Mientras Shi Feng y Absolute Heaven estaban ocupados con su apuesta, una sangrienta tormenta barrió el pueblo Arroyo.
Originalmente, más de mil Nombres Rojos habían residido allí. Sin embargo, después de ser sacrificados por los cuarenta guardias PNJs y la brigada de 100 hombres de Cero Alas, quedaban menos de 200 Nombres Rojos. Ya no poseían la arrogancia de antes. En cambio, todos corrían y se dispersaban en todas las direcciones.
Antes del inicio de la cruzada de Cero Alas, esos Nombres Rojos siempre habían sido los que mataban y saqueaban el equipamiento de otros jugadores. Al hacerlo, no solo ganaban una fortuna, sino que también disfrutaban observando las expresiones de miedo y falta de voluntad de los jugadores que mataban. Esos tiempos eran simplemente maravillosos, y su éxito continuo solo los alentaba a viajar más lejos en ese camino de Nombres Rojos.