Chapitre 23: Todo sigue igual
Narra Dante
Después de terminar mi comida me puse a contestar todos los mensajes que las chicas me habían mandado, todavía no estaba seguro si contarles que casi me devoran vivo por ir al instituto, lo más probable es que me regañen, así que mejor dejamos eso en suspenso por ahora.
La primera con la que hablé fue Anya, necesitaba saber cómo se encontraba ella y que todo estuviera en orden, la imagen de ella siendo una bestia salvaje e incontrolable me preocupa un poco la verdad.
—Todo está bien, cariño, no te preocupes, ni siquiera fui al instituto hoy, mi padre no quiso que fuera, dijo que era mejor perderme un día de clase a arriesgarse a que me saliera de control.
—Nunca creí que diría esto, pero estoy de acuerdo con tu papá.
—Jajaja yo tampoco, pero es bueno que por fin tomara una buena decisión para variar.
—Si, imagino que él está en casa también.
—Aquí está, descuida, está en el patio trasero, aprovecha este día para dedicarse a su pasatiempo.
—¿Cuál es?
—Armar aviones y botes a escala.
—¿Es en serio? —dije mientras soltaba una carcajada.
—En serio jajaja, no entiendo que haya de divertido en eso, es como armar rompecabezas, solo que más complejos y más caros.
—Jajaja es verdad.
—Pero bueno, lo que sea que lo mantenga entretenido y me permita hablar contigo tranquilamente será bueno.
—Lo mismo digo.
—¿Y qué tal tu mañana? ¿Tu mamá salió de la casa?
—Si, quiso ir a ver algunas cosas, cuando me desperté ella ya no estaba, ya me había dejado el desayuno listo, así que solo lo recalenté y me puse a desayunar.
—Awww te consiente demasiado.
—Nah, simplemente es una cortesía, es todo, yo haría lo mismo por ella, ella lo sabe.
—Jaja supongo que sí.
—Oye ¿Y tu mamá si fue a trabajar?
—Si, ella sí.
—Supongo que los abogados nunca descansan.
—Un poco, aunque en este caso fue porque es mujer y ella sí puede salir por el día de celo.
—Sabes, siempre creí que ese día de celo era un mito.
—¿No pasaba esto en Japón?
—No, no sé a qué se deberá, pero no hacíamos eso, simplemente las furries que había faltaban y eso era todo, se reportaban como enfermas.
—Ah, pero si tomaban sus medidas con ellas.
—Si, pero no se hacía todo un protocolo como aquí, simplemente les daban día libre y listo.
—Ya veo.
—Aunque imagino que debe ser difícil lidiar con eso ¿No?
—La verdad es que sí, es un impulso feroz que está dentro de ti, que provoca que actúes y pienses de forma en la que no lo harías normalmente, te conviertes en alguien totalmente diferente.
—Wow, eso suena salvaje.
—Créeme, Dante, si te tuviera aquí conmigo, no saldrías vivo de esta.
—Estás exagerando ¿Verdad?
—Nop, hablo totalmente en serio, de hecho, de solo pensar en tenerte aquí me estoy poniendo rara…
Carajo, sí que les pega fuerte esa cosa a ellas, cuando dijo eso solo recordé como esas chicas casi me comen de pies a cabeza, debo agradecerle a Ivonne la próxima vez que la vea.
—Relájate Anya, no quiero que destroces tu casa por pensar en esas cosas.
—Tranquilo, estoy bien…creo…
—Mejor hablemos de otra cosa ¿Sí?
—Si, sí, es lo mejor.
Rápidamente cambiamos de tema, seguimos hablando unos cuantos minutos más hasta que su padre la llamó y tuvo que irse, nos despedimos amorosamente y colgó la llamada.
Por la mente se me pasó el llamar a Taylor, pero recapacité y me di cuenta que quizás no era lo mejor por ahora, así que preferí llamarle a Glorland para decirle que todo estaba bien por acá.
—Me tenías preocupada, te dejé un montón de mensajes y ni siquiera te cayeron, cuando casi siempre respondes al instante.
—Lo sé, lo sé, lo siento, mi celular estaba descargado, anoche llegué tarde y simplemente me dormí y se me olvidó dejarlo cargando.
—Bueno, dime que al menos no fuiste tan tonto de ir a la escuela hoy.
—No, no, ¿Cómo crees? Por suerte no pasó.
Soy consciente que podría contarle a Glorland lo que me pasó sin problemas, pero no quiero arriesgarme, no es que tenga algo que ocultar, pero no me es fácil contar que unas devora hombres me arrinconaron y una de ellas me lanzó desde el aire para luego ver a dos de mis amigas amasándose en un gimnasio.
—¿Cómo va el negocio de tu mamá?
—Pues apenas va empezando, no me ha dado muchos detalles, pero espero que todo vaya bien hasta ahora.
—Me alegro, sé que le irá de perlas a ella, es de las que se esfuerzan mucho por conseguir sus metas.
—Lo sé, por eso la admiro tanto. ¿Y qué hay de ti? ¿Has seguido hablando con Devin?
—Si, hablamos bastante seguido, a veces por su trabajo pasa muy ocupado, y al vivir en diferentes ciudades pues se nos hace complicado el vernos, pero por lo demás todo bien con él.
—¿Y ya son novios? ¿O todo sigue igual desde la última vez?
—Pues todo sigue igual, aún no somos nada "oficial", pero pues, creo que ya nos vemos como algo más que simplemente amigos, igual no queremos adelantarnos y apresurar las cosas.
—Entiendo, si no están seguros de dar ese paso lo mejor es que esperen.
—Si. ¿Y tú qué tal? ¿Ya arreglaste las cosas con tu "papito suegro"? Jajaja
—Pfff, para nada, hasta donde sé ese viejo me sigue odiando, y si no me odia, pues le caigo mal, todo sigue igual.
—Jajaja rayos, bueno, pues tendrás que arreglártelas como puedas.
—Lo sé, es mi única opción, lo quiera o no tengo que entenderme con ese tipo, si quiero que Anya sea mi novia oficialmente a todos los efectos tengo que hacerlo.
—Tienes razón.
Siendo sincero, no seguí pensando en eso en lo absoluto, preferí ignorarlo por el momento, es cuestión de tiempo para que él de su brazo a torcer, sé que estoy en lo correcto y que no he hecho nada malo, así que el que debe abandonar esa postura tan testaruda es él.
—Oye Dante, me tengo que ir, fue bueno hablar contigo.
—Dale Glorland, está bien, ve con cuidado.
—Adiós.
—Bye.
Colgué la llamada, la verdad me hizo bien hablar con Anya y con Glorland, había muchas cosas en las que debía pensar.
Primero ¿De verdad podría contarle a alguien lo que me pasó hoy? No es como que haya quedado traumado o algo por el estilo, más bien es que no estoy seguro que pueda decirlo con naturalidad.
Segundo, no puedo permitir que algo como lo de hoy vuelva a pasarme, me vi completamente superado, de haber sido algo más peligroso podría haberme costado caro, no puede ser que no me entere de algo tan importante, sin duda debo estar más alerta.
Y, por último, tratar de arreglar las cosas con el papá de Anya, sé que él es el que está actuando de forma incorrecta, pero alguien debe actuar de forma madura y considerada, y si él como adulto no asume ese papel tendré que hacerlo yo, por mi bien y sobre todo el de Anya.
Bueno, tendré que ponerme manos a la obra entonces.
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