Después de la explosión quedaron algunos olores. Durante todo el viaje el gigante persiguió a su objetivo en función del olor. Algunos monstruos parecidos a hormigas ocasionalmente intentaban atacarlo en el camino.
Ni siquiera hizo falta que usara su fuerza. Lo único que tenía que hacer era mirar fijamente a estos monstruos que intentaban atacarlo. Con esto era suficiente para aplastarlos hasta hacerlos polvo debido a la fuerte presión del aire.
Percibía un aroma familiar en estos monstruos. Si se hubiera tratado de un monstruo Cuasi Dios más inteligente, habría notado que algo andaba mal.
Sin embargo, como el gigante estuvo durmiendo durante mucho tiempo, su temperamento se acercaba más al de un bebé recién nacido. Expresaba todas sus emociones a través de sus movimientos corporales. "Cuando esté feliz, compartiré lo que me gusta. ¡Cuando esté enojado, te golpearé hasta matarte!"