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Punto de vista de Amber
Para mi agradable sorpresa, descubro que de repente me invade el deseo por mi marido. Me cuesta contener las ganas que tengo de desnudarlo frente a esta obra de arte perfecta y adorar la obra de arte que deseo aún más.
“Soy yo el afortunado en este escenario”, responde, y veo en su mirada que la intensidad de mi deseo coincide con la mía, “Cuando podamos escapar, con mucho gusto lo demostraré”.
Antes de que pueda responder, las luces se apagan y encienden, lo que indica que las festividades de la noche están a punto de comenzar.
“Esta noche”, susurro, “soy yo quien se manifestará. Te amo. Te quiero más de lo que nunca sabrás."
“Y yo a ti”, responde besándome con tal deseo que siento que mi cuerpo se debilita por la necesidad, “nos lo demostraremos el uno al otro”.