—Nunca lo he visto sonreír así antes... —La protesta de la recepcionista llegó a sus oídos, probablemente compartida con otro empleado que acababa de entrar. No pudo evitar soltar una risa mientras entraba al ascensor.
Aguantando las complejidades de su exnovia hasta navegar los obstáculos inesperados lanzados por su propio hermano, su relación había resistido tormentas que habrían destrozado a muchos. Sin embargo, en lugar de debilitar su vínculo, estos desafíos solo habían estrechado lo que tenían juntos. Aún así, un pensamiento persistente tiraba de él.
No podía evitar pensar cuánto se había dejado preocupar por asuntos concernientes a Stella. Ella se había incrustado en su piel, como una comodidad familiar que no había anticipado. Al principio, su arreglo había sido solo eso —un arreglo, un medio para un fin. Pero ahora, al repasar su trayecto, se dio cuenta de que, en algún punto, las fronteras se habían desdibujado.