Tiene cabello dorado, como si hubiera robado un sol y teñido su cabello con sus rayos.
Sus ojos eran negros pero tenían tal brillo que era de color dorado. Aparte de esto, su rostro parecía muy normal, como cualquier persona común que uno encontraría en la calle y olvidaría sus identidades.
William frunció el ceño. Nunca esperó encontrarse con alguien que William no reconocería su familia o clan en la academia.
—Era un porteador pero fui aceptado oficialmente en la academia recientemente.
—¿Qué tan recientemente? —Este discípulo parecía no creer en las palabras de William—. Acabo de revisar la lista de nuestros nuevos discípulos esta mañana y nunca escuché de alguien como tú.
—¡Nuestro joven maestro fue nombrado por el director mismo hace solo unos días! —y en ese punto, Tina no pudo evitar hablar con un tono infantil, fuerte y gracioso.