La esposa y la búsqueda. Los preparativos del casamiento. Gregory va por los pactos. Se inicia un ataque. Júpiter debe llegar a tiempo. El encuentro de dos planetas luego de mucho tiempo.
Estoy cerca de ti, Gaia, estoy
cerca. Espérame..Te salvaré..Tú, Júpiter olímpico. -
Gaia, ahora estaba en uno de los calabozos de la parte superior subterránea del reino de los saurios. Permanecía allí incomunicada. Luna fue llevada a otra sala, en la cual la tendrían pata interrogatorio, de acuerdo a sus estudios como científica. A ellos les interesaban de hecho todas las actividades que se fueron desarrollando en aquel sitio.
Al otro día por la tarde se establecería las nupcias correspondientes y en una semana El reino saurio anexaría el reino de las Pléyades según el acuerdo. El futuro de Gaia, después de ello sería incierto. Aunque el plan del príncipe Megasaurio, sería una cárcel repleta de ostracismo. Tanto entonces por ella, como los reyes, y luego tonaría el reino de su padre y madre de la misma manera. El complot ya estaba dando sus resultados.
- Prepararemos todo como está desarrollado el plan. Mi padre, ya
ha dado todos los requisitos, sin preguntar ni sospechar nada – Argumenta el príncipe sentado en su mesa con una copa de vino espumoso - Y mi madre, la reina, no tiene voto alguno con lo que poder manifestarse –
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- Hazlo, bien y mañana por la noche serás el rey indiscutido. –
toma un sorbo el monje Sir que levanta en son de un triunfo que aún no se ha materializado.
- Tu cumple tu parte del trato, sin condicionamientos – Expresa
erráticamente al monje – No quiero tener que discutir nada con relación algún ataque. – Y luego lo señala de forma brusca con la copa delante, observando al mismo entre el espacio transparente del vidrio y el líquido oscuro, y en el medio aquel.
- Estaremos esperando a los terroristas a las afueras.
- ¡¡Perfecto!! …La seguridad está concluida, para que nadie entre
ni salga del territorio. Las fronteras están custodiadas.
Un hombre ingresa a la sala con un permiso y se arrodilla ante el príncipe. Éste lo marca en la frente con dos dedos. Y éste sin levantarse le otorga el recado con su mano derecha extendiéndola, y en ella el mensaje. -
- ¿Me has traído la información requerida?
- ¡Señor..! – Y un sobre metálico con un membrete proveniente
de un planeta muy lejano.
- Bien.. – Lo abre, y lo observa -¡Perfecto!..¡Todo está saliendo
como lo he planeado!
El monje desconocía sus otros planes preexistentes, por lo que guardaba un poco de curiosidad.
- ¡Retírate!
- Con su permiso, mi señor… - Éste se incorpora con la
autorización debida, y se retira de la sala.
- Veo que hay información fundamental.
- Lo suficiente para otro acuerdo, y es por ello, que debes
cumplir con tu palabra, sino la situación no será de tu agrado.
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- Por favor.. ya se lo he dicho..Todo saldrá a la perfección –
Esboza una mueca burlona aquel hombre. – Me retiraré por el momento a mi despacho.
El saurio asiente. Ambos se guardaban desconfianza. Ni uno, ni el otro podían actuar según sus medidas.
- Otro reptil entra en la sala.
- Vigílalo. Una vez cumplido el matrimonio, nos desharemos de
ese monje
- Sí, señor – Y se retira aquel.
Los magos se acercaron al monje
- Tenemos todo preparado.
- ¡Excelente!..¡Je!..¡je! – Solo deben darse algunas circunstancias
para que aquel reptil avaro, caiga..Y tendremos al Saurio mayor comiendo de nuestra mano ¡Je!..¡je! – Se ríe el monje., en cuanto sus súbditos magos siguen su marcha controlando el sitio hasta su aposento.
- ¿Si hubiera alguna manera de poder salir de aquí? - Gaia
palpaba las paredes de una roca de concreto húmeda. Era una torre inmensa. Al capturarla, la habían transportado rápido sedándola a fin de que no pudieran reconocerla si llegase a escapar y pedir auxilio. –Ella iba de un sector a otro. Las lunas brillaban en el cielo y una luz entró allí intentando vencer a la oscuridad de aquella celda insulsa y vetusta. Suspiró en
reiteradas ocasiones y se colocó en el suelo tomándose las
rodillas apoyando en mentón de su rostro en ella - ¡quiero irme
de aquí – Expresó como una niña asustada. -¡No quiero
casarme… – Algunas lágrimas se escaparon y le pidió a la diosa ayuda para ello – Si puedes escucharme, por favor ayúdame – Diosa Hestia de los cielos y universos – Esa diosa a la que ella
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rezaba. Aquella estatua en donde Júpiter la abrazó en la tierra – ¡¡Por favor!!..¡¡Escucha mis cantos!!..¡¡Mis lamentos!! ¡¡Te lo suplico Diosa, ayúdame – Y se lanzó a llorar – Júpiter quisiera que estuvieras aquí - ¡¡Snif!!..¡¡Snif!! - ¿dónde estás? –Las lunas continuaban iluminándola con todos esos colores del universo espacial en el cual se refugian las estrellas. -
- Vamos..Di algo bruja de la alquimia – Expresa el comandante a
Luna, mientras pasa su uña afilada sobre su mejilla. Ella corre su rostro a un costado. - ¿Para que estabas realizando los estudios? – La lengua del ofidio salía repentinamente y escupió en el suelo una saliva de fluido puro que quemaba el suelo, haciendo que de ella salga un vapor venenoso como el ácido muriático.
- No tengo por qué responderte, reptil inmundo. ¡¡Ya!!
¡¡Suéltame..!! ¡¡vendrán del reino de las Pléyades y te harán pagar!!
- ¡Ja!.¡Ja! - ¿Vendrán? Nadie vendrá por ti - Y le acepta con la
palma de su mano una bofetada dejando un rastro de sangre por sus uñas –
- -¡Ahh! – ¡¡Quita tus manos de mí!! – Gritó Luna.
- A partir de mañana..Te haré mía, pleyadiana..¡Je!.¡je! –No
tendrás que preocuparte porque te maten. Serás mi esclava personal – Sacó su lengua lamiéndose los labios.
- Antes prefiero estar muerta – Y lo escupe en el rostro. Éste se
seca la saliva y se rie
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- Pronto vendré a verte. – Y se retiró.
Luna estaba asustada, por aquel monstruo. Y se lamentaba por no poder realizar todo a tiempo.
- ¿Me preguntó si Gaia estará bien?-Y se entristeció – Debí
haberle dicho algo a Gregory antes de irme. Hubiera querido leer sus palabras, de ese tímido. – Eso la hizo sonreír y luego lamentarse. En las mazmorras, solo el sonido de las ratias, equivalentes a las ratas merodeaban sin cesar.
Los centinelas custodian todos los sectores del castillo. La vigilancia se multiplicaba por doquier. Estábamos llegando a la frontera, y luego de ella la ciudad madre Sauridia en la cual detrás de sus murallas estaba en castillo saurio. La noche se estaba desarrollando. Pronto un disparo inmediato dio contra la chapa del transporte.
- ¿Qué fue eso? – pregunté
- Lo que esperábamos. Nos están recibiendo. –Expresó Tristán
–
- ¿El plan? – Preguntó Gregory
- ¿Cuál plan? – Se preguntó Mikonos – Solo salir a disparar a
todo lo que se mueva y sea color verde.
Un dron automático detectó a los insurgentes. Tristán saltó del vehículo y sacó sus armas de fuego.
- ¡¡Tristán!! – Gritó Josefina.
- Ven aquí – Dijo Caciope - Es peligroso, pero él sabe lo que
hace. -
Con un movimiento audaz entre fogonazos, logramos dar contra un mural. Allí salimos todos al mismo tiempo.
- Niñas ustedes quédense con Clarens – Dije –
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- Libia , quiere participar
- ¡Ju..jup!…¡Papa, quiero ayudar!
- ¡Oigan! también quiero darles una ayuda. Mi presencia quiere
estar allí. -
- Quédate con ellas. Y llévatelas lejos..
- Pero..
- No se preocupen. Estaremos bien – Dije y tomé mi cilindro, el
cual apretaba los botones.
- Jupiter..¿Todavía no aprendiste a manejar eso? El amarillo. Y tu
Clarens tengo una tarea también. Deberás llevar a Tristán desde la colina trasera. Muy cuidadosamente.
- ¿Espera y las niñas?
- Las puedo llevar al otro lado.
- ¡Solo cuídalas!, ¿de acuerdo?
- Deja de preocuparte.. Haz tu trabajo, y aprende como te dije a
manipular el cilindro. ¡¡Es el amarillo!!
- Lo siento, por ser un terrícola tonto – Regañé a Mikonos. Al
tocar los botones se transformó en una escopeta – ¿Y cómo
disparó?
- Aprieta el gatillo – Dijo Gregory.
Un disparo de laser fue contra una barricada en la cual estaba algunos saurios. Rhini con un movimiento veloz se acercó a ellos arrojando a cuanto enemigo se acercase. Mikonos, josefina y Caciope cubrían.
- Ustedes dos diríjanse a la derecha, vamos a sortear todo el
sitio.
- ¿Estás orate? – Nos mataran de inmediato.
- Júpiter..querido..tengo un haz en la manga.
- Espero que sea una carta ganadora –
- Ya lo sabrás.
Fuimos entre disparos hasta un sector bloqueado con una pared.
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- Corre Júpiter - Grita Gregory
- Lo estoy haciendo ..¿Cómo terminamos así?
- No lo sé…solo quiero regresar a casa con Luna – Dijo y una luz
pasó cerca de su rostro – Rayos, eso estuvo cerca.
- Sigue corriendo. –
Nuestros pasos comenzaron a tomar velocidad, mientras las balas pasaban a nuestro lado como si pudiéramos verlas.
- ¿Que fue eso?
- No lo sé.
Al llegar al reguardo, veía con mis propios ojos aquellas luces como en una cámara lenta.
- ¡¡Escuchen!!..¡¡Algo anda mal!!
- Todo está bien.. – Dice Mikonos – parece que comenzó a surtir
efecto. Tristán había hecho un ademan de haber despejado la zona, pero pronto recibió un disparo en el hombro derecho.
- ¡¡Tristán!! – Grita Mikonos.
- ¡¡Tristán!! – Josefina fue hacia él
- Josefina.. ¡no vayas! –
- ¡¡Neso resiste!! – Ella llegó a él. Los soldados estaban
rodeándonos.
- No, se ha metido justo en el lugar menos indicado – Expresó
Mikonos – Sigan disparando. Cúbreme Caciope, voy a lanzar mi
arma secreta.
- ¿No me digas que?
Mikonos, se reía, mientras lo preparaba
- ¿Qué haces aquí Nayade?
- ¿Cómo me llamaste? – Pronto Josefina se enfadó al oír el
nombre de otra mujer –
- ¡Ya te he llamado así!..¿No lo recuerdas?
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- ¡No!..¡No lo recuerdo! – Los ojos furiosos de Josefina se
pusieron color verde. Algunos saurios se acercaron a ellos.
- No podemos perder tiempo.
- ¡¡Clarooo que nó!!..me vas a dar explicaciones, luegodel
alboroto, y ustedes: ¡¡NO MOLESTENNNN!! – Un fulgor repentino salió de su cuerpo haciendo expulsar lejos a los saurios que cubrían ello. Tristán se quedó paralizado del miedo – ¿Me oyen?
- ¿Y eso? - Pregunté
- ¿Una mujer celosa? – Dijo Gregory
- ¿Nayade..eres tú?
- No me llamo náyade, mi nombre es Josefina y lo sabes bien.
- ¡¡Ustedes cállense!! – otro grupo de saurios venía detrás de
todos nosotros –
- ¡¡A ellos Clarens!! - Dijo Seren y fueron atrapados entre las
telas de araña.
- Libia se divierte, y con sus manos hace un movimiento en el
aire haciendo volar a otros.
Mikonos terminaba su bomba.
- ¡¡Perfecto!! Ahí les va un regalo de la casa – Y arroja hacia el
interior de las puertas de la ciudad – cubran sus narices dice – Pronto se oye una explosión con un gas violeta-
- Ohh nooo, no puede ser. Vámonos náyade
- No soy náyade
- Lo que sea, salgamos de aquí – Gritó Tristán
¡¡¡Boomm!!!..¡¡pufffff!!..¡¡¡ffffff!!! Y un gas asqueroso y pútrido se esparció por todos los sectores. Los saurios comenzaron a huir..
- Maldita sea que olor terrible
- ¡!Ahh¡¡, ¡¡Wacala!! ¡¡Es asqueroso..!!
- ¡¡¡Dioosss!!! -¿Ese olor a intestino podrido – Expresé con asco
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- Yo diría huevo podrido – Se cubría la nariz
- Libia no le gusta.
- Papa es horrible
- ¿Era necesario? – Preguntó Caciope.
- Pensé que esas armas se había prohibido – Objeta Rhini.
- Mis bombas de olor siempre funcionan, y más con la
sensibilidad de estos reptiles – avancemos.
- Señor, los terroristas entraron a la ciudad.
- ¿Qué?
El humo de la bomba de aroma se esparcía.
- Desplieguen a todos..¡¡Ahoraaaaa!!! – Se enfadó el
comandante-
Todos los comandos fueron por la ciudad. Nosotros fuimos moviéndonos rápido y ya estaba entrada la mañana y el tumulto de las personas nos ayudaba a mimetizarnos.
- Debemos entrar lo antes posible al castillo y rescatar a Gaia,
Luna y tomar los pactos. Usaremos ese artefacto. Iré yo –
- ¡No!, ¡Iré yo! – Dijo Tristán. – Es lo que hablamos con Mikonos
- Era ello, pero, resulta que estas herido. –Explicó Josefina. -
- No importa, puedo.Y ya no fastidies– Dijo Tristán
- ¡¡Callete….Nayadee!! – Ironizó Josefina. -
- ¡¡Ya te dije que eres tú!!
- ¡¡Guarden silencio!! – Mikonos intentó usar el aparato
colocándoselo en la frente-¿Qué pasa que no
funciona?..¡funciona maldita sea!!
- ¿Déjame probarlo? – Expresó Caciope. En dos intentos
tampoco.
- Libia piensa.. ¿ Que no será que..solo lo puede usar quien se lo
colocó primero? – preguntó
Todos miramos a Gregory, que se encogió de hombros
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- ¡¡Ahh!!.. ¡¡Perfecto!! – Dijo Mikonos con sarcasmo. Gregory lo
tomó y una luz se hizo notar y luego desapareció.
- Bueno Gregory tendrás que ir tú – Comentó Caciope.
- Escucha al ingresar, no tendrás problemas. Lleva el transmisor.
Iras primero
- ¡Iré primero por Luna!
- ¡¡Los pactos!!..¡¡los pactos!! – Se enfurece Mikonos – Sin ello
no podemos lograr evitar el casamiento y liberarlas
- No te pongas tenso Cucho – Le dije –
- ¡¡Cierra la boca Júpiter!! ..me van a matar del stress todos
ustedes. -
- Yo quiero ver a luna. -
- Y yo quiero ver a Gaia. -
- Dios..qué remedio – Dijo Rhini – Dividámonos. Todos
- No, si hacemos eso..podrán capturarnos con más facilidad.
Debemos entrar varios al castillo – Dijo Caciope.
- Pero nos descubrían.
- Libia puede ir con Seren y Clarens –
- Claro..podría usar mi tela para subir y luego ustedes.
- Genial..tenemos un arácnido que nos va a dar una solución. –
Dijo Mikonos
- ¿Disculpa? – preguntó Clarens observándolo detenidamente. -
- No, no..nada – Expresó con miedo
Una carroza con dos bestias parecidas a los caballos pasaba por allí y se detuvo. Era de una forma estilo victoriana, como si fuera de una
familia de ricos. Varias personas salieron. Algunos vestidos
elegantemente. Parecían no ubicarse bien.
- Buenos días, estamos buscando el castillo Mandragon.
- ¿Van al castillo del rey? – pregunta Caciope
- ¡Ehh!.. ¡Sip!.. Expuso con suma altanería.
- Me parece que son invitados formales
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- Ahh perfecto – Dijo Josefina. Nosotros somos del comité saurio.
¿tienen las invitaciones supongo?
- Claro..sin ellas es imposible asistir..
- ¡je! ¡je! ¡¡perfecto!! – hizo un aplauso de alegría con una risa. -
- ¿Qué? – Preguntó Mikonos. -
- ¡Tonto! –Sigue la corriente – informa despistadamente. Había
entendido a la perfección lo que quería hacer Josefina - Vengan por aquí. Nosotros somos los heraldos principales de la boda, por cierto - le dije con una risita leve- Ese traje le sienta muy bien.
- ¡Ohh Gracias!..Es de la familia.. Un traje distinguido ¡je! ¡je!
- ¡Jo! Jo! – me reí con ironía y señale a los demás que me sigan.
Los llevamos a un callejón escondido. Y el resto ya lo saben. Solo un par de golpes y los dejamos maniatados a fin de que no pudieran soltarse
- Lo siento, pero es de suma urgencia – Dijo Rhini que se colocó
un vestido negro. Caciope otro de color amarillo. Gregory no hacía falta pues ingresaría con su invisibilidad. Yo me coloqué un frac como Mikonos. Tristán iría al frente con Clarens que resguardaría a las niñas
El cochero del carruaje intentó levantarse pero la seda de Clarens los terminó de cubrir junto a los demás.
- No se preocupen para el día de mañana se los devolveremos.
Pronto tomamos las riendas y salimos de allí rumbo al castillo. Esto nos tomaría unas horas. Pero el plan estaba listo. Fuimos a toda prisa con el carruaje antiguo, había muchos otros que estaban ingresando y que eran invitados a la boda. En la ciudad cosmopolita, todos los festejos estaban siendo con banderas de ambos reinos e imágenes de la gran familia Saurio. El premier realizaba las visitas públicas con el premier de los saurios en un carro remolcado con energía eólica. La
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muchedumbre del pan y circo se acercaba. La ciudad sauria tenía infinidad de razas y pero predominaban los reptiles por sobre todas las demás.
- A todos los reptiles, a todas las demás razas..etnias ¡¡HOY ES
UN GRAN DIA!! – La gran imagen desde el cielo con fuegos artificiales y la figura de Gaia y luego la del príncipe megasaurio.
- ¡Gaia! – Miré al cielo. -
- ¡Shh! – No es tiempo para eso Júpiter debemos ingresar
primero – Explica Rhini. –
Los carruajes pasaban a un paso muy lento, e iban controlándose las invitaciones con un visor electromagnético que comprobaba la autenticidad del mismo.
En una colina alta y entre las sedas Tristán se iba desplazando con mucho cuidado a fin de poder llegar a una de las torres. El método era muy arcaico, sin embargo en su primigenia forma podía entenderse que no lo detectarían, ya que desde aquel sector no se ubicaban centinelas reptiles. Con un buen manejo de la seda, Clarens podía esconderlo en ella. Libia por su parte uso extraños poderes para generar ondas que interrumpan los drones aéreos y localizadores de las siguientes torres. La interferencia estaba en su apogeo. Seren pasaba por el suelo jugando con una bola en las cercanías de la puerta trasera del castillo que lindaba con un rio, y la gran capilla en la cual se establecería la boda. Allí con un espejo daba ciertas señales a libia, indicando los cambios de guardia. Cada movimiento tenía que ser cuidadoso. El sigilo, no podía permitirse errar en éste momento.
Tristán se movía sigilosamente. Nuestra carroza se detuvo. Dos de los saurios tomaron los papeles de Mikonos entregando las invitaciones.
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- ¿Familia Wanderbil?
- Los mismos – Dije
- ¿Falta mucho para ingresar? – Expresa Josefina. -
- Sí, es terrible y agotador. Muy malo el servicio de recepción. Le
daré pocas estrellas en su página Web. –
- ¡Mil disculpas señoritas pasen por aquí! Y esperamos buenas
estrellas de unas bellas damiselas. –
- ¡¡Claro!! – Sonrieron. -
El carruaje ingresaba al gran complejo del castillo. Había muchos invitados, y los llevaban a un salón grande ofreciendo bocadillos.
- Bien, estamos dentro. Ya sabes que hacer Gregory, según unos planos. Las mazmorras se encuentran en un subsuelo.
Mikonos había explicado todo con lujos de detalles, según todo lo indicado por el servicio de inteligencia. El problema era que para llegar a diferentes sitios internos, debían sortear las sondas magnéticas. Es por ello que al castillo se lo conoce como impenetrable, no obstante, hace años. Un desertor de los reptilianos logro hace un croquis perfecto de muchos sectores. Esa información se filtró y llegó a manos de muchos entre ellos Luna Justina Lunar, la científica, por lo que sabía bien como debía moverse en relación a las ondas, y lo primordial. Si sabía de los pactos también podía determinar donde llegarían a encontrarse. Que no podría ser otro sitio que el salón real de cancillería intergaláctica, el cual se encuentra fielmente custodiado.
Descendimos de la carroza, que fue estacionada junto a innumerables vehículos en una plataforma como suerte de cochera.
- Gregory, ¿Sabes bien que hacer no?
- Si, sí.. Debo ir a la entrada del subsuelo. -
- Las formas de descender son automáticas. Deberás pasar
cuando alguien vaya.
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- ¿Y nosotros?
- Comenzaremos la búsqueda de la princesa. Rhini, tu sabes bien
qué hacer
- Enterada. –
Rhini, comenzó a moverse por todos los sitios vistos. -
- Ve con ella Júpiter. Saben cómo trabajar. Trata de no
estorbarle.
- ¡Oyeee!
- ¡Ven! ¡Rápido Júpiter!
- ¿Escuchen?..¿Si preguntan?.. Se perdieron y buscan el salón
principal
- ¿Y cuál sería la excusa?
- No lo sé..querían ir al baño.. ¡Nunca falla!
- Deberás que no eres muy inteligente.
- Gracias por el cumplido. Tu Josefina, y Caciope conmigo,
monitorearemos los movimientos de Tristán. Rhini, dame eso que tienes guardado. Rhini sacó de su bolsillo algo que no pude verificar bien que era. Solo lo usaremos por si acaso. Todos debe sr sincronizado. Gregory estará con Luna, tendrán los pactos, y luego vamos por Gaia, y luego…una vez que tengamos todo…
- ¿Y una vez que tengamos todo?
- Esa es la mejor parte. Esconderemos a la princesa y luna en la
carroza del vehículo y los sacaremos con la distracción de Tristán desde el otro lado. Una vez afuera nos esperan tropas de Nemesio que vendrán pronto, y estarán a las afueras de la ciudad.
- ¿Sabes Mikonos? –
- ¿Qué vas a decir Júpiter?
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- O es un plan maestro, o es una total tontería. Cualquiera sea el
caso, debo salvar a Gaia. En otras palabras o sale de forma perfecta e impecable, o es un completo desastre.
- Por eso me encantan mis planes.. Son como una caja de
sorpresas…Manos a la obra. –
La recepción estaba muy concurrida, y nos era fácil movernos. Aunque los guardias estaban en todos lados. Pudimos ir en diferentes direcciones. –
- ¿Por dónde empezar a buscarla?
- Hay que ir por aquí – Expresó Rhini.
- Es muy grande este castillo. Deberíamos ir con Gregory
- Gregory ira a las mazmorras, y claramente allí no estará.
Piensa Júpiter. Es la princesa, aparte de ello Gregory debe salir sin dar indicios, ni aviso. Una vez fuera encontrar los pactos. Nosotros debemos movernos al mismo tiempo y encontrarla, y llevarla sin sospechas. Será un trabajo de tiempo sincronizado. Mikonos lo sabía bien. Pero no te preocupes. No es la primera vez que hago esto.
- ¿En serio?
- Ser espía, requiere un modo muy cauteloso para trasladarse sin
dar sospechas. Tu sígueme, y aprehenderás bastante
- Me está dando miedo.
- La princesa, esta donde en un lugar alejado y cómodo por
supuesto.
- ¿Qué quieres decir?
Señala arriba.
- Una de esas dos torres. Allí llevan a los invitados de mayor
estirpe, y allí Júpiter están los aposentos de príncipe y los reyes. – ¡Cuidado alguien se acerca!
- Señorita – Se presenta un saurio – ¿Señor?
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Rhini me toma del brazo.-
- ¡Je!--¡Je!.. Disculpe..Somos la señora y el señor Wanderbil.. le
decía a mi marido que estas cortinas de las ventanas son fabulosas.
- ¡¡Aff!!…¡Está bien….!
- ¿Dónde las consiguen? ..Aparte me asombra el buen servicio.
- ¡Je!..¡Je!.. bueno gracias
- Al contrario – Dije –Le daré mis recomendaciones al futuro rey,
es perfecto su trabajo
- ¡Gracias!..No encontramos para servirle.
- ¡Ohh! ¿Mira ese cuadro? – Señala Rhini, y fuimos hacia él-
- Si me disculpan.. – Se retira. -
- Al contrario.
El saurio se retiraba. Rhini lo seguía con la mirada.
- ¡Ya se ha ido! No podemos llegar allí tan fácilmente..De hecho
nos ha favorecido el que nos hagamos pasar por invitados. Ya que los monitores sensoriales captan todo movimiento de quien actúe, pero… - Señalo con el dedo mi frente. -
- Pero…
- Tengo una idea que funciona, y que solo me han enseñado en
mi pueblo.
- ¿Qué sería?
- No lo creerás…Yrecoge de su bolsillo izquierdo, una suerte de
perfume. -
- ¿Perfume? ¿Aromatizante?
- ¡No Júpiter!.. no es perfume.. – Y me rocía ello en mi rostro. -
- ¡¡Rayos!!..¡pica!
Rocía luego en todo mi traje, y cuerpo ardía y apestaba. -
- Perfecto ahora lo haré yo - Ella se lanza el fluido del sprite. -
- ¡Rhini..Esto es asqueroso!
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- Es huevo podrido
- ¿Qué tienen ustedes con el olor pútrido y nauseabundo?
- Los sensores de ondas monitoreadas que utilizan los saurios se
basan en las fosas nasales de ellos, que al ser muy sensibles. Se descubrió que ello evita que nos atrapen y los electrodos no pueden captar esto y saca unas piedras – Guárdate una de ellas
- ¿Una piedra?
- Es traída de la tierra.. calamita.. Se imanta, aunque sirve para
romper las ondas. -
- ¿Estamos listos?
- Ahora solo resta ser cuidadosos.
Fuimos recorriendo cada sector de forma minuciosa, teníamos que aguardar el aviso de Gregory.
Aquel estaba firme frente a un guardia.
- ¿En serio? ¿Es que nadie desciende a las mazmorras? – Se
formulaba como pregunta. Para llegar a ellas debían ingresar a un ascensor que bajaría una cantidad de pisos hasta el subsuelo A. En el cual se encontraban todos los presos de carácter político. O eso era lo que mencionaba Mikonos.
Luna estaba sentada en un viejo banco de madera con sus manos tomadas, en posición de rezo. Uno de los carceleros estaba sentado allí, frente a una computadora. Era una cárcel estilo antiguo, con suelos de tierra, y paja, y barrotes de metal, pero a pesar de su capacidad medieval, guardaba tecnología futurista. Las cámaras estaban controlando todo alrededor. Aquel guardia era un robot manipulado por inteligencia artificial.
- ¿Vienes reemplazarme?
- Si, los invitados están algunos en los corredores y otros en el
hall central.
- ¿El príncipe?
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- En la torre X.
- ¿Es allí en donde se encuentra también?
- Si, a la princesa..La están vistiendo las madrinas y sirvientas
para llevarla al capitolio ancestral de la iglesia.
- ¡¡Qué remedio!!..Espero termine todo este bullicio, ya quiero
irme a mi casa.
- Estoy igual..saurio hermano.
Gregory, no pudo evitar oírlos estando al lado de ellos, y dio una señal en morse urgente. Mikonos recibió el aviso. Rhini, recibió de Mikonos. Fue todo urgente, a fin de despistar. Josefina hablaba con uno u otro ser, animando la situación. Su actuar era perfecto, y Tristán descendía cuidadosamente en forma de capullo de larva con la seda de Clarens. Era la operación Gaia, si fuera una película de James Bons.
- ¡Júpiter…Torre X!
Asentí con una leve mirada la indicación de la información. -
- ¡Oh!..señor yo lo conozco – Un invitado. -
- ¿Me conoce? – Pregunté sorprendido
- Usted no es el mercader que vino con las niñas a vender sus
preciosas gemas
- ¡Mmm! – debe estar confundiéndome. Soy Wanderbil ….Júpiter
Wanderbil
- Y yo soy la señora Rhini Wanderbil..
- ¡Ohh!..mis disculpas – Dijo con extraña mirada presuntuosa –
Quizás me haya confundido. Bueno disfruten la boda, como parte de la familia de los saurios, amigo y confidente, estoy para servirles.
- Agradecemos su empeño..y buena predisposición –
Cumplimentó con el agradecimiento Rhini. Y aquel se retiró.
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- Júpiter, vayamos para otro sector.
- Si… - Dije – Gregory, date prisa, con el rescate. –
Aquel mercader escondía un aire malintencionado. El infausto no dudo en acercarse a uno de los lugartenientes, al irse por otra puerta, hasta entrar en la sala de vigilancia
- Estimado teniente Greg, saurio.
- ¿Que se le ofrece?
- Tengo algunas noticias de sospecha.
- ¿Qué dice?
- Familia Wanderbil. En el sector corredor XX.
- Oficial verifique las cámaras y ondas de observación – De
inmediato el oficial saurio comprobaba todo, y no captaba nada.
- ¿Mmm?
- Pero han estado allí.
Las esencias de Rhini estaban dando resultado.
- Veré mi ficha de clientes – Explicó el mercader. Y tomó su móvil
celular. Allí comprobó mi rostro. –Sabía que era él, y pronto se lo mostró al teniente.
- ¡¡Mmmm!! ..verifica la carta de ficha de los Wanderbil
- Si señor – Al analizar, verificaron que eran otras personas
- Ahora el monitoreo de ingreso de carrozas y vehículos
- ¡Demonios..no concuerdan los rostros!..ni tampoco las huellas..
- ¡Je!..¡Je!— ¿Se ha filtrado alguien? Eso es muy malo para el
negocio saurio – El mercader de alguna manera sabía de antemano lo que estaba ocurriendo.
El teléfono de distancia de la ciudad sonó, y uno de los operadores recogió la llamada
- Hola…¿Si?..¿¿Queee??..Nien..lo haremos de inmediato. -
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Y colgó la llamada. El teniente verificaba datos con su otro oficial en la sala de vigilancia repleta de cámaras y y varios solados administrativos de atuendo civil.
- Señor – Dijo el oficial que tomó la llamada sin replicas. -
- ¿Qué ocurre?
- Nos llamaban de la jefatura de la ciudad. Encontraron a un
grupo de invitados del reino Farsalia..
- ¿Y?
- Dicen ser la familia Wanderbil..Un grupo insurrecto los apresó,
y les quitaron sus pertenecías dejándolos maniatados en un
callejón escondido.
- ¿Queee?? Rapidoo..desplieguen un grupo de soldados..Tu
monitorea las cámaras de ingreso..quiero los rostros de todos..si el rey y la reina llegan a saben de lo sucedido, y nos cortaran la cabeza y las usaran para jugar fútbol. -
- Si señor – Dijeron todos
- ¡je!..¡je—parece que esto se va poner interesante. – Dijo el
mercader.
- Silencio..Solo eres un nefasto vendedor de especias del reino
- No creas que puedo guardar silencio
- Puede que no salgas de aquí..
- Puede que haya enviado las señales al móvil del príncipe..
- No te atreverías..
- Es mejor que me retire. – Y se fue por otro sector sin decir
nada.
- Debemos encontrarlos ahora..Antes de que se as grabe el
asunto.
Los efectivos dieron una alarma.
- ¿Está sonando la alarma?
- Justo cuando era mi cambio de turno, veamos ¿qué ocurre?
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Los saurios se fueron y nadie estaba allí, Gregory aprovechaba la situación para utilizar el elevador.
Las cámaras captaron la apertura de la puerta y el cierre. Gregory descendía en cada piso hasta el subsuelo. Con rhini estábamos verificando la situación.
- ¿Señor y señora Wanderbil?
- Los mismos, ¿Qué se le ofrece? – Pregunté frunciendo el ceño
con modales refinados. -
- ¡Vengan por favor!
- Claro.. – Rhini me miró fijamente y me hizo una seña. No
entendía lo que quiso decir. Fuimos hasta un corredor en un cuarto apartado de los invitados, a fin de no alterar la situación.
- ¡Mikonos! - Dijo Caciope y señalo algunos miembros de la
facción sauria. Éste asintió, y fue a Josefina.
- Josefina.. es hora de irnos por otro sitio.
- ¿Qué?
- Se complicó el proyecto. Debemos ganar tiempo para Gregory.
- Déjamelo a mí..damas, caballeros por favor reúnanse aquí..
quiero hacer un gran Brindis pro esta boda maravillosa del futuro rey y la reina y decir unas palabras amenas si me lo permiten.
- ¡¡¡¿¿¿Qué diablos haciendo está loca???!!
- Silencio por favor. Antes que nada reúnanse todos.
Todos los invitados en su mayoría se iban acercando -
- ¡Primero, lo primero..! ¡¡Levantemos las copas..!!
El tumulto hizo que los efectivos produjera una enorme complicación, al acercarse a ellos.
- En este mundo increíble existen muchas razas y criaturas. .yo
he conocido a la princesa y es una de ellas. Una maravillosa
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dama. Un ser indescriptible, y de ello podemos mencionar
muchas más cualidades.. belleza, ternura, capacidad…
Y así Josefina continuaba con una retórica de oraciones aduladoras con suma de adjetivos. Mikonos mientras me daba aviso, pero ya era tarde, nos llevaban a un cuarto separado para interrogarnos. Mientras nos dirigíamos, varios nos iban observando detenidamente. Uno de ellos tomó para realizar un estudio de nuestras anatomías. Todos se miraban con cierto aire de sentir una asquerosidad alrededor. El efecto del líquido de Rhini estaba dando resultados óptimos. El computador portátil no logro captar nada de nosotros, pero la desconfianza era tal que si no hacíamos algo de inmediato podría ser peor.
Gregory llegaba al subsuelo y la compuerta se abría, pero nadie salía de allí. Al dar los pasos la compuerta se cerró. Había un escritorio y uno de los saurios que mudó guardia con el robot, estaba sentado con unos auriculares, captando todo.
- ¿Extraño? La puerta del elevador se abrió y nadie salió de allí.
se incorporó de su asiento y fue hacia ella verificar. – No hay nada. Habrá sido algún desperfecto de la máquina. Regresó a su lugar como si nada y se colocó los auriculares.
Gregory pasó cerca de él reservadamente. Algunas prisiones estaban vacías. Otras tenían especies que parecían hostiles a simple vista.
- Debo hacer algo para poder sacarla de aquí. El guardia tenía un
aparato. Un lector portátil. - ¿Dónde estás luna? – Se preguntó, camino por todo el pasadizo. La gran cantidad de celdas perdían la orientación. Dio la vuelta lejos del guardia que
estaba distraído. Una fragancia lo llevó a ella. – Ese perfume, es único. Aquel que tenía cuando la conocí en la galería. Se fue acercando tímidamente hasta dar con los barrotes del calabozo
295
Al verla no pudo contener la emoción. Encontraba a una dama sentada mirando el suelo con sus lentes, típicos de una erudita de la ciencia. Con su guardapolvos puesto, y un bolsillo con algunas
esencias, y bolígrafos. Con una falda puesta de color oscuro. y calzado común de zapatos. Tenía la mirada cabizbaja, y su perfume le pedía que se acercara.
- Ven aquí.. te he estado esperando…
Gregory no soportó más de la emoción.
- ¡¡Lunn!!..¡Lunaa!
Ella levantó la mirada a las afueras de la celda
- ¿Eh? – miró a todos los alrededores. – debió ser mi
imaginación
- ¡Lunaaa! –chistó Gregory sin hacer ruido algunos
- ¿Quién es? – Se incorporó de inmediato. – No puede ser
- ¡¡Soy yo!!..¡¡Luna!!
- ¡No!, ¡No!. ¿Debe ser mi imaginación?
- ¡¡Claro que nooo..!!¡¡soy yo Gregory…tu escritor!!
- ¡Es mi imaginación!
- ¿Queee no lo eees? – Aclara Gregory. -
- ¡Debo estar loca! –oigo sui voz – Dijo. -
- Había una vez una mujer que miraba por la ventana, y yo la
observaba detenidamente desde las escaleras de un suburbio de un barrio, que nacía en una ciudad, de un país, es un planeta llamado tierra, esa mujer era un destello brillante como la luna, y yo soñaba en escribirle,..como lo que soy Gregory Ray Asimov. -
Las lágrimas de Luna comenzaron a escapar como por arte de magia
- ¡¡No puede ser!!..¡¡Estoy soñando con él!!
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- ¡Y vamos con la tontería de que estas soñando..! – Se dijo
Gregory – ¡¡Uff!! …Tendré que hacerlo – Y colocándose la mano en al frente tomó el chip y poco a poco se iba materializando y ella lo vió luego de mucho tiempo
- ¡¡¡GREGORYYY!!!!
- ¡¡¡¡Shhh!!!!
- ¡¡Perdón!! – Dijo encogiendo los hombros – ¿¿Eres tú??
- Claro que soy yo. Vine a sacarte de aquí.
- ¡Pero..!
- Luego de contaré todo detalladamente. Debemos salir de aquí
de forma urgente y luego por los pactos. -
El saurio vigilante escuchó el ruido, y fue hacia ellos. - ¿Quien anda ahí?
- ¡demonios! Debo desvanecerme. – De los nervios Gregory no sabía cómo colocarse el chips – ¡¿No funciona?!.. ¿Qué ocurre?
- ¿Es lo que pienso que és?
- Apágalo y enciéndelo de nuevo
El saurio se acercaba paso a paso golpeando las rejas.
- ¡¡¡Ey!!!... ¡¡Tuuu!!
- No hay tiempo – respiró hondo Gregory y poco a poco se
desvaneció
- ¿Qué? -¿Dónde está? – Fue corriendo el saurio a la jaula de
Luna. – ¿Tu sabes lo que ocurrió no? - Y cometió el error al abrir la celda, intentando tomarla del cuello – Le daré aviso al comandante Saurio y vendrá por ti –
- Sueltame reptil inmundo
- Ven aquí.. tu sabes lo que pasó.
- La señorita dijo que la suelte
- ¿Eh?..es voz..
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Gregory le asestó detrás un puñetazo que lo lanzó al suelo quedando entumecido
- ¿Qué..qué..fue eso? Y apretó el botón de urgencia de su móvil
- No.. dijo Luna y lo remató de un golpe para dejarlo
inconsciente. Gregory se volvía a materializar.
- ¡¡Gregory!! - Y fue abrazarlo llorando – ¡¡Gregory!!
- ¡¡Lunaa!! Él la abraza a ella y sin remedio le da un beso..que
ella consiente entre los abrazos- ¡perdona por no llegar antes!
- No importa. Estas aquí… debemos irnos pronto.
- El plan es ir por los pactos. -
- ¿Los pactos?..cierto..Para eso fue el invento. Tengo una idea y
tomó del saurio la llave maestra del móvil.
- ¿Qué haces?
- Vamos a soltar a todos los presos..
Jaula por jaula se fueron abriendo y salían bestias y otras criaturas.
- Iremos por el otro elevador de servicio. Con esto
mantendremos ocupados a los oficiales.
- Señor recibí otra señal de las mazmorras, hay problemas con
un recluso
- ¡¡Rayos!! No podía ser peor
- Aquí se han abierto todas las prisiones.
- ¡¡Esto será un desastre!! ¡¡ Que vayan los efectivos ahoraaa!!
Todos salieron de prisa. Josefina seguía discutiendo con su prédica populista de temas falaces.. y entonces como les decía..en mi tierra suelen hacerse bromas como que hace una caja en un gimnasio?.. Quiere ser una caja fuerte.. Aplausos por favor..¡Ja! ¡Ja! - Se ríe ella. – Otro..Tengo un amigo otaku que esta triste..así que lo animé
- ¿Que fue eso? – preguntó Caciope
- Es uno de esos llamados chistes, y que son malos que se toman
como bromas en la tierra – Dijo Mikonos en cuanto mandaba
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los mensajes – ¡Perfecto! Luna ya está libre – Vamos los
pactos y saldremos de aquí.
Luna y Gregory escapaban por el otro ascensor dirigiéndose a la sala de Cancillería.
- ¿Están allí?
- ¡¡Si!!..Dijo Luna. Pero la entrada estará repleta de ellos.
La puerta de la sala de estar del príncipe suena. El príncipe se había reunido con su padre y su madre, y los reyes de las Pléyades
- Entre..
- Con su permiso señor – al entrar, le dio la noticia. La sonrisa
del príncipe megasaurio se modificó.
- Bien..sigan así. retírate
- ¿Pasa algo hijo? – Preguntó el rey
- Nada..de qué preocuparse. Si me disculpan. -
- Por favor -Dijo Jerkes
- Como le decía Jerkes. Una vez que el matrimonio este
consumado, nuestras naciones tendrán mejor productos y un mayor poder de comercialización
- Así lo creo.. eso ayudará a mermar la situación complicada por
la que se ha estado viviendo ¿O no querida?
- Solo rezo por la felicidad de todos – Explicó Milten. -
- Esa felicidad se hará posible – Responde la reina de los saurios.
El móvil del príncipe comunica al Monje.
- Ha escapado, y se han infiltrado ¿Sabes algo?
- Ya nos hemos enterado dijo el monje. Pondré en marcha a mis
súbditos y los magos para ello
- Más te vale… - Corta y comunica a su comandante –¿Estás allí?
- Si señor –
- Ve a la sala de cancillería.
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- Enterado.
- Ahora solo resta sacar de aquí a Gaia.
Las madrinas terminaban su trabajo. Y una sirvienta llego con dos guardias..
- Debe venir con nosotros
- ¿Qué? – Preguntó Gaia.
- Son órdenes – Dijo la sirvienta.
- ¿Y ustedes son la familia Wanderbil?
- En efecto..que pensaba – Le dije
- No lo sé..tal vez que fueran unos impostores
- Imposible, somos los genuinos
- Claro.. – dijo el saurio. Otro de ellos entró y susurró unas
palabras – ¡Bien! Era lo que quería oir. Y nos observan
- ¿Por qué nos miran así?
- Cierre la boca..Señorita Wanderbil o debería decir.. Rhini
Milfed..la asesina. – Expresa rodeándolos.. – llévenlos a las mazmorras --
- ¡¡Gr!! – Se equivoca ..Júpiter..
- ¡¡Te oigo!!…
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- A la cuenta de tres..uno…dos..Y..tresss – Rhini patea con una
velocidad y se lanza contra el otro. Yo recibí un palazo en el rostro dejándome un goteo de sangre en mi cabeza- ¡¡Júpiter!!
- No te preocupes .. – Dije.. Ella fue contra saurio que me
golpeó, al querer defenderme se abalanzaron contra ella, me levante y grité ¡¡Rhini!!, y paté a uno en sus partes bajas.. algo que nunca falla dejándolo fuera de juego, y luego fui contra otro lanzando puñetazos. Dos de ellos sacaron sus armas, y Rhini con sus cuchillas los colocó fuera de combate.. como siempre estaba queriendo utilizar mi sable con el cilindro, errando a os botones ..tenía en mi mano un arma de fuego y comencé a disparar. Venían otros a nosotros.
- - Prepárate Júpiter - Y lanzó una bomba de gas – ¡¡Huyamos!!
La seda de Clarens había dado sus frutos. Desde tan lejos y con un estilo perfecto expulso el fluido hacía el concreto de piedra de una de las torres correspondientes al castillo. La distracción de los robots permitió que aquella se anexase.
- ¿Estás seguro del peso?
- Mi seda es la mejor de todo el reino arácnido.
- Ya veo.
Sin cuestionar Tristán se trepó a ella.
- Libia dice que debe camuflarlo.
- Eso será lo mejor. No te podrán ubicar, ni encontrar con algo
tan espeso.
A medida que Tristán se desplazaba, la fina tela lo cubría. Ese capullo fue una idea de las niñas.
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Luego con sumo cuidado Clarens movía los hilos para que se transportara a la torre. Su capacidad visual y táctil le permitía burlar toda defensa del complejo de torres aledañas y guarniciones.
Tristán ingreso por una de las ventanas destrozando cada monitor centinela. Varios saurios dieron alarma y terminaron luchando contra él. Ellos no eran rival para una raza demoniaca, pero eran demasiados.
- Mikonos, me persiguen - Dijo Tristán
- Mikonos nos persiguen -. Dije. -
- Mikonos nos persigue – Dijo Gregory. -
- Josefina..se acabó la fiesta – nos persiguen – Dijo Mikonos –
Vamos Caciope
- ¿A dónde?
- ¡¡Debemos agruparnos!!
- Bueno y con esto agradezco por todo.. gracias y estaré aquí
toda la semana.. – Se despide ella. Muchos aplaudían y Mikonos la tomó de la mano
- ¡¡Ahh!..¿oye?
- ¡¡Deja los circos!! ¡¡Huyamos!! – Refunfuño y fueron por otro
corredor - No hay remedio, debemos ir por los pactos y huir..
- ¿Y la princesa?
- Solo con los pactos podemos salvarla. – Explicó entre el apuro
de la huida.
- Gregory debemos por aquí. Uno de los saurios les disparaba,
sin poder atinarle – Ahora por allá. Ahí está el elevador XX… - con un salto magistral cayeron en las compuertas. Luna logro apayorar su palma de la mano en el botón indicado y las puertas se cerraban
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- - ¡Uff lo logramos! – Dijo Gregory
- Debemos entra en la puerta de cancillería.
- Dame el chip – Dijo Luna. Él, se lo otorgó. Ella le hizo una
modificación para que funcione. – Bien, tu iras a la caja y yo
los distraeré
- Pero es peligroso.. no te preocupes. Saldrátodo de manera
perfecta– Dijo ella guiñando el ojo. Al llegar al piso la puerta se
abrió y varios saurios esperaban. Solo estaba Luna.
- ¿Qué ocurre? – Pregunta ella con las manos en los bolsillos
- ¿Así que llegaste aquí? - pregunta el comandante – ahora
veraz – Gregory mientras paso entre los saurios con el chip y
abrió la puerta de la cancillería.
- Dame el arma - dijo el comandante y al tomarla apuntó a la
cabeza de Luna que no se lo esperaba.
Ella se quedó muda y pálida, al ver que se acercaba con el arma
- Nos has causado muchos incidentes,científica. Pero ya es
suficiente.
- No te atreverías ..¡¡gr!! – Gruñe ella - Lo siento… - Se dijo
asimismo mirando la puerta en la cual estaba Gregory. De alguna manera ella sabía que podía suceder.
- ¡Noo!.. ¡Lunaa! – Grité Gregory y lo golpeó detrás tumbándolo
al suelo
- ¡Gregory vete!
- No.. - y la toma de la mano y la lleva. Los saurios miraban
desconcertados. Ambos se encerraron en la sala de canciller.
- ¡Uhh! – Luna cerró la puerta con llave. Se oían gritos del otro
lado y forcejeo intentando abrirla. El chip ante el golpe se
averió y Gregory se materializó –
- ¡¡Dios ya no funciona!!....Rápido..¿Piensa Luna. Piensa?..
- ¿Luna donde buscamos?
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- ¡¡Si..ya sé…Ya se…!! Quitó un cuadro de los reyes saurios.. y allí
estaba una caja.
- ¡¡Diablos tiene clave!!
- Son tontos…descuida.
- ¿Qué?
- La clave es megasaurio
- Tan simple
- Ya te lo he dicho..Estudie todo minuciosamente…
Al abrirlo, estaban allí los papiros metálicos. Ella los toma con cuidado y los abre. Al observarlo podía ver todas las firmas.
- Perfecto..¿Y ahora?
- ¿Y ahora?
La puerta se empieza abrir de repente. Solo había una ventana. Gregory se acercó e hizo una seña. Libia, Seren y Clarens marcaron con el espejo. La seda llegó a tiempo, pero era muy fina, para llevarlos a ambos.
- ¡¡Luna escapa!!, ¡¡Debes irte..!!¡¡Debes salir por la ventana y
llévate los pactos, yo los mantendré ocupado!!
- No me iré a ningún lado..
El forcejeo de la puerta cada vez era peor, y se iba abriendo.
- ¡¡¡¡Luna..vete de aquí!!!!..
La puerta se abre..Y entre una humareda aparece una silueta..
- ¿Tristán? – Estaba un tanto herido – ¡Larguémonos! – Dijo
secamente. -
Ambos asintieron
- Al salir corriendo un saurio agarra el tobillo de Luna. Era el
comandante
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- Suéltame, - Le dice con enojo, y lo patea fuerte – ¡Nunca más
vuelvas a tocarme! –
- ¡Vamos! – Dice Gregory-
Todos escapan por el otro corredor. Mikonos se había enterado, pero escapaban hacia las afueras. Nosotros corríamos incesantemente
hasta llegar a la torre principal. Los reyes habían sido llevados a la planta baja listos para los atuendos ceremoniales.
Al llegar allí todo estaba desierto.
- ¡¡Gaia!! – Y fui por ella lo más rápido posible. Abrí la puerta de
cada habitación. Y no había nada - ¡¡Gaia!!..- Grité – ¡¡Gaia!!
- No está aquí – Dijo Rhini - posiblemente la llevaron – Ya es
hora de las nupcias.
- ¿Entonces? – Pregunté con desesperación.
- La capilla de la iglesia.
No dude un segundo y fui hacia el ascensor.
- Espera Júpiter. No seas tonto.. es peligroso.
- No puedo esperar..
- ¡¿Pero?!
- ¡¡No lo haré, entiéndelo, no puedo esperar!! – Le dije con lágrimas –Ya no puedo esperar. Debo ir por Gaia. ¡¡Debo salvarla!!
Ella, respiró hondo con suspiros, e hizo un ademan negativo, como que no tenía arreglo
- ¡No te dejaré solo! – Expresó ella. –
Nos dirigimos entre el espacioso lugar por un atajo que de uno de los
elevadores. Nos esperaban dos de los militares del reino de las
pléyades
- ¡Alto ahí!
- Es la Heraldo Rhini – Dijo uno de ellos. Ambos comenzaron a
temblar
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- Por..por favor..quédense ahí – Nos apuntaron con sus armas.
Rhini solo los miró fijamente para que ambos saliesen corriendo como liebres
- ¡Wow!..¿Esa eres tú?
- Es lo que conocen de mí..
Al llegar al último tramo, fuimos por un montacargas de servicio, descendiendo hasta llegar a cierto piso. Allí teníamos otro problema.
Mikonos, Caciope, y Josefina salían, por la parte principal. Detrás de ellos los perseguían algunos guardias. Los invitados fueron llevados a la capilla de la iglesia a las afueras de la ciudad castillo. Un
contingente de saurios militarizados y pleyadianos custodiaban que nadie se acercase. Las puertas se abrieron en un santiamén. Tristán, Gregory y Luna iban al sector Éste también eran perseguidos.
A llegar a la misma sala. Toda estaba vacía.
- ¡Los ruidos de una carroza! – Escucha Rhini. -
Al ver por la ventana. Puede visualizarla a ella. Un vestido rosado y una corona en su cabeza.
- ¡¡GAIAAA!! – Grité con todas mis fuerzas. -
- ¡¡Es inútil!! – Dijo Rhini. Y unos soldados vinieron a nosotros de
frente
- No me van a detener malditos – Grité, y encendí el cilindro en
una cuchilla grande golpeando a cuanto lagarto se me acercase, Rhini siguió mis pasos.
- Aquí Mikonos cambio.. Nemesio necesitamos que ya envíen los
refuerzos.
- Cambio, Mikonos están en la ciudad llegando a la entrada del
castillo.
- Ya tenemos los pactos – Se comunica Tristán –
- Debemos enviarlos por vía imagen al consejo. De Darknees,
para que hable con la orden y convenza de ello el error.
306
Al cruzar encontraron a los magos y el monje.
- ¿Pensaban ir a algún lado?
- ¿Quién es este tipo?
- Es quien envenena la mente de Jerkes, el monje Sir Ever
- Y sus dos ayudantes. Los magos
Pronto una magia poderosa se gestaba alrededor de Mikonos, Caciope, y Josefina. Intentaron sacar sus armas, pero fue en vano. Tenían una parálisis en todo su cuerpo. El monje se fue acercando a ellos, y tomó el rostro de caciope golpeándola contra el suelo. La gravedad no les permitía moverse
- ¿Dónde están los pactos?
- ¡Maldito!.. Déjala en paz –
- Será mejor que me digan o haré que mis súbditos destruyan
sus cuerpos con la fuerza gravitatoria.
- ¡AHH!.. - la potencia de los movimientos los tenían acorralados.
- Luego de aniquilarlos a ustedes, iré contra ese demonio y esos
tontos terrícolas. Mi plan de tomar ambos reinos no va a fallar. – Pisa la cabeza de Mikonos que se retuerce de odio contra éste. ¿Y tú niña mimada?
- Déjala..a ella – apenas podía hablar Mikonos –
El monje fue y acercó de mano a su cuello, apretándolo cada vez más, y más. Las lágrimas de ella salieron de sus poros.
- ¡¡Nooo!!..¡¡Josefina!!
- ¡¡AHHHH!! – Una explosión ante el temor salió de ella. Y sus
ojos estaban color rojizo, y sus dientes crecían como los de una
bestia
- ¡¡Rayoss!! – la humana es un demonio.. vayan contra ella
Josefina en su transformación lo golpea con tal fuerza que lo deja inconsciente. Y luego se dirige a los magos quebrando la barrera de la gravedad y cayendo encima de ellos y aplastándolos con fuerza.
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- ¡Wow!.. ¿y eso?
- Esa es Nayade – Dijo Mikonos – No creí que iría a despertar –
Josefina se sintió mareada, y se desvaneció unos minutos. Luego abrió los ojos.
- Nada en especial – Dijo Mikonos – Solo una ayuda de alguien.
Estamos bien.
- Caciope, colocó esposas de luz en los magos contrarrestando su
magia.
- Bien hecho Caciope y falta…..¿El monje?
- No lo pude encontrar..
- ¡¡Maldición!! ¡Escapó!
- No te preocupes.. grabe todo.. su actuar..
- ¿En serio?
- Esto ira a los dos reinos – Saca la cinta chip de su móvil - ¡Je!
¡Je
- ¡¡Auch!! .. aún sigue mareada..
En camino llegaban Tristán, Gregory y Luna. -
- ¿Ahí están?
- ¡¡Qué bueno verlos!!
- No hay tiempo de saludos.. Debemos llegar a las afueras del
castillo a la iglesia.
- ¡¡¡Vamos!!!
El rey, y la reina ingresaban primero a la sala.
- Jerkes por aquí –
- ¡Gracias!
- Mi lady - Luego la reina. -
- Agradezco..Querido. Me siento un tanto extraña.
- Si, también me pasa algo..es como si tuviera una jaqueca
repentina.
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- No debe ser nada dice el rey de los saurios, pero también nos
sentimos de la misma manera.
El mareo de los reyes era común, la fuerza de la magia de los magos no influía más en sus mentes..
- ¿Mi hija se está casando? ¿Qué curioso?
- ¡Cariño!..Yo pienso lo mismo…Recuerdo que habíamos armando
un pacto..
El párroco nupcial hacia su ingreso en la sala…
- Todos de pie… - Dijo aquel, y todos se pusieron de pie.. – Con
el permiso de su santidad, del dios, los dioses. De los reyes presentes y los príncipes. Seres de la galaxia…no encontramos aquí para unir a dos seres celestiales del linaje.
La carroza, estaba quieta de pie a la iglesia. Las puertas se abrían y descendía ella, con cierta timidez. Suspiraba con pálpito en su corazón por lo que debía afrontar.
- ¿Hay más soldados? ¿Qué extraño? – se preguntó – Bueno eso
ya no importa -
La novia entraba en la sala principal de la iglesia. Todos lanzaban sus sonrisas. Su padre, madre, y muchos invitados de lujo y linaje. Duques, imperios, repúblicas. El príncipe hacia su aparición desde un costado de otra puerta. Ambos iban llegando a la boca del párroco. Poco a poco se acercaba al estrado frente a quien les daría los votos. El príncipe de los saurios, del reino de Sauria, y Gaia Justina de la familia real de las pléyades. Gaia estaba desconsolada a sabiendas de lo que esperaba.
Nemesio junto a los suyos, logró aplacar a los soldados del primer KKP y el primer de los saurios. Y pronto se acercaban al castillo.
Fui a toda prisa y me encontré con un grupo inmenso de soldados apuntando.
309
- ¡¡GAIIAA!! – Y veía que ella entraba a la iglesia –
Rhini estaba atacando uno y otro y me uní a ella. Estábamos cansados de luchar, pero no podía rendirme.
Varios soldados fueron contra nosotros y los disparos de Mikonos, Gregory y Caciope lso detuvieron.
- Creo que necesitan ayuda.
- Nunca viene mal – Dije respirando apenas. -
Tristán se lanzó con su espada contra otros. Pero el número era inmenso.
Entramos en batalla. Cada uno luchaba los mejor que podía. Nos cubríamos de los disparos. Nos desplazábamos de un lado a otro para confundirlos. Sin embargo parecían reproducirse.
- ¡¡NOS SUPERAN EN NÚMERO!! – Dijo Tristán. -
- ¡¡LO SÉ!! – Se expresó Mikonos entre desconciertos y
desesperación – ¿Si tuviéramos un poco más de tiempo?
Gaia, llegaba al estrado, y el príncipe estaba junto a ella.
- Nos reunimos aquí..Para en eterno matrimonio, unir a las dos
razas bendecidas – El párroco dijo las palabras y una oratoria escueta. Tenemos a Gaia Justina, como la futura reina y al Megasaurio futuro, rey..
Desde afuera se oian ruidos de disparos.
- ¿Qué ocurre?
- ¿Algo pasa allá fuera?
Uno de los saurios, calmó la situación.
- Disculpen las intromisiones..Son solo algunos ruidos de fuegos
artificiales
- ¿Fuego artificiales? - Dijo Jerkes frunciendo el ceño
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- ¡¡Ehh!!..Estem..sip… - Dijo el príncipe de los saurios.
- ¿Podemos continuar entonces?
- Claro..por favor el tiempo apremia – Dijo
Gaia, estaba un tanto confundida.
- ¿Fuegos artificiales?
- Tu Gaia..Princesa de las Pléyades.. aceptas como esposo a
Megasaurio..
Ella asintió con pocas ganas sin levantar la mirada
- ¿No escuche bien?
- Si….. –Dijo guardando el silencio para ella. –
- Y tu Megasaurio, príncipe de los Saurios. ¿Aceptas por esposa a
Gaia Vida Justina?
- ¡¡Siii!!… - Afirmó rotundamente, sin pausas.