Ino cerró la puerta y se apoyó en ella, necesitando un momento para recuperar el aliento. Luego, con pasos rápidos, corrió hacia su habitación y se dejó caer sobre la cama con un salto, hundiendo su rostro entre la almohada. "¿Qué pasó? ¡Aaaah!", suspiró, "parecía sacado de un cuento... ¿y Sasuke?... ¡nooooo! Pero fue tan romántico... y estaba tan apuesto", murmuró entre susurros mientras apartaba los ojos de la almohada para mirar al techo. "Casi nos besamos", añadió en un susurro más bajo, mientras volvía a cubrirse el rostro y giraba sobre la cama. ¡Kyaaaaaa!
Mientras todo esto sucedía, Ino no se percató de que un hombre rubio escuchaba detrás de la puerta, con la oreja pegada a esta, su rostro deformándose cómicamente por la ira. "¡Mi princesa!", exclamó, "¿Quién es? ¡Voy a matarlo!"
"¡Papaaaa!", reprochó la voz de la rubia, quien se moría de vergüenza.
Inoichi, ignorando la amenaza que lo acechaba, sintió un tirón en la oreja que lo hizo girarse para encontrarse con su esposa, quien lo miraba con una notoria vena en su frente . "Cariño, Ino ya no es una niña. Debes empezar a respetar su intimidad", dijo en tono amenazante mientras los arrastraba hacia el oscuro pasillo.
Naruto, al regresar a casa solo, no pudo evitar ponerse mas rigido a cada paso, dejándose llevar por la paranoia. Evitaba cada esquina y miraba constantemente a su alrededor mientras caminaba por el medio de la calle. "Debí haber traído un kunai", murmuró para sí mismo. De repente, un ruido lo alertó. Giró bruscamente, con su pupila dilatada y la adrenalina corriendo por sus venas. "¡Sal de ahí, hijo de puta ! ¿Quieres un pedazo de mí? ¡Ven a buscarlo!", gritó con una mirada llena de ferocidad.
Trágicamente para el , su "enemigo" resultó ser simplemente un gato que rebuscaba en la basura. El felino, asustado por el grito del pelirojo, huyó despavorido mientras se resbalaba al correr, añadiendo un toque de torpeza a su escape.
Algunas personas que se encontraban cerca lo observaban con extrañeza y se alejaban rápidamente, susurrando comentarios como "loquito" y otros similares, lo cual no pasaba desapercibido para sus agudos sentidos.
"Tal vez sí me esté volviendo loco después de todo", suspiró, frotándose los ojos,bueno, el ojo.
"No, solo eres un marica", dijo Kurama.
"¡No voy a permitir que un gato con esteroides me falte el respeto!", exclamó indignado.
¡Que no soy un maldito gato, bastardo!", estalló Kurama con furia, desencadenando una discusión en plena calle en la que Naruto parecía estar hablando solo, lo que lo hacía parecer aún más desequilibrado que antes.
Antes de abrir la puerta de su casa, Naruto echó un último vistazo para asegurarse de estar solo y luego ingresó. Trabó la puerta con una silla y cerró todas las ventanas y cortinas. Finalmente, se dejó caer exhausto en el sillón, murmurando entre dientes "mierda, mierda, mierda", mientras se pasaba la mano por la cara, visiblemente exasperado. "Voy a terminar lastimando a alguien inocente, esto no puede seguir así", dijo mirando al techo con angustia reflejada en su rostro" todo lo que paso y el hecho de que me espien me esta volviendo loco"
"¡Si matas a todos, no habrá de qué temer!", espetó Kurama con un tono de sabelotodo.
"No es momento para tus comentarios, Kurama. Déjame en paz", gruñó Naruto irritado.
"Uuuuh, parece que al niño no le gusta que le toquen las bolas. ¿Cómo se siente?", respondió sarcástico.
¡Está bien, está bien, ya entendí! ¡No volveré a molestarte! ¡Ya, fuera!", exclamó Naruto, moviendo su brazo como si estuviera ahuyentando moscas, mientras reflexionaba sobre cómo sus artimañas ahora le estaban jugando en contra. "¡Ah, la ironía!", pensó.
Después de tomarse un tiempo para tranquilizarse, Naruto revisó la hora y se dio cuenta de que la cena con sus amigos estaba a la vuelta de la ezquina. Observó a través de la cortina hacia la oscura noche, sintiendo cierta preocupación, pero decidió dejar de lado su malestar. Había dado su palabra y no podía permitirse faltar ahora. Su palabra era sagrada, especialmente después de darse cuenta de que gran parte de su vida había estado marcada por mentiras. Era su único tesoro verdadero, algo que llevaría consigo hasta la tumba."creelo" murmuro para si,dirigiendose al baño para darse una ducha.
"Sintiendo cómo el agua caliente despejaba su mente, Naruto recordó lo sucedido con Ino. Aunque un rubor tenue tiñó sus mejillas, una sonrisa se dibujó en sus labios. 'Casi nos besamos... Deberías haber hecho algo, idiota', se recriminó con frustración, dejando escapar un susurro agudo: 'dijimi invitirti'. "Argh, tal vez sea mejor así. Aun no sé cómo me siento. Además de Sakura, también me gusta Ino. ¿Quién sigue? ¿Hinata?" finalizó, con un tono jocoso en su voz.
"Después de vestirse torpemente con la ropa que Ino le había ayudado a elegir, Naruto se acercó al espejo para arreglarse. Al observar su reflejo, se sorprendió por el cambio en su apariencia. En su opinión, se veía diez veces mejor que el emo vengador, aunque aún le faltaban unos centímetros de altura. 'Las apariencias realmente lo son todo', murmuró para sí mismo, recordando las palabras de su maestra.
"Claramente no hay otra opción", dijo en voz alta mientras comenzaba a hacer poses frente al espejo, alimentando ligeramente su ego. Sin embargo, al hacer una pose mostrando su bíceps, se dio cuenta de que aún le faltaba desarrollo. "Bueno, aún falta para esta jejeje", añadió con una risa nerviosa."
"Preparándose para salir, Naruto tomó aire, decidido a enfrentar lo que viniera. Para cuando llegó al restaurante donde lo esperaban sus amigos, se sentía tan afilado como una katana. Su actitud no pasó desapercibida frente a dos individuos en particular: Ino y Shikamaru. La primera, miembro de un clan especializado en la mente, y el segundo, un inteligente vago que se había propuesto prestar más atención a lo que concernía al pelirojo. Por el momento, decidieron guardar sus preocupaciones para otro momento."
"Hola", dijo Naruto secamente, con un tono gélido que parecía helar la sangre, sin darse cuenta de su actitud, recibiendo un par de miradas confusas. Sin embargo, Choji salió del restaurante elegantemente vestido, captando la atención. "¡Ya estamos todos, entremos!", exclamó jovialmente mientras guiaba al grupo hacia una mesa privada bastante elegante.
El restaurante tenía un ambiente acogedor, iluminado por luces suaves que creaban una atmósfera íntima. Ino y Sakura discutían amigablemente, mostrando una actitud más relajada de lo habitual, aunque no olvidaban compartir algún insulto de tanto en tanto. Choji devoraba la comida con entusiasmo, como si no hubiera un mañana, mientras que Shino permanecía en silencio, emitiendo solo breves "hmm" o "aja" de vez en cuando. Por su parte, Shikamaru intentaba introducir temas más profundos en la conversación solo para fallar estrepitosamente. Ajeno a todo esto, Naruto, sin haber tocado su plato, lo miraba intensamente como si quisiera apuñalarlo con la mirada o algo, sumido en sus propios pensamientos.
"Ino intentó llamar la atención de Naruto con un suave "psss...psssssss", pero al no obtener respuesta, decidió actuar con más contundencia y le propinó una patada en la pantorrilla por debajo de la mesa.
"¡Auch!", Naruto se sobresaltó, dirigiendo una mirada confundida a Ino, quien le hacía gestos con la cara, moviendo la cabeza para indicarle que comiera. Volviendo a la realidad, el pelirrojo agradeció a Ino con una sonrisa y se unió a la conversación mientras comía, relajándose gradualmente, entre chistes , y charlas casuales. El ambiente se volvió más distendido y animado,para cuando se quisieron dar cuenta ya estaban comiendo el postre.
Sakura añadió: "Mañana vuelves a la academia, ¿verdad Naruto?"
"¡Ah, me había olvidado totalmente de eso! Sí, ¡no puedo creer que esté tan contento de volver!" con una sonrisa pícara, agregó: "Ahora que lo recuerdo, tengo una sorpresa en mente..." y no pudo evitar soltar una carcajada maligna. "Jejejeje".
Todo el grupo lo miró dudoso. "¿No vas a hacer nada molesto, verdad?" añadió Shikamaru.
"Noooo", dijo inocentemente, aunque sabía que no engañaba a nadie. "Tengo algo pendiente que hacer", mencionó mientras recordaba la broma que había planeado antes del ataque. "Puede que algunas cosas hayan cambiado, pero no pienso quedarme con las ganas de hacer eso",pensó. Con una mirada traviesa, Naruto continuó con su postre, dejando escapar risitas malignas, mientras el grupo anticipaba con curiosidad qué nueva travesura tenía preparada, sin darse cuenta de que esta vez ellos tampoco iban a salvarse.
"Ahora que lo pienso, ¿dónde está Hinata?" pregunto Sakura.
"Su padre no la dejó salir tan tarde", mencionó Choji mientras comía un tazón de helado que tenía la mitad de su tamaño.
"Oh, es una pena", murmuró Naruto, dándose cuenta de que vivir solo también tenía sus ventajas.
Pronto, todos estaban satisfechos y, después de una pequeña charla más, comenzaron a retirarse. Para cuando pusieron un pie afuera, Naruto ya estaba exactamente igual que antes de entrar.
Ino agarró suavemente el hombro de Shikamaru, susurrándole con frustración en la voz. "Sé que te diste cuenta de cómo está Naruto. Necesitamos hacer algo al respecto. Deberíamos acompañarlo hasta su casa".
Shino, cercano a ellos, decidió compartir la conversación que había tenido con Naruto en el hospital, y Sakura se unió al grupo. Naruto, con el puño cerrado y la mirada perdida en la distancia, parecía no prestar atención a nada más que a eso en ese momento, sin escuchar lo que discutían a su alrededor.
Todos comprendieron que Naruto estaba paranoico después del ataque y al sospechar que lo vigilaban. La preocupación se reflejaba en sus rostros mientras buscaban formas de ayudar a su amigo.
Justo cuando estaban discutiendo sobre cómo abordar la situación, Naruto salió corriendo con una velocidad anormal para su estado y propinó un golpe a la oscuridad. Que para sorpresa de todos, conectó con algo.
"URGH", se escuchó una voz quejándose con sorpresa, antes de que su dueño escapara rápidamente. Naruto, enajenado, se lanzó a perseguirlo con la clara intención de arrancarle la cabeza. Su visión aguda en la oscuridad rastreaba a su presa sin problemas.
La persona a la que Naruto atacó, contra todo pronóstico, sintió un atisbo de miedo al ver el ojo animalístico siguiéndole en la oscuridad, una rara ocasión en la que el depredador se convertía en presa. Por suerte o por desgracia, Naruto se cansó rápidamente y detuvo su persecución,
"¡Arrghhh, mierda, gusano!", gruñía Naruto con furia mientras hacía un gesto como si estuviera apretando el cuello de su asechador. Su voz resonaba llena de frustración y rabia.
"Eso estuvo genial", insistió Kurama con un tono inusualmente alegre. "!Hazlo otra vez!", ordenó, revelando un interés poco común en la acción de Naruto quien no pudo evitar dejar escapar una sonrisa forzada.
"¡Qué rayos fue eso! ¡Qué molestia!" exclamaba Shikamaru exasperado, tirándose de los pelos. La situación había tomado un giro inesperado y la confusión se reflejaba en el rostro de todos mientras trataban de entender lo que acababa de suceder.
Naruto se calmó rápidamente al darse cuenta de que no había nada más que pudiera hacer en ese momento. "Tengo que controlarme mejor", reflexionó en voz alta. Mientras analizaba el suelo en la oscuridad, donde solo él podía ver con claridad, descubrió un fragmento de una máscara Anbu.
"¡Miren lo que encontré!", exclamó Naruto, levantando el pedazo de la máscara para que todos lo vieran. Sus amigos se acercaron con curiosidad para observar el hallazgo.
Todos se miraron seriamente al descubrir que las sospechas de Naruto no eran infundadas.
Lejos de Naruto, Inu soltó un suspiro de alivio. "Fuuu, esa no me la esperaba", dijo con una sonrisa. "Ese niño va a ser un peligro cuando salga al campo. Estarías orgulloso de él, Minato", se dijo a sí mismo mientras miraba la luna con melancolía, la luz tenue brillando sobre él. "Debería reportar al Hokage que ya se dio cuenta. Solo voy a ponerlo peor", reflexionó. "Sería mejor explicarle que solo lo estoy cuidando"...
El grupo acompañó a Naruto a su casa, donde ya se le notaba un poco más tranquilo al llegar. "Gracias por acompañarme, chicos", expresó Naruto con gratitud.
"No hay de qué, Naruto", dijeron en unísono, cada uno a su manera. Shikamaru añadió, "Vamos a turnarnos para acompañarte, para ir y volver de la academia, así puedes estar más tranquilo. Mañana te pasaré a buscar yo"
"Claro, te espero", respondió Naruto con una sonrisa más alegre. Después de saludarse con el grupo, entró a su casa y repitió el proceso de asegurarse de cerrar bien todo. Luego se dirigió a su cama para descansar; había sido un día para recordar.
Mientras intentaba dormir, Naruto recordó el enfrentamiento y comentó: "¿Viste eso, Kurama? ¡No se la esperaba! Jajaja, salió corriendo aterrado". El muchacho renovó su confianza al recordar cómo había enfrentado la situación.
"Como no hacerlo, es lo único interesante que hiciste desde que te conozco. Es una pena que no puedas correr más de diez metros. ¡Yo quería ver sangre!"
"¡Bueno, yo también, para ser sincero, quería arrancarle la cabeza, pero no me salió. Jeje, tal vez fuera para mejor, tal vez me estaban cuidando, y probablemente me hubiesen dado una paliza, perdí el control", recalcó Naruto. "El taijutsu que me enseñó Tsumugi realmente hizo tanta diferencia como el haberlo tomado por sorpresa. Aunque soy un incompetente con él, no hubiese logrado asestarle el golpe de otra forma", admitió con humildad. Mientras el sueño comenzaba a consumirlo, se hizo una última nota mental de levantarse temprano para preparar su broma."