—Nial... ¿sabes siquiera lo que trajiste aquí? —le preguntó el viejo Demihumano Ratón, el Gran Anciano, a Nial cuando escuchó lo que había hecho.
Nial simplemente sonreía mientras se sentaba sobre la espalda de Sombra. Era bastante confiado y ciertamente fácil viajar sobre la espalda de Sombra, especialmente gracias a los diversos rasgos especiales que poseía Sombra. A primera vista, Sombra no parecía ser exactamente una fuerza abrumadora a tener en cuenta, pero eso no era del todo cierto. Sombra era bastante poderoso debido a la enorme capacidad de almacenamiento de energía que poseía y la terrible agilidad y fuerza que tenía. Sin embargo, hacer uso de esos rasgos era otro asunto. Sombra aún tenía que aprender a controlar su cuerpo adecuadamente. Esto era lo más importante cuando se trataba de usar sus rasgos especiales.
A primera vista, se mostraba una existencia aterradora que era enorme y peligrosa, pero en opinión de Nial, Sombra era más bien adorable.