Cuando Lance vio la hermosa carita de Isabel, se quedó atónito por un segundo.
Resultó que su suposición estaba en lo correcto aquel día. Isabel realmente era hija de Yvette.
Era hija de ella y de aquel hombre.
Este hecho hizo que su corazón se rompiera un poco y apenas podía respirar.
La niña pequeña y adorable saltó directamente a los brazos del hombre desde el asiento del coche.
Isabel había enredado sus regordetes brazos alrededor del cuello de Lance y preguntó de una manera increíblemente natural.
—¿Papá, has venido a verme?
La cercanía de Isabel sorprendió un poco a Lance.
Para ser honesto, aparte de Yvette, no le gustaba ser tocado tan íntimamente por ningún adulto o niño.
Inesperadamente, Isabel miró fijamente a Lance, sin intentar disimular su amor. Isabel de repente abrazó más fuerte a Lance.
—¡Bah!
Su boquita roja y suave tocó la mejilla de Lance.
Isabel estaba realmente satisfecha con el "Papá" que había elegido para sí misma.