Mi teléfono suena por quinta vez en menos de una hora.
“¿Es él otra vez?” Sophie pregunta con una ceja levantada.
Ignoro la llamada y me concentro en las muestras de tela, asintiendo.
“¡Qué insistente!” Sophie exclama exasperada.
“No le hagas caso”, digo, cortando la llamada.
"¿Cómo es que Sebastian aún no se ha dado cuenta de que no quieres tener nada que ver con él?" —Pregunta Sophie, molesta.
"No sé. Ni siquiera me importa. En algún momento se cansará de llamar”.
Ella suspira.
"Si tú lo dices..."
Sophie deja el teléfono a un lado, pero pronto vuelve a sonar y lo mira con expresión molesta.
Ha pasado una semana desde los acontecimientos de la danza de la luna. La noticia de que Sebastian y Rose eran pareja, pero habían renunciado al vínculo se hizo conocida por todos, por lo que pronto se convirtieron en la comidilla de la ciudad.