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3.84% Humanos Contra Demonios.- ¿Soy realmente un chico perfecto? No lo creo / Chapter 11: CAPÍTULO 11- De vuelta a Soular.

Chapitre 11: CAPÍTULO 11- De vuelta a Soular.

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 11

Mientras vamos volando, recibo una llamada y contesto.

Es mi abuela… Supongo que ya se enteró de que su nieto se fue a la guerra.

… Ah, en serio… Solo quiero unos días tranquilos… No he tenido ningún día bonito desde la muerte de mi abuela.

—¡¿Qué está pasando?!- Dijo mi abuela.

Por el tono de su voz, creo que está muy asustada y preocupada.

… Se siente bien que alguien se preocupe tanto por ti.

—Abuela, no puedo hablar, por favor, no me hablen ahora. Estoy a punto de pelear con tres reinos.

—¡¿Qué?!

—Luego te cuento.

—Está bien… Ten cuidado, por favor.

—Lo tendré… Estaré bien, no te preocupes… Supongo.

—¡¿Supones?!

Cuelgo y guardo mi teléfono.

—Tendré mucho cuidado…

Unos minutos después.

Después de volar por varios minutos, vemos a un gran ejército. Son miles de aventureros. Calcularía que son más de 100,000 aventureros.

… Bueno, les digo aventureros, pero lo más probable es que sean ciudadanos que fueron obligados a pelear.

—¡¿Todos ellos nos atacarán?!

Saco mi teléfono y tomo una foto.

Es la primera vez que veo a tantas personas juntas. Parecen pequeñas hormigas desde esta altura.

—¡Son miles! ¡Genial!

Dos dragones se dirigen a nosotros.

¡Genial!

—¡¿También tienen dragones?!

Les tomo una foto.

—¡Increíble, este ejército es muy fuerte!

Nos lanzan esferas de fuego. Las esferas salen por su boca, como los típicos dragones de las historias.

—¡Huye!- Dijo Louise.

Esquivo las esferas de fuego rápidamente.

Oh, cierto, no vine a divertirme, vine a trabajar.

—¡Espada Dex!

Tomo la espada con mi mano derecha.

—¡Muslar asio!

Tomo la espada con mis dos manos y con más fuerza.

… Cuando me convertí en ángel, me sentí más ligero y fuerte… Debo intentarlo.

—¡Ángel conver!

Me transformo en un ángel.

—¡Siento como si me volviera más fuerte!

Me dirijo a los dragones e intento atacarlos.

—¡Lo siento!

Le corto el cuello y uno de los dragones cae.

—¡De verdad, lo siento!

Me duele hacer eso, pero debo proteger la seguridad de las personas.

—¡Cuidado!

Los aventureros nos lanzan flechas desde la tierra.

—¡Viens Flam!

Un gran viento forma una barrera frente a mí y las flechas son destruidas cuando tocan el viento.

—¡Cierra los ojos!

Louise cierra los ojos, cierro los ojos y levanto la mano derecha.

—¡Cel Luz sar!

Una gran luz sale de mi mano y dejo ciego al dragón.

—¡Lo siento!

Le corto el cuello y el dragón cae.

—¡Terminemos con esto!

Bajo y aterrizo frente al ejército.

Solo un idiota haría esto, pero si me atacan, puedo escapar fácilmente.

—¡¡Quiero hablar con su líder!!

Los aventureros se dirigen a mí corriendo… Ah, no me dejan otra opción. Yo quiero dialogar como las personas civilizadas que somos y ustedes solo piensan en pelear.

—¡Gres Fer me!

Los cinco Zoriens salen del suelo.

—¡Ataquen, pero no los maten!

Después de todo, ellos fueron obligados a pelear.

… Supongo.

Prefiero evitar matar inocentes.

Muevo las alas y me alejo volando.

—¡Mierda!

Saco mi teléfono y abro la aplicación de mapa.

—¡Vista zelpo!

El hechizo de "vista zelpo" te permite encontrar personas. Solo debes concentrarte en lo que quieres encontrar y te marcará en un mapa el lugar en donde está lo que buscas. Es un hechizo tipo demonio, luz y tierra, solo debes imaginar a la persona que quieras encontrar.

—¡Funcionó!

Se marca con un punto rojo el castillo del Rey Freis… Maldito cobarde.

—¡Él solo mandó a pelear a las personas y no participa! ¡Cobarde!

Veo que los cinco Zoriens siguen peleando.

—¡¡Sigan así!!

Me dirijo a Louise.

—¡Iré al reino del Rey Freis y lo convenceré de detener esta batalla!

Lo convenceré con diálogo y violencia justificada.

—¡Yo iré al castillo e informaré la situación!

—¡Está bien!

Me voy volando de ahí.

Maldito cobarde… Ah, la guerra me trae malos recuerdos.

La tercera guerra mundial provocó la muerte de un tercio de la población… Tal vez más.

No quiero una guerra.

Una hora después.

Llego al castillo del Rey Freis y entro a la fuerza al salón principal.

—¡¡Rey!!

Veo al Rey sentado en su trono y los guardias se dirigen a mí.

—¡Largo!

Toco el suelo.

—¡Crea!

Convierto el suelo en hielo y los guardias se resbalan. Me acerco al Rey volando con mis alas.

Los demás guardias se asustan al ver mis alas y se arrodillan… ¿Están rezando? No soy un Dios.

—Y yo creí que eras un demonio.- Dijo con una larga sonrisa.

—¡Debes detener esta pelea, muchas personas morirán!

—Te daré dos opciones: salva a los semihumanos o salva el reino del Rey Finder.

Eres asqueroso.

—¡Salvaré a los dos!

El Rey Freis empieza a reír.

—¡Los semihumanos no son como nosotros, no nos afectará que ellos mueran!

—¡No me importa, tienes que detener la pelea!

—¡No lo haré!

Pongo la punta de mi espada en su cuello.

—¡Para la pelea!

—¡No lo haré!

—¡Por favor, detente, padre!

Somos interrumpidos por la voz de la princesa.

—¡Padre!

Veo que la princesa nos está viendo.

—¡Para con esto, padre!

—¡No te metas, Kate!

—¡Por favor, no hagas esto!

—¡No me importa lo que digas, vete!

Veo al Rey Freis con odio… Maldita sea, quiero golpearlo.

—¡La pelea contra los semihumanos es una tontería, nuestro enemigo son los demonios, debemos trabajar juntos!

—¡No quiero trabajar con esos monstruos!

Este idiota no entenderá con palabras. Lo convenceré con violencia y tortura.

—¡Demonios!

Tomo al Rey del brazo derecho y me lo llevo volando.

—¡Déjame ir!

—¡No lo haré!

Más de una hora después.

Llego al castillo del Rey Finder.

—¡¡Rey!!

Veo que unos guardias acompañan al Rey Finder. Están en la entrada del castillo.

—¡Cuídame esto, iré por los demás!

—¿Qué planeas hacer?

—¡Los convenceré de detener esto!

A la fuerza.

Tres horas después.

Después de secuestrar al Rey Dreisi y al Rey Ednoc, los llevamos a un pequeño cuarto de tortura. El Rey Finder está a mi lado, me ayudará a convencer a los reyes.

—¡Paren con esta tontería, nuestro verdadero enemigo son los demonios!

—¡No nos importa!- Dicen los tres.

… La estupidez humana no tiene límites… Tanta razón que tiene esa frase.

Pasé una hora tratando de convencerlos, pero es inútil, no puedo convencerlos.

… Monarquía… Sangre real… Debemos reemplazar a los reyes.

… Malditos idiotas. No me dejan otra opción.

—Rey, si ellos mueren, ¿quién tomaría el poder?

—La princesa Kate sería la reina, y como Ednoc y Dreisi no tienen hijos, mis hijos podrían tomar el poder porque son parte de la familia real.

… ¿No tienen hijos…? Oh, es cierto, los reyes son jóvenes todavía… Supongo que creyeron que todavía tenían una larga vida por delante.

—Vaya, vaya… Ya veo… ¡Espada Dex! ¡Muslar asio!

Tomo la espada con mis manos… Me obligaron a hacer esto.

—Última oportunidad. ¡Retiren a su ejército!

—¡No lo haremos!

—¡Prefiero morir!

—¡Nunca trabajaría junto con los semihumanos!

… Soy un asesino, pero esto lo hago por el bien de las personas.

A cambio de la vida de estos idiotas, conseguiré paz para las personas y evitaré muertes.

Otra persona simplemente los encerraría en una prisión o calabozo, pero… Quiero matarlos. No quiero vivir el típico cliché en donde un demonio que se alimenta del odio comience a controlarlos y maten personas inocentes.

—¡¡Idiotas!!

Les corto la cabeza a los tres de un solo golpe de espada… Sé que soy un asesino, pero era lo mejor.

—Lo siento, si no los mataba, miles de inocentes hubieran muerto.

Tomo las cabezas de los reyes… Ah, qué asco.

—¡Ahora regreso!

Unos minutos después.

Los cinco Zoriens ya no estaban y el ejército sigue avanzando. Estoy en mi forma como ángel, por si quieren pelear.

—¡¡Idiotas!!

Aterrizo enfrente del ejército y les enseño las cabezas de sus reyes.

—¡¡Escuchen, por favor!!

El ejército se detiene y parece que no me atacarán.

—¡¡Nuestro enemigo son los demonios, debemos hacer equipo con los semihumanos para derrotarlos!!

Veo que la mayoría se queja de lo que digo. Malditos idiotas, los semihumanos son como nosotros, no somos tan diferentes… Admito que los semihumanos con cuerpo de animal y cabeza humana son raros de ver, pero no son malos.

—¡¡Los semihumanos son como nosotros, debemos trabajar juntos para detener esta pelea!!

El ejército sigue quejándose… ¡¿De verdad son tan estúpidos?!

—¡¡Si seguimos peleando con los semihumanos, los demonios nos matarán fácilmente!! ¡¡Piensen en sus familias!! ¡¡Si siguen pensando de esa estúpida manera, todos moriremos!! ¡¡Niños, mujeres y ancianos!! ¡¡Todos moriremos si siguen pensando de esa estúpida manera!! ¡¡Nuestro único enemigo son los demonios!! ¡¡Dejen de ser idiotas y piensen mejor la situación!!

Veo que poco a poco los estoy convenciendo… Supongo que no quieren morir.

—¡¡Regresen a sus hogares, no habrá pelea!!

Veo que todos se dan la vuelta y se retiran… Vaya, vaya, eso fue un poco fácil… Supongo que ahora que sus reyes están muertos, ya no deben seguir.

—Fue más fácil de lo que pensaba.

Me voy volando del lugar.

—La princesa merece despedirse de su padre.

Le quité el padre a una pequeña niña… Lo siento, pero era necesario.

Una hora después.

Llego al castillo y veo a la princesa llorando en el trono.

—Mataste a mi padre, ¿verdad?

Por favor, no me odies.

—Lo siento, tu padre era una amenaza, él prefería seguir odiando a los semihumanos y morir, que trabajar con ellos y derrotar a los demonios.

—Lo supuse… Era un mal padre, pero, de todas formas, él era mi padre…

—¿Quieres despedirte de él?

—No… No quiero.

—Está bien, Reina.

—¿Reina?

—Tú serás la nueva Reina… Aunque eres muy joven, ¿cuál es tu edad?

—Tengo 12 años.

—La edad perfecta para saber qué es lo correcto. Convence a tu reino de trabajar junto con los semihumanos. Debemos dejar atrás este odio.

—Sí, lo haré, te lo prometo.

Vuelvo a mi forma normal.

Me acerqué a ella y me senté a su lado.

—Hablemos… Deja salir todo.

Ella se está controlando para no llorar más.

—Guardar lo que sientes solo te hará sentir peor… Cuando mi abuela murió, me sentí igual que tú… Había perdido a la única persona que amaba y mi único familiar… Estaba solo… Conozco el dolor que sientes…

Le acaricié la cabeza y comenzó a llorar más.

—Deja de guardarte eso y sácalo.

—¡Uwaaaah!

Ella me abrazó y sus lágrimas ensuciaban mi ropa.

—¡Padre!

La vida puede ser difícil, pero debemos luchar para seguir adelante.

Ese es el sentido de la vida… Luchar para seguir adelante y disfrutar de la vida.

El dolor nos hará más fuertes… O eso me han dicho.

—Estoy aquí para ti.

Pasé una hora hablando con ella… Escuchando sus quejas… Sus ideas para mejorar el reino… Ayudándola emocionalmente.

… Creo que ahora ya se siente mejor.

Yo cometí el estúpido error de fingir estar bien para que las personas no sientan lástima para mí y eso me llevó a intentar suicidarme.

No permitiré que le suceda lo mismo a ella.

—Y después deben conectar esas tuberías a este lugar.

Si quiero que ella cumpla con sus objetivos, la ayudaré.

Le enseñé los planos para construir baños, sistema de drenaje, etcétera… Realmente espero que ella esté mejor.

—Debo irme… Cuídate mucho… La vida puede ser difícil, pero debemos seguir adelante y no rendirnos… No cometas el mismo error que yo.

—Gracias, nos vemos luego.

Realmente espero que ya esté mejor.

—¡Arches Nexus!

Me voy volando de ahí.

El camino que le espera será difícil de recorrer, pero ella es una buena chica… Estoy seguro de que hará bien las cosas.

Más de una hora después.

Llego al castillo del Rey Finder y me dirijo caminando al Rey, que está en el salón principal.

—Este asunto ya está arreglado.

—Muchas gracias, Daniel.

—Debemos hacer Rey y Reina a tus hijos de inmediato, yo iré a Soular.

—¿Irás de nuevo?

Es el momento perfecto para conseguir la ayuda del Rey.

—Sí, convenceré al Rey de trabajar juntos.

—¡Suerte!- Dijo el Rey con una gran sonrisa.

Ahora que no hay más reyes que odien a los semihumanos, es el momento perfecto para conseguir una alianza con los semihumanos.

Los hijos del Rey no odian a los semihumanos, aprendieron a respetarlos porque su padre les enseñó que ellos son iguales a los humanos y no deben ser tratados como monstruos… Ese Rey me agrada.

Unos minutos después.

Entro en la casa y no hay nadie.

—Supongo que también se estaban preparando para pelear.

Entro a mi habitación y tomo el libro que me dio Rose sobre la historia de los humanos y semihumanos.

—Lo necesitaré.

Me cambio de chaleco y de camisa.

—Las alas destruyen una parte de mi ropa. Creo que debo quitármela antes de transformarme.

Qué desperdicio. Tendré que arreglarla o comprar más.

—¿Te irás de nuevo?

Observo a mi izquierda y veo a Rose, que está volando al lado de mi ventana.

—Vaya, vaya, hola.

Abro la ventana.

—Sí, me iré de nuevo.

—Tengo un regalo para ti.

Me da un libro.

—"La leyenda de los tres legendarios héroes". La mayoría de las personas lo consideran solo un cuento, creen que nunca pasó. Léelo y te darás cuenta de que lo que dice el libro es verdad.

—No sé leer, pero conozco a alguien que puede leerlo por mí, gracias.

Me enseña otro libro.

—"El libro de profecías de las hadas". Es un libro escrito por mis ancestros hace dos mil años. En una parte del libro dice: "Cuando los demonios aparezcan, tres aventureros legendarios aparecerán, uno en cada continente". Varias profecías del libro nunca se cumplieron, por eso creí que no importaba. Pero cuando vi que no pudiste usar los otros dos hechizos de espada, me di cuenta de que la profecía se cumplió. Tú estás en el continente dos, por eso puedes usar la espada Dex, el otro aventurero como tú, el que usa la espada Dax, debe estar en el continente uno, y el otro aventurero, el que puede usar la espada Dix, debe estar en el continente tres.

—Pero… Supongo que debo saber lo que dice este libro, adiós. ¡Arches Nexus!

Salgo volando por la ventana.

… ¿Otras dos personas? ¿Vendrán de mi mundo o de otros mundos…? ¿Serán de este mundo…? Debo saber más al respecto.

—Dios nunca me dijo que era el único que trajo aquí, pero tampoco me dijo que trajo a alguien más aquí… ¿Pero también les dio un teléfono? ¿Por qué no pude llamarlos?

Recibo una llamada y saco mi teléfono. Dios me está llamando.

—¿Dios?

Contesto, tal vez resuelva mi duda.

—No hables, escucha. A ti te di un teléfono, a los otros dos les di algo diferente. No te dije que había enviado a otros a ese mundo porque en ese momento no importaba. Puedes reunirte con ellos si quieres. Es lo último en lo que te ayudo, adiós.

Cuelga… Supongo que tiene prisa.

—Bueno, al menos resolvió mi duda.

Abro la aplicación de mapa y veo los continentes… Son enormes, el más grande es el continente 1. Hay dos polos, igual que en mi mundo.

—En este mundo solo hay tres continentes, pero son muy grandes, será difícil encontrar a los demás… Supongo que primero resuelvo el problema con los semihumanos.

Le llamo a mi abuela.

—¡Dani ¿estás bien?! Nos llamaron para pelear, pero nos dijeron que el problema ya se resolvió.

—Sí, tuve que resolver el problema… Escucha, me iré a Soular de nuevo, quiero que entrenes todos los días, diles eso también a las demás, por favor.

—¿Te irás?

—No te preocupes, estaré bien. Entrenen arduamente, yo haré lo mismo. Solo llámame en casos de emergencia, por favor.

—Claro, yo se los diré.

—Por cierto, me enteré de que hay otras dos personas como yo, enviados por Dios.

—¡¿Otros dos?!

—Sí, uno está en el continente 1, y el otro está en el continente 3.

—¿Irás a verlos?

—Tal vez, no lo sé… Adiós, abuela.

—Adiós, Dani, cuídate.

Cuelgo y guardo mi teléfono.

—Otros dos como yo… Creo que, si nos reunimos, nuestro trabajo será más fácil.

Solo espero que no sean personajes de relleno o inútiles.

Realmente necesito mucha ayuda.

Tres horas después.

Soular.

Llego a la casa que construí al lado del pueblo.

—Espero no molestarla.

Toco la puerta de la casa de Meibis… No responde.

—Supongo que está muy dormida.

Estoy a punto de irme, pero Meibis grita.

—¡¡¿Quién es?!!

—¡Soy yo, Daniel!

—¡¡¿Daniel?!!

Meibis abre la puerta y me ve.

—¡Volviste!

Me da un gran abrazo… Bueno, considerando que le ayudé mucho, supongo que me extrañó.

—Lo siento, ¿te desperté?

—No importa, pasa.

Entramos a su casa y enciende las velas.

—¿Por qué volviste?

—Bueno… Acabo de evitar una guerra entre humanos y semihumanos, y vine aquí para convencer al Rey que colabore con nosotros para derrotar a los demonios.

—¡Increíble!

Saco mi teléfono y le muestro las fotos que tomé.

—Eran miles de humanos listos para atacar Soular, incluso tenían dragones.

—¡¿Cómo los derrotaste?!

—No es algo de presumir, pero… tuve que asesinar a los reyes para detener la pelea. Los nuevos reyes son amigos míos y no odian a los semihumanos, podríamos dejar atrás este odio que los semihumanos y los humanos tienen.

Saco de mi camisa el libro sobre los humanos y semihumanos.

—En este libro está escrito la verdadera razón del odio de los humanos y semihumanos. ¿Me lo podrías leer? No sé leer.

—Claro, no hay problema.

Le doy el libro y Meibis empieza a leer.

—Los humanos y semihumanos hemos vivido en paz desde hace miles de años, pero algo pasó entre nosotros y ahora los humanos y semihumanos se odian. Todo empezó desde que los semihumanos se cansaron de que los humanos los vean como seres raros, se cansaron de que los traten mal. Los semihumanos empezaron a vivir juntos a causa de este rechazo. Los reyes empezaron a sospechar que planeaban algo malo y ordenaron mantener vigilados a los semihumanos. Un grupo de semihumanos se cansó de ser tratados así y se organizaron para atacar a los humanos. La pelea duró cinco años y terminó con la rendición de los semihumanos. Los semihumanos sobrevivientes se fueron muy lejos y formaron su propio país. Ahora los humanos no permiten que los semihumanos estén en su país, y los semihumanos no permiten a los humanos en su país… Ese es el resumen que viene en la primera página… Supongo que el resto del libro tiene más detalles sobre la pelea.

—Ahora todo tiene sentido.

—Mis padres me habían dicho que los humanos empezaron a matar a los semihumanos porque nos empezaron a considerar monstruos asquerosos.

—Creo que este libro no miente… Por cierto, ¿por qué vivías en la calle? ¿Qué les pasó a tus padres?

—Fueron asesinados por unos ladrones hace un año. Cuando murieron, mis hermanos me sacaron de la casa y desde entonces vivía en la calle.

—Vaya, vaya… Lo siento.

—No te preocupes.

—Ya es muy tarde, creo que iré a dormir.

—Duerme bien.

Estoy a punto de salir y la volteo a ver… Hay una manera de hacer que los semihumanos confíen en mí… Lo pensé mientras volaba.

—Por cierto, realmente no soy un demonio.

Me quito el chaleco y la camisa.

Ella se sonrojó y se puso nerviosa.

—¡E-espera, creo que primero debemos conocernos mejor!

... Me malinterpretó.

—¡Ángel conver!

Me convierto en un ángel.

—Soy mitad demonio y mitad ángel.

Meibis se acerca a mí sorprendida.

—¡Increíble, eres el ángel Fransme!

Mi transformación desaparece y me pongo la camisa y el chaleco.

—No sé a lo que te refieres, buenas noches.

Salgo de su casa y entro a la mía… Bueno, se la regalé a ella, pero creo que puedo usarla.

—Será un trabajo difícil.

Me acuesto en mi cama.

—¿Debo reunirme con los otros dos?

Al día siguiente, 8:34 de la mañana.

Tocan a mi puerta y me despierto.

—¡¡Daniel!!

Me levanto y abro la puerta.

—Bueno días, Meibis.

—Iré a desayunar, ¿me acompañas?

—No creo que sea buena idea, en tu pueblo me odian.

—No te preocupes, si te conviertes en un ángel no te tendrán miedo.

—Creo que tienes razón.

Debo intentarlo.

Unos minutos después.

Llego al pueblo y los aventureros sacan sus espadas… Otra vez lo mismo.

—¡Largo de aquí, demonio!

Me quito el chaleco y la camisa.

—¡Ángel conver!

Me transformo en un ángel.

—¡¡Soy mitad demonio y mitad ángel!!

Todos me observan sorprendidos, no pueden creer lo que ven.

—¡Los ángeles desaparecieron hace miles de años!

—¡Increíble!

—¡Es el ángel Fransme!

—¡Bajen sus armas!

—¿Ángel Fransme?- Pregunté confundido.

Todos bajan sus armas y mi transformación desaparece.

—¡Gracias!- Digo sonriendo.

Me pongo la camisa y el chaleco. Meibis y yo seguimos caminando y entramos al gremio.

—¡Largo de aquí, demonio!- Dijo la mesera con un tono de asco.

—Maldita sea… ¡Soy mitad demonio y mitad ángel!

Rocco nos ve y se acerca a nosotros.

—Vaya, Daniel, regresaste.

—Acabo de evitar una guerra entre humanos y semihumanos, ¿y así me agradecen?

—¿Evitar?

Nos sentamos en una mesa y le muestro las fotos.

—Ayer en la noche intentaron destruir el reino donde vivía para después venir a Soular y matar a los semihumanos. Lo evité asesinando a sus reyes y los nuevos reyes son amigos míos, ellos están dispuestos a colaborar con los semihumanos para pelear contra los demonios.

—Realmente eres increíble.

—Por eso necesito hablar con el Rey, aunque no sé si me reciba.

—Debes ir al castillo del Rey y mostrarle lo que hiciste.

—¿Crees que me reciba?

—No lo sé, pero no pierdes nada intentándolo.

—Supongo que tienes razón.

—¡Mesera, traiga platos con comida!- Dijo Meibis.

—Está bien, Rocco… Iré.

Unos minutos después.

Salimos del gremio… Ir con el Rey tal vez sea lo mejor.

—Iré al castillo del Rey, ahora vuelvo.

—Ten cuidado.- Dijo Meibis.

—Lo tendré.

Me quito el chaleco y la camisa. Tomo mi ropa con mi mano izquierda.

—¡Ángel conver!

Me transformo en ángel y me voy volando.

—Soy más lento volando así, pero el Rey confiará en mí si piensan que soy un ángel.

El rumor sobre un ángel provocará que los semihumanos confíen en mí. Miles de personas me verán volando... Debo ir volando como ángel.

Saco mi teléfono y abro la aplicación de mapa.

Reviso el mapa… Está un poco lejos, tardaré un poco el llegar.

—Está un poco lejos… Creo que tardaré una hora.

Dos horas después.

Llego a la entrada del castillo. El castillo es enorme, muy enorme… Abarca el tamaño como de tres o cuatro pueblos.

—Si que tardé.

Aterrizo en la entrada y veo a dos guardias, que cuidan una enorme puerta.

—¡Quiero hablar con su Rey, hay algo que quiero informarle!

Los guardias me ven asombrados y entran al castillo… Ni hola me dijeron… Supongo que ver a alguien con alas de ángel es algo demasiado interesante y sorprendente.

Unos minutos después.

Un guardia se dirige a mí.

—Sígueme, por favor.

Empiezo a seguir al guardia y entramos al castillo. Al entrar observo el salón principal, que es enorme, está adornado con flores, pinturas y una enorme escultura de un ángel. Llego con el Rey. Está acompañado por una mujer y dos chicas jóvenes. El Rey es un hombre con cara de gato blanco, no tiene cabeza de gato, solo tiene cara de gato, la mujer es una mujer con el cabello rojo y largo, con cola y orejas de gato. Las chicas son casi iguales, solo que una es más alta que la otra. Tienen el cabello rosa y largo, con cola y orejas de gato. Ambas son muy planas.

—¡Realmente eres un ángel, siempre soñé con ver uno!- Dijo el Rey asombrado… Está realmente asombrado y emocionado, al igual que las chicas… Tal vez pueda usar eso para convencerlo.

—De hecho, soy mitad ángel y mitad demonio.

—¿Mitad demonio?

Mi transformación desaparece y me arrodillo.

—Me llamo Daniel, soy un aventurero que tiene todos los tipos de magia. Mi madre es un demonio y mi abuela es un ángel. Vengo como representante del país Grenfor.

—Escuché de ti, me dijeron que derrotaste a un demonio de un solo golpe.

—De hecho, he derrotado a dos demonios de un solo golpe.

—¿Qué quieres?

—Ayer por la noche, tres de los cuatro reyes del país se unieron para atacar a uno de los reinos que no apoyaba la pelea contra los semihumanos. Los reyes planeaban destruir el reino para luego atacar Soular. Yo lo evité asesinando a los reyes, y los nuevos reyes son amigos míos y quieren colaborar con su país para pelear contra los demonios.

—¿Quieres que nosotros, los semihumanos, colaboremos con los humanos?

—Sé que odian a los humanos, pero debemos dejar el odio a un lado para pelear contra los demonios. ¿Prefiere que sus súbditos mueran asesinados por los demonios?

—¿Esto no tiene nada que ver con las rocas?

—No, pero si yo fuera usted, yo destruiría las rocas.

—Está bien, las vamos a destruir.

Me quedo callado por unos segundos por la sorpresa que me causó esa respuesta… ¿Tan fácil acepta? Vaya, vaya… Supongo que tengo suerte.

—¿Qué dijo?

—Qué las vamos a destruir.

Hay un silencio incómodo por unos 5 segundos… ¡¿Tan fácil?!

—¿En serio?

—Si el ángel Fransme dice que debemos destruir las rocas, nosotros las vamos a destruir.

Otra vez me llamaron ángel Fransme... ¿Será una leyenda de este país?

Me levanto.

—Disculpe, ¿me podría decir quién es el ángel Fransme?

—Es nuestro Dios. Se dice que él tenía todos los tipos de magia y podía transformarse en un ángel.

—¿Su Dios?

—Se dice que él fue quien derrotó a los demonios hace miles de años.

—¿Piensan que soy yo?

—¡Sí, tú debes ser su reencarnación!

Las chicas empiezan a gritar, están realmente emocionadas.

—¡¡Eres increíble!!

—¡¡Incluso eres muy guapo!!

Esto es muy conveniente.

Creo que tengo que seguirles la corriente.

Veo mis manos… Tengo que fingir sorpresa.

—¿Por eso tengo todos los tipos de magia? ¡Increíble!

—Las rocas están escondidas aquí, acompáñame.

Acompaño al Rey a un sótano y veo 5 rocas un poco grandes. Son del tamaño de un microondas.

—¿Son esas?

—Claro.

—Disculpe, ¿el ángel Fransme es su único Dios?

—Es el Dios de los semihumanos, los humanos tienen otro Dios.

—Ya veo. ¡Muslar asio! ¡Espada Dex!

Tomo la espada con mi mano derecha y empiezo a golpear las rocas.

Después de unos minutos de golpear pedazos de roca, terminé de destruirlas.

—Supongo que se acabó.

Mmm... Esperaba que pasara algo genial o misterioso, pero también es bueno que no pasara nada.

Le extiendo mi mano derecha al Rey.

—Espero que dejemos el odio de los humanos y semihumanos atrás.

Nos saludamos de mano.

—Claro, haremos lo que sea por usted.

Es conveniente fingir que soy la reencarnación de su Dios.

Me duele mentir, pero es necesario.

Salimos del sótano.

—Por cierto, ¿me permites ofrecerte algo?

Espero que sea comida, volar me dio hambre.

—Claro.

Toma mi brazo derecho y me lleva con sus hijas.

—Ella es Esmeralda y tiene 14 años, y ella es Charlotte y tiene 15 años.

Esmeralda es la alta y Charlotte es la pequeña.

¡Qué adorables!

¿Se enojarán si toco sus orejas?

—Mucho gusto en conocerte, ángel Fransme.- Dijo Esmeralda.

—Es un placer conocerte, ángel Fransme.- Dijo Charlotte.

—Por favor, díganme Daniel, así me llamo.

El Rey me toca el hombro derecho.

—Escoge a una.

—¿Escoger? ¿Por qué?

—Para que te cases con ella.

Espera… ¡¿Casarme?! ¡No quiero casarme, no las conozco!

—¿C-casarme? Pero apenas las conozco.

—Tienes que casarte con una para demostrar nuestra amistad con los humanos.

... Es cierto... Si la princesa se casa con un humano, eso significaría que los humanos y semihumanos ahora son amigos... ¡Pero no quiero casarme!

—P-pero…

—Sería un honor ser tu esposa.- Dijo Esmeralda con un tono dulce.

—Lo mismo digo.- Dijo Charlotte con un tono más dulce.

... ¡Uwaaaah! ¡Son muy adorables! ¡Lo adorable es mi debilidad!

Las chicas se acercan demasiado a mí.

—P-pero no puedo escoger…

—¿Quieres casarte con las dos? Está bien, no hay problema.- Dijo el Rey.

—¡¿Con las dos?!

Las chicas me toman de los brazos y me abrazan.

—No me molesta compartirte con mi hermana.- Dijo Esmeralda.

—A mí tampoco.- Dijo Charlotte.

Las chicas son muy planas, pero aun así, me sonroja sentir sus cuerpos en mis brazos.

... Debo sacrificarme por los humanos... Debo sacrificar mi dignidad como hombre.

—¿E-está seguro?

—Sí, escoge, ¿o quieres casarte con las dos?

—¡Escógeme a mí!- Dijo Esmeralda.

—¡No, escógeme a mí!- Dijo Charlotte.

—¡Me escogerá a mí!

—¡No, a mí!

Las chicas empiezan a pelear y las separo.

Para demostrar nuestra amistad con los semihumanos, debo casarme con una de sus hijas… Supongo que no tengo otra opción.

Me arrodillo ante el Rey.

—Está bien, para no decepcionar a sus hijas, me casaré con las dos.

Pero eso no significa que las trataré como esposas. Apenas las conozco, las trataré como amigas.

—¡Empezaremos con los preparativos de inmediato!

El Rey se aleja.

—¡¡Sí, nuestro Dios será parte de nuestra familia!!

¡No soy la reencarnación de ese Dios!

El Rey se va y sus hijas me abrazan.

—¡Te haré muy feliz, Daniel!- Dijo Esmeralda.

—¡No, yo lo haré más feliz!- Dijo Charlotte.

—¡No, yo!

Las chicas empiezan a pelear y las separo.

—Esperen, les quiero decir algo. El matrimonio será solo para demostrar que los humanos y semihumanos son amigos de nuevo. No tienen que actuar como mis esposas si no quieren. No quiero obligarlas a estar conmigo.

—¡Pero yo sí quiero ser tu esposa!- Dijo Esmeralda.

—¡Yo también!- Dijo Charlotte.

Las dos chicas intentan besarme, pero sus cabezas chocan.

—¡Charlotte, yo lo besaré primero!

—¡No, Esmeralda, yo lo besaré primero!

Las dos chicas empiezan a pelear y las separo.

—Guarden ese beso para la boda, ¿está bien?

—¡¿Puedo darte un beso en la mejilla?!- Dijo Esmeralda.

—¡Yo también quiero darte un beso en la mejilla!- Dijo Charlotte.

—Está bien… Supongo.

Las dos me dan un beso en las mejillas al mismo tiempo.

—Lo siento, debo irme, regreso mañana.

—¡Te esperaré!- Dijo Esmeralda.

—¡Yo igual!- Dijo Charlotte.

—¡Ángel conver!

Me transformo en un ángel y volteo a verlas.

—Nos vemos luego.- Digo mientras sonrío.

Las chicas se sonrojan y me voy volando.

Minutos después.

Ah, tacharé de mi lista de clichés el cliché de casarse con una princesa que apenas conoces.

Estoy volando sobre un bosque y le llamo a Rose.

—¿Daniel?

—Ya destruí las rocas, ya no serán un problema.

—¿Cómo las encontraste?

—Me confundieron con su Dios, el ángel Fransme, y me dijeron en dónde estaban.

—¿Entonces colaborarán con nosotros?

—Digamos que sí… Aunque tengo que casarme con las hijas del Rey.

—¡¿Te casarás?!

—El Rey me dijo que así íbamos a demostrar que los humanos y semihumanos son amigos de nuevo.

—Siendo sincera, esa es una gran idea. Bien hecho, Daniel.

—Gracias… ¿Sabes algo del ángel Fransme?

—Es el Dios de los semihumanos, nosotros, los humanos, creemos en el Dios Jisas.

—Vivieron juntos miles de años, ¿pero tienen Dioses diferentes?

—Como te dije antes, la historia de Fransme y los otros dos héroes legendarios, nosotros la consideramos solo un cuento, no creemos que realmente hayan existido. ¿Ya leíste el cuento?

—Aún no, adiós.

—Adiós.

Cuelgo y le llamo a mi abuela.

—Hola, Dani.

—Ya arreglé el asunto de las rocas y los humanos y semihumanos son amigos de nuevo.

—¡Felicidades, Dani!

... Ah, espero que no se enoje.

—Solo que hay un pequeño problema, me tengo que casar con las hijas del Rey para demostrar nuestra amistad.

—¡¿Te casarás?!

—¡¡¿Qué?!!

Escucho los gritos de mis compañeras.

—¡¿Te casarás?!- Dijo Alex.

—¡¿Por qué?!- Dijo Rem.

—¡¿Cuándo?!- Dijo Sara.

—¡Luego les cuento! Espera, Dani… Ahora sí, ¡cuéntamelo todo!

—No sé cuándo me casaré, pero no te preocupes, no las trataré como esposas de verdad, solo me casaré para demostrar que los humanos y semihumanos somos amigos de nuevo.

—Ya entiendo. ¿Podremos ir?

—Claro, yo les aviso cuándo será la boda.

—Está bien.

Ah, no se enojó... Después de todo, ¡yo no quería casarme!

Pueblo Dome, Soular.

En un pequeño pueblo, la tierra empieza a temblar.

—¡Terremoto!

—¡Corran!

El suelo se abre y cinco demonios salen del suelo.

—¡Somos libres de nuevo!

—¡Las rocas fueron destruidas!

—¡Estamos vivos otra vez!

—¡Tenemos que festejar!

—¡Los 5 demonios legendarios hemos sido liberados!

—¡Debemos ir con nuestro Rey de inmediato!

Los 5 demonios se van volando.

Daniel creyó que los demonios querían las rocas para aumentar el poder de los demonios, pero no, ellos querían destruir las rocas para liberar a los demonios legendarios... Sí, Daniel cometió un error fatal.


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