Connor nunca había encontrado a alguien tan sinvergüenza como Jorge.
Se dio cuenta de que no podía razonar con alguien como Jorge.
Además, ya había regresado del Valle del Rey de la Medicina, así que no tenía mucho sentido discutir con él sobre esas cosas.
—Viejo, he completado la tarea que me encomendaste. Según nuestro acuerdo inicial, ¿no deberías aceptarme como tu discípulo ahora? —preguntó Connor.
—Deja las hierbas medicinales aquí y vuelve en una semana —dijo Jorge lentamente.
—¿Por qué? ¿No habíamos acordado esto antes? En cuanto te ayudase a encontrar estas hierbas medicinales, me aceptarías como tu discípulo. ¿Estás intentando echarte atrás? —preguntó Connor con impotencia.
Jorge siempre hacía las cosas de manera poco convencional, por lo que estaba algo preocupado.
—Te lo prometí y cumpliré mi promesa naturalmente. Pero en cuanto a por qué quiero que vuelvas en una semana, no puedo decírtelo ahora. Pero lo sabrás en una semana... —contestó Jorge con calma.