Cuando Gao Peng miró hacia atrás, vio un confundido y gordo… Pez azul cayendo al suelo. Esta criatura de cabeza blanca y cuerpo azul con pequeños ojos alertas del tamaño de perlas y dos círculos de rubor en su rostro era un pez gordo.
Sentado en el suelo, el pez gordo estaba mareado. Agachó la cabeza e hizo un sonido extraño con la boca: —Gu, gu.
—Oye, quinientos.
Doradito se acercó y levantó la cola del pez gordo. El pez gordo trató desesperadamente de alejarse.
El pez gordo de repente dejó de luchar y miró a Doradito con sus ojos de pez muerto. La mirada malvada le dio escalofríos a Doradito.
—Este pez… Parece valer más de quinientos dólares.
—Eres un estúpido y repugnante pato con un cerebro subdesarrollado. Rápidamente devuélveme al mar o te daré una probada de dolor, pato calvo. —El pez gordo articuló claramente cada palabra.