Cristóbal se acercó a Viviana y colocó suavemente su mano sobre su brazo, ofreciendo apoyo y seguridad. Sabía que el peso de su plan era pesado, pero tenían que mantenerse fuertes y apoyarse mutuamente.
—Viviana, sé cuánto te importa Eddie, pero ahora tenemos que ser cautelosos —dijo—. Tenemos que concentrarnos en nuestra misión y mantener nuestras verdaderas intenciones ocultas. No será fácil, pero es la única forma de descubrir la verdad.
Viviana asintió, las lágrimas llenándose, pero las limpió con determinación. Enderezó su postura, invocando su valentía y energía. Se hizo una promesa silenciosa de mantener sus emociones bajo control, sabiendo que su plan dependía de su habilidad para engañar al enemigo.
Tomando una respiración profunda, Viviana colocó una sonrisa forzada en su rostro, tratando de recuperar la compostura. Cristóbal admiró su valentía, consciente de la lucha interna que estaba enfrentando. Le apretó suavemente la mano.