde la impacto antes de acercarse mas a la cama donde se encontraba la madre, el bebe que caía entonces floto sobre el cadaver de la partera, lloro con mas fuerza por la sensación de caída y la falta de contacto.
-Ya no nos sirves, maldita sangre sucia- dijo fríamente mientras guardaba su varita, rodolphus.
Ignorando los llantos del bebe ser acerco hacia su esposa y noto como esta se quedaba viendo el bulto flotante con asco y rechazo.
-Termino este sufrimiento al fin- dijo con la misma frialdad que la de su esposo.
Rodolphus entonces le acerco una poción, que ella arrebato de un tirón y de un trago se la tomo, y a simple vista se noto como su aspecto pálido y cansado, iba menguando.
Luego de un par de minutos extendió su mano hacia su varita que se encontraba en un mueble al lado de la cama y agitándola de deshizo de la ropa que llevaba y con otra agitación de varita un nuevo par de prendas salió volando hacia ella desde el ropero al final de la habitacion, en cuestión de segundo se hubo cambiado y junto a su esposo se quedaron contemplando al bebe con el rostro rojo por el esfuerzo de llorar durante tanto tiempo.
-Haz que eso se calle- dijo con disgusto bellatrix.
~solo es la continuación de mi linaje~
-Tilly- llamo radolphus y la puerta de la habitacion se abrió dando paso a una pequeña elfa domestica de apenas unos 80 centímetros de alto, de orejas puntiagudas como de murciélago y larga nariz se acercara unos pasos para luego inclinarse tanto que su nariz toco el suelo.
-Si amo rodolphus, ama lestrange- dijo servicialmente.
-Cuida de esto, ahora es tu responsabilidad, y cuídalo bien o desearas no haber puesto tu horrible pie en esta mansión- amenazo con dureza, mientras flotaba el bulto hacia la elfa, quien con cuidado sujeto al bebe con sus delgados brazos.
El llanto del bebe se detuvo al entrar en los brazos de la elfa, ya sea por cansancio o por recuperar el sentimiento de seguridad.
-Que esperas, vete ahora. tilly- ordeno el esposo, pero para su sorpresa, la elfa no se movió.
-Mi amo, cual es su nombre, el bebe debe tener un nombre- dijo con la voz apagada y con miedo.
Parecía que habia insultado a todos los miembros de ambas familias porque, tilly noto como se oscurecía el rostro de ambos padres.
-Crucio- dijo bellatrix mientras apuntaba con su varita a la elfa.
-Te atreves a darme ordenes a mi, maldita elfa. recuerda tu lugar- vocifero el esposo, mientras veía a la elfa retorcerse con el bebe aun en brazos, pero negándose a soltarlo y manteniéndose de pie, ya acostumbrada a la maldición.
La tortura duro apenas un minuto tanto por el cansancio de la autora como por que pudo decidirse al fin.
-Regil, Regil Lestrange, ese será su nombre, mi familia nombra a sus integrantes con nombres de estrellas, se merece ese derecho. Al menos por obligación de mis padres- finalizo incorporándose con un poco de dificultad.
-Ahora vete y cuida del niño, tilly, te lo ordeno- dijo acercándose a su esposa.
-Y tu?!, no creas que posees algún derecho sobre mi, ambos sabemos que únicamente lo hicimos para preservar nuestro linaje de sangre pura- señalo con su dedo a rodolphus, enojada.
-No creas que esto me agrada mas que a ti bellatrix, solo es la continuación de mi linaje- al terminar de decir eso, hubo un chasquido y desapareció, luego hubo otro chasquido y la mujer también desapareció.
Dejando a la elfa aun de pie en la habitacion y el rostro aun apretado por la maldición cruciatus, se esforzó por sonreír al pequeño bebe que la miraba fijamente.
-Tranquilo, mi pequeño amo. tilly, te protegerá. Vamos, pequeño amo, te preparare un biberón para saciar tu hambre- y acunando al bebe para que se calmara se marcho de la habitacion.
~Donde estoy?, Regil Lestrange?~ pensó para si mismo el bebe procesando la nueva información.
Su nombre anterior era William Jones y era un hombre de 33 años que murió asesinado en prisión luego de ayudar a una mujer que se encontraba discutiendo con un hombre en un callejón.
el hombre se encontraba discutiendo a gritos con la mujer, pero sin prestar atención y creyendo que el hombre era un ladrón, se lanzo contra el desconocido y lo derribo, para su sorpresa, sintió como le golpeaban la espalda.
girándose noto como la mujer lo atacaba con su bolso.
-Eh?, cálmate, solo te estoy ayudando- intento razonar con la mujer mientras aun contenía al sujeto contra el suelo.
-Quítate de encima de mi novio- grito la mujer.
En eso una patrulla se estaciono afuera del callejón y de el bajaron 2 oficiales con sus linternas apuntando al trio.
-Cálmense, que ocurre aquí?, nos llamaron por disturbios- pregunto el oficial.
-Si, yo vi a este hombre-- - empezó william pero la mujer lo interrumpió.
-Este hombre esta atacando a mi novio, por favor sálvenlo- dijo con lagrimas corriendo por su rostro.
-Señor, aléjese de el, ahora- ordeno el oficial, mientras su pareja lo rodeaba para evitar que escapara.
-Que?!, no, no es cierto, oficial, ellos se encontraban discutiendo en el callejón, solo intentaba ayudar a la mujer- pero sus suplicas cayeron en oídos sordos, lo esposaron y lo llevaron a la jefatura.
Donde la pareja declaro en su contra, parecía que la discusión nunca ocurrió. Fue declarado culpable de asalto y ataque. Sentenciado de 10 meses de prisión, parece que el padre del hombre que ataco era hijo de un abogado con contactos en el departamento de policía, porque el proceso fue rápido y simple.
Creyó que la habia tenido fácil, solo le dieron 10 meses pero ya en prisión su vida no fue fácil, desde que llego lo llamaron violador, pedófilo, la primera semana que llego lo golpearon tanto que paso 2 meses en la enfermería. lo cambiaron a otro pabellón pero aun así, el trato que recibía de los guardias no fue diferente, tratándolo igual que los peores presos, golpeándolo cuando querían y aveces encerrándolo en su celda durante días, solo por que si, solo lo dejaban salir cuando lo encontraban desmayado de hambre y apenas le dejaban comer lo suficiente antes de arrojar su bandeja al suelo.
Así fue durante 9 meses y cuando faltaba varios días para que saliera, lo cambiaron nuevamente a su pabellón anterior.
Una semana antes de salir, recibió un visita, era el sujeto de aquel callejón, nunca olvidaría su rostro.
-Hola William, no?, como te va tu vida en prisión- se burlo el sujeto que vestía una camisa de seda y gafas para sol con marco dorado, el mismo aspecto de niño mimado que hace casi un año.
-Tu. por ti estoy aquí. Espera que salga de aquí y juro que te pondré las manos encima- respondió con odio a través del teléfono
-No, mi amigo en eso te equivocas, tu no saldrás de aquí- se rio con la boca abierta y salpicando saliva sobre el vidrio que los separaba.
-si mi familia se entera de que algo me paso, no descansarían hasta llevarte a prisión, les escribí carta sobre lo que paso en realidad- respondió.
- Hahahahaha, familia?, esa estuvo bueno, idiota. Tu no tienes familia, se todo sobre ti, huérfano de nacimiento, un don nadie, trabajabas en el sótano como digitador de una empresa de quinta, estas solo mi amigo- se burlo captando la mentira del prisionero.
Se rio aun mas cuando lo vio levantarse y golpear el vidrio con sus puños en un intento inútil de alcanzarlo
-Eso te enseñara a no meterte donde no te llaman- grito lo suficiente para que lo escuchara mientras era arrastrado por los guardias hacia las celdas.
-Tranquilo viejo, que tienes una cita- dijo un guardia mientras le daba un golpe con el bastón en su estomago.
soltando en la entrada del pasadizo de las celdas william noto un grupo de 5 personas reunidas afuera de su celda.
~Mierda, hasta aquí llego~ dijo resignado.
Tomando uno de sus últimos suspiros camino lentamente hasta su celda donde los reos, lo vieron acercarse y empezaron a sacar cuchillos artesanales de sus pantalones y lo miraban con sonrisas siniestras en sus rostros.
A 10 pasos de su celda, de pronto william acelero todo lo que sus delgadas piernas pudieran y se estrello contra el grupo de personas, derribandolos. Arrebo un cuchillo de las manos de sus asesinos empezó a pelear contra ellos, apuñalando a diestra y siniestra, hasta que sintió que unas manos lo sujetaban del cabello y su camisa anaranjada y lo alejaban lejos de la bola sangrante de reos. Le empezaron a patear con fuerza.
~Así que esto es justica~ dijo con burla mientras sus ojos se apagaban.
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-AAHHHHH- grito William mientras se levantaban con un sobresalto, los recuerdos de su asesinato se repetían en su cabeza.
Mirando al rededor buscando a los reos para seguir peleando con las fuerzas que le quedaban, noto como se encontraba en otro lugar. estaba en una pradera verde, extensa hasta donde alcanzaba la vista, bajo sus pies desnudo sintió el pasto y sobre su piel, el tierno calor del sol.
-Hahahahaha- riéndose se dejo caer sobre el pasto y disfruto de la sensación, parecía que no habia vista la luz del sol ni sentido el pasto en décadas, y ahí se quedo un par de horas, hasta que una voz lo llamo.
-William pequeño, se que te gusta la sensación pero debes levantarte para seguir avanzando- oyó una voz a su costado.
Poniéndose de pie, vio a un hombre de aspecto sereno y amable tomando una taza de te sobre una mesa de mármol blanca que no sabia en que momento habia llegado.
-Hola- dijo con una sonrisa calmada.
-Ho, veo que ya sabes quien soy- sonrió amablemente.
-Si, ya lo se, estoy muerto no es asi?- dijo mientras enfocaba la vista en el horizonte disfrutando la hermosa vista.
-Así es pequeño, pero tranquilo, te daré otra oportunidad- ofreció.
-Solo así?, porque yo?- pregunto.
-Y porque no tu?, ustedes los humanos siempre son tan complicados, solo deja que este viejo te ayuda porque así lo desea- dijo poniéndose de pie y acercándose a el.
-Yo solo intentaba ayudar, creí que la mujer estaba en peligro y fui a ayudarla, yo no sabia enserio- dijo rápidamente.
-Lo se, te creo- dijo con una sonrisa comprensiva.
-Yo enserio no sabia nada, solo quería ayudar- dijo nuevamente mientras rompía en llanto - Solo quería ayudar- repitió.
-Lo se, te creo, muchacho- dijo abrazando a William que seguía llorando.
Su llanto duro lo suficiente como para poder respirar y no sentir la sensación de impotencia que le pesaba en prisión.
-Enserio, gracias Dios- hablo mientras lo miraba a los ojos.
-Tranquilo muchacho, eres una buena persona, y descuida que los malos siempre obtiene su merecido- consoló.
-A donde iré?- pregunto.
-A donde tus libros favoritos, por supuesto. creo que te lo mereces- declaro.
-Puedo recordar esto?, mi vida pasada me refiero- solicito.
-Recordaras tu vida pasada pero no a mi, no es correcto- respondió y dio un fuerte aplauso que lo derribo, mientras caía noto como lo que le rodeaba cambiaba, se formaban paredes a su alrededor y veía como caía en brazos de un ser de rostro pequeño, grandes ojos, orejas largas y una larga nariz.
-Todo va a estar bien, amo Regil, toma, aquí- hablo la elfa domestica mientras le colocaba el biberón en los labios.
Luego de terminar el biberón la elfa lo puso sobre su hombro y le dio palmaditas sobre espalda para que eructara. Luego lo llevo hacia otra habitacion donde habia una cuna con barrotes de madera.
~Mi nombre es Regil~ pensó mientras era consumido por los brazos de Morfeo.
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