La hierba junto a la orilla del lago se movía suavemente. Había algunas plantas acuáticas, pero todo el lago estaba tan tranquilo como podía estar.
Del centro del lago se comenzaron a escuchar sonidos de un aleteo de aves. Una grulla blanca volaba muy cerca de la superficie, luego se acostó cómodamente en el agua.
Flamita cerró los ojos e hizo un sonido con su garganta para mostrar lo cómodo que se sentía en ese momento.
—¡Cua! ¡Cua!
¡Qué cómodo estaba!
No permitir que una hermosa grulla blanca, como yo, nadara en un lago tan hermoso era simplemente una tortura. Ese gran dragón gordo finalmente se ha ido por un rato. ¡Seré el rey de este lago por unas horas!
Flamita se zambulló en el fondo del lago y nadó hacia arriba, creando un hermoso rastro de agua detrás de él.
Gao Peng pensó de repente: ¡La grulla gruesa se hace pasar por rey por la ausencia del Dragón Blanco!