La receptora de los armamentos rúnicos de vigilancia no era otra que Felicia, la mujer alada que Nial había encontrado en la catedral de la Ciudad Dorada a su llegada, y Siegfried.
Nial no podía estar seguro de que Felicia, como compañera de la raza Balgris, revelaría los secretos del Príncipe de su raza, pero no estaba dispuesto a confiar su vida a Siegfried.
Así, Nial terminó agregando todos los detalles de contacto de los cristales mensajeros que había conocido en el receptor del armamento rúnico de vigilancia.
Finn no sabía que Nial tenía solo unos pocos contactos y que no conocía los detalles de contacto de las autoridades superiores. Nial se aprovechó de la ignorancia de Finn, lo que parecía funcionar perfectamente bien.
Finn no estaba seguro de a quién Nial enviaba la transmisión en vivo del armamento rúnico de vigilancia, razón por la cual quería destruirlo para evitar que alguien descubriera más.