—¡¿Qué estás haciendo?! ¡Suéltame! —Becky gritaba, se agitaba con brazos y piernas mientras Tina la levantaba del suelo.
—¿Entonces dime qué estabas haciendo? ¿Por qué intentas acercarte a mi esposo? —La voz de Tina era fría. No le importaba cuando Blake traía a una chica a casa ya que confiaba en su habilidad para juzgar a las personas, pero eso no significaba que iba a permitir que cualquier chica intentara acercársele.
—Tina... Ya sabes que ella no puede resistir mi efecto de encanto, así que déjala ir. Becky, vete a sentarte con tu gente y no enfades a mis esposas. —La voz de Blake resonaba, él no quería confrontaciones en ese momento.