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66.66% Entre Dioses y Titanes / Chapter 1: 1- Caída

Chapitre 1: 1- Caída

Hoy cuando desperté pensé que este sería otro día más. La voz de mi esposa me despertaria para desayunar juntos antes de comenzar el día.

Usualmente vendría apenas terminara, mi subordinado Klaus para ponerme al tanto del reino y las tropas, después entrenariamos y echaría un vistazo a alguna tarea que necesitara mi presencia.

Pero hoy no tuve esa mañana. Apenas desperté lo primero que oí fue la voz ronca de Klaus, avisando que nuestros enemigos jurados nos atacaron, después de treinta mil años volvieron. Aunque nos hayamos preparados desde la última vez los nervios y ansiedad no van a ser controlados del todo.

Mientras Klaus me ponía al tanto de la situación, sentia la mirada intensa de mi esposa, podía sentir su desesperación, ella sabía lo que este ataque significaba, la continuación de una guerra que ha durado millones de años, que ha llenado lagunas de sangre en mayor cantidad que los lagos de todos los planetas. Es un legado heredado desde los tiempos antiguos, algunos los toman como una tradición, otros como una oportunidad, pero la gran mayoría lo ven como una calamidad.

Desde el día que inicié mi camino en la travesía del poder supe que en algún momento debería enfrentar este momento, sin embargo nunca pensé que sería desde tan alta posicion. Cuando comencé me vi siendo otro guerrero inmortal, de aquellos que escuchaba a los viajeros hablar. Sin embargo mi destino me llevó a ser un Dios, jamás pensé que pasaría de un granjero a un ser divino que tendría un poder envidiado por la inmensa mayoría. Sin embargo solamente yo, y aquellos que comparten mi posición, entienden la presión y enorme responsabilidad que debemos afrontar. Miles de millones de vidas dejan a nuestras manos su protección, mientras ofrecen su sacrifico diario para que sigamos con las enseñanza de nuestros creadores, para que la esperanza tenga otro día y nada caiga en la infinita oscuridad. Aunque no todo sea perfecto la mayoría puede vivir bien, o eso quiero yo creer.

"Klaus, que todo esté listo en 10 minutos, quiero que marchemos lo más rápido posible; lo mejor que podemos hacer es mantener el campo de batalla lejos de los reinos así no les damos oportunidad, procura que podamos llegar con algún otro templo al campo " Seriamente dije, luego volví mi mirada a mi esposa.

"Diana, confía en mí que estaré bien, en mi ausencia cuida de nuestra hija. Apenas acabemos con ellos volveré triunfante junto a ti." Dije mientras sonreía.

Aunque Diana me oyó claramente la preocupación no dejó su bello rostro y me dijo.

"Tu sabes que esto no es algo que vaya a terminar en poco tiempo, ¿como quieres que esté tranquila sabiendo todo lo que ocurrió en el pasado? Promete que cuidaras de ti si sucede algo y vendrás hacía mi, ¿está bien? no te perdonaré si haces algo impulsivo, tu hija y yo estaremos esperándote"

Las lágrimas en sus ojos hacen que mi corazón duela, aún así tuve que fingir una sonrisa y decir.

"¿Pero que dices Diana? Haha, verás que todo saldrá bien, pero si lo necesitas, entonces te lo prometo, si algo sucede pensaré en lo mejor para ti y nuestra pequeña" Me acerqué a ella y la traje entre mis brazos.

"Tu ya me conoces, sabes que puedo y no puedo hacer, también sabes que tengo una responsabilidad. Pero quiero que sepas que si hoy voy hasta allí es para que nada nos suceda" Luego de susurrar a su oído y abrazarla, oí a Klaus decir

"Su majestad, todo está listo; esperamos su orden"

Me di vuelta y después de una última mirada a Diana, me puse mi armadura completa de color negro junto a mi capa blanca, luego partí junto a Klaus hacía el Patio central donde me esperaban los comandantes y mi guardia personal.

"Su majestad!" Todos bajaron la cabeza y saludaron.

"Hm" Asentí.

"Ya llegó el momento caballeros, espero que cuando termine esto pueda volver a ver todas sus caras. Cuento con ustedes para que den lo mejor de sí, millones de vidas están a nuestras merced, no los defrauden"

Dije en voz alta mientras miraba a cada uno de ellos. A la mayoría de estos hombres los conocí en mi travesía, son hermanos de armas que siguen a mi lado hasta el día de hoy.

"Ahora sí, ¡En marcha!"

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"Su majestad, estimamos que los nefilim llegarán en Caradhras en dos días, los serafines del templo de Atlas me han informado que planean llevar el campo de batalla allí y han coordinado junto a los demás dioses hacer el campamento en las cercanías" Klaus se acercó y me informó.

Asenti y luego dije mientras miraba al cielo.

"¿Sabemos de sus números y quienes vienen al baile?"

En la última batalla divina los Nefilim nos habían superado en números ampliamente, pero habíamos cubrido esta falencia con la calidad de nuestros hombres y una mayor cantidad de Dioses y Serafines. Los dioses y serafines son piezas tácticas en la batalla divina, cada número adicional es una fuerza inigualable y pueden cambiar el rumbo de una batalla.

Klaus quedó en silencio unos momentos, luchando interiormente y dijo "Su Majestad, lamento informar que no tenemos idea alguna de sus números y quienes son las figuras que los comandan, todos los exploradores no volvieron y los serafines del templo de Atlas sólo pueden informar su ruta teniendo en cuenta el camino de muerte que han dejado "

Rápidamente bajé la cabeza y miré furiosamente a Klaus.

"¿¡Como puedes decirme eso en este momento!? Como podemos estar yendo a una batalla sin siquiera tener moción alguna de a quienes vamos a enfrentar y en qué número, debías informarme en cuanto antes sobre esto así podría haber hecho algunas medidas para evitar alguna catástrofe. Y que hay con ese informe del templo de Atlas¿¡En que demonios piensan los malditos viejos del templo de Atlas!? Lo único que hacen es mandarnos a nuestra muerte" Mi enojo tenía razón, El Templo del Titán Atlas son los encargados de organizar la protección del plano, estando en la cima del poder. Su rol en las antiguas batallas era la de comandar los demás templos y reinos, mientras también reunían la inteligencia enemiga. Sin embargo está vez no sirvieron de ayuda, la información que ellos dieron era pobre, por no decir nula.

Intenté calmarme luego de ver a Klaus sudar mientras tenía su cabeza baja.

"Klaus, prepara rápidamente un escuadrón para que al menos echen un vistazo de lejos, e informa a los demás dioses que hagan lo mismo, estamos pidiendo morir si seguimos de esta forma" Suspiré mientras intenté ponerme en mi mejor forma.

"No se preocupe Su Majestad, ya he ordenado el escuadrón apenas supe de esto, el dios Jormund me ha informado que en pocas horas tendrá un informe preliminar y lo compartirán con nosotros apenas converjamos los ejércitos en el camino" Klaus dijo seriamente.

"Hmm" asenti

"Al menos el viejo Jormund pudo prever esto"

"ahhh" suspiré mientras cerré mis ojos, luego le dije a Klaus.

"Parece una broma que seamos los seres que tenemos el futuro de nuestro plano, y ni siquiera tengamos idea de nuestro enemigo, en serio, ¿qué demonios piensan los viejos de Atlas? jamás ha sucedido algo a..." De pronto pude sentir la presencia de varios seres poderosos acercándose a una gran velocidad, su energía era fría como si cayera en un infierno de hielo. Mis pupilas se contrajeron y luego grité.

"ENEMIGO ACERCÁNDOSE, TODOS EN GUARDIA PARA LA BATALLA"

luego ordené a Klaus.

"Klaus necesito que avises lo más rápido posible a los demás dioses que se preparen lo de manera urgente, tal vez tengamos que luchar contra varios Dioses Nefilim, también diles que esos viejos se han equivocado con su predicción y necesitamos tomar acción antes que lleguen a zonas habitadas."

"Entendido su Majestad." Klaus bajó su cabeza y luego partió rápidamente a cumplir mis órdenes.

"Grindolf, Rudahr, ¡vengan conmigo!" Llamé a mis dos comandantes, siendo ellos mis únicos dos Serafines son los hombres de más alto nivel entre mis hombres.

'¿Que demonios sucede? Como puede ser que ellos estén aquí, ¡maldición! La escasa información dada por esos viejos está equivocada, debo apurarme y actuar antes que ellos puedan detectar a mis hombres' Me dije interiormente.

A mi nivel, la sensibilidad y mi rango de detección es inmenso, salvando así tiempo a mis hombres.

Salté de mi montura divina e invoque mi alabarda, mientras avanzaba hacia donde detecté las presencias, estaban a una distancia considerable pero para mi esta distancia no significa nada. En menos de un pestañeo aparecí frente a ellos. Entre las colinas, varios sujetos estaban frente a mi vestidos con armaduras y túnicas de color gris, con un emblema de un reloj de arena dorado, eran altos, de piel oscura y cabello plateado, ojos púrpura, orejas puntigudas, sus rasgos faciales harían palidecer a cualquier hombre y mujer que se considerarán hermosos, eran claramente los hijos de Crono, los Darkeven. Entre los Nefilim son una raza comandante, tienen un estatus alto y generalmente en las batallas anteriores eran la élite juntos con los Noctis de Azael.

Los Darkeven se sorprendieron momentáneamente, pero luego recuperaron la compostura y nos rodearon a los tres, luego , antes de que yo empezara a tomar acción, aparecieron frente a nosotros otros tres Darkeven, uno era una mujer, estaba con una armadura escarlata con líneas doradas con un emblema en el centro de un arco plateado, era baja con una figura curvacea y proporcionada, sus pupilas eran un púrpura con franjas doradas, su cara parecía esculpida por los mejores artesanos, era arte en vez de belleza, pero yo no pude apreciar mucho aquello, mi mente estaba enfocada en otra cosa, su energía, ella también era un Dios. Pero no sólo ella, los otros dos Darkeven a su lado también lo eran, el de la derecha era gigante, tenía un físico robusto con gran musculatura, su armadura era también escatlata con líneas doradas, teniendo en la derecha un emblema del reloj de arena de color plateado, tenía el cabello hasta los hombros, sus rasgos faciales eran duros y su forma era cuadrada, tenía una mirada fiera y unos ojos particulares, su iris era completamente blanco. Su energía era furiosa y hacia parecer que destruiría todo en su camino.

El de la izquierda era bajo, vestía una túnica completamente negra, tenía un pelo plateado corto, su cara tenía varias arrugas y era claramente más anciano que los otros dos; sin embargo su energía era fría y serena, como un lago en plena noche de invierno.

La Darkeven del medio me miró fijamente

mientras entrecerraba sus ojos y luego dijo.

"Parece que estamos de suerte Duratiel y Naundalan, seremos los primeros en reclamar el primer Dios enemigo".

El Darkeven robusto solamente bufó y sonrió maliciosamente mientras que el Darkeven anciano río jovialmente y dijo.

"Eso parece señorita Tel'Anas, aunque dejo el honor para usted, yo solo me conformaré con los dos Serafines a su lado, hohoho"

Tel'Anas miró al anciano y luego sonrió sutilmente.

"Agradezco su amabilidad señor Duratiel" Luego fijó su mirada en mi y preguntó.

" ¿Cuál es tu nombre Dios humano? Es bueno saber a quién uno enfrenta"

La miré fijamente a los ojos y respondí friamente.

" El Dios de la Guerra del templo del titán Dragon Leviatán, Ancalagon el Negro"

Tel'Anas sonrió y dijo con desdén.

"Majestuoso, será un placer hacer de aquí tu tumba, Ancalagon. Mi nombre es Tel'Anas, Diosa de la caza del templo del Titán Nix" Luego con sus manos apunto a Grindolf y Rudahr.

"Duratiel tú te encargas de aquellos dos, Naundalan ayúdame con este humano, quiero que esto termine rápido"

Naundalan río y dijo mientras se preparaba para luchar, sacando un hacha de doble cara enorme.

"Ya era hora, ¿y que pasa con esa presentación? Esto no es un baile de nobleza"

Duratiel quedó en silencio mientras usaba sus manos para formar un campo entre el y mis dos comandantes.

"Grindolf, Rudahr, cuidense e intenten hacer tiempo lo mejor posible, voy a intentar acabar con estos dos, si fallo, intentaré hacer un espacio para ustedes así pueden escapar e informar a los demás."

Sin dejar de mirar a Tel'Anas, ordene a los dos mientras sellaba la zona para evitar que los otros Darkeven escaparan.

"Vaya confianza que tienes ahí, tienes dos dioses frente a ti, ¿a caso no conoces la prudencia?" Dijo Tel'Anas mientras me miraba fríamente y hacia una expresión de desprecio.

Sonreí y la miren con desdén.

"No me malinterpretes, para la basura Nefilim como ustedes este Dios es suficiente"

La expresión de Tel'Anas y Naundalan se congeló mientras sus auras explotaron, Naundalan saltó inmediatamente al ataque hacía delante, alzando su hacha de forma vertical, explotando con pura fuerza sin importar sus aberturas. Mientras que Tel'Anas extendió sus manos hacía adelante y expulsó una bola dorada de fuerza espiritual hacia Naundalan aumentando el aura de este y llenando su cuerpo de una luz dorada. Naundalan vio su fuerza aumentada junto a su velocidad.

Inmediatamente salté a bloquear el ataque de Naundalan, mientras llené mi cuerpo de llamas oscuras. Esta es la herencia del titan dragon, su llama única que purga todo lo que hay en este mundo, la llama del Neter. Hubo un choque momentáneo pero rápidamente Naundalan se separó de mí evitando que las llamas tocarán su hacha, luego piso violentamente con su pie derecho, deformando la tierra y creando un cráter de varios metros, mientras agarró impulso para volver a atacar mientras de su frente salió una luz azulada que lleno el área.

Naundalan sonrió y pensó hacía si mismo 'Esta es una de las habilidades únicas de los dioses del Templo de Crono, frente a oponentes iguales o más débiles esta habilidad detiene completamente el tiempo en la zona deseada por mi, veré como se mas ingenia para suprimirlo'.

Ancalagon abrió sus ojos en shock

'no es Bueno' dijo interiormente. Luego aumentó su aura al máximo para evitar la supresión. Al exponer su aura fue como si una explosión hubiera arrasado el área a su alrededor, formando grietas en la luz azulada para luego romperse como si de un espejo se tratara.

Tel'Anas al percibir el cambio en el aura de Ancalagon jadeó y pensó hacía si misma '¿¡Como puede ser que sea un Dios Tirano!? No es bueno, podrá suprimir fácilmente a Naundalan que solamente es un Dios Ascendido, ahora entiendo de donde viene su confianza, ¡demonios!' Luego gritó a Naundalan mientras saltaba hacía Ancalagon.

"Naundalan, ten cuidado, es un Dios Tirano, muy cercano a un Dios Verdadero"

Las pupilas de Naundalan se contrajeron y un sudor frío inundó su espalda

'Maldicion si no estuviera conmigo Tel'Anas moriría miserablemente en manos de este humano, ¿como puede ser que el primer dios que nos encontremos sea un experto de máximo nivel?' Apenas escuchó a Tel'Anas intentó usar el margen de velocidad para estar a una distancia segura y esperar a Tel'Anas. Ancalagon los miró y río en desdén.

Inmediatamente de un salto rompió el vacío y apareció frente a Naundalan.

"Bo!'" Dijo y luego lo golpeó en el pecho con su alabarda a Naundalan.

Naundalan sintió una fuerza inmensa que movió todos sus órganos y rompió sus costillas, destrozando su armadura y saliendo disparado por la energía del choque mientras escupia sangre.

Inmediatamente Ancalagon se volvió hacía Tel'Anas que estaba a menos de un metro de el, e hizo un corte diagonal, fue tan rápido que inmediatamente se escuchó el ruido de un trueno, luego chocó frente a Tel'Anas que uso sus manos desnudas para detener su ataque, haciendo un corte profundo en ambas manos.

Todo esto sucedió en menos de un segundo, las ondas de choque de cada movimiento y aura destrozaron los órganos de los otros Darkeven que los rodeaban, los más débiles murieron inmediatamente debido al aura inmensa de Ancalagon, era una supresión absoluta de poder junto a sus llamas que quemaron sus cuerpos y los dejaron sin ceniza alguna. El resto intentó escapar pero se vieron detenidos por un domo gigante que impedía salir. Inmediatamente se dieron cuenta de la situación en la que estaban y decidieron ayudar a Duratiel, para que este pudiera ir en ayuda de Tel'Anas y Naundalan.

¿Pero como Ancalagon los dejaría hacer esto? Apenas se separó de Tel'Anas, alzó su pié al aire y rompió el vacío, formando un agujero que atraía a todos los subordinados de los tres dioses, luego expulsó alrededor sus llamas del Neter.

Tomando de lleno las llamas, los Darkeven no podían hacer nada frente a un Dios Tirano, la diferencia era abismal y no tenían oportunidad alguna, ésta era la inmensa diferencia entre un Dios y simples seres semi-divinos.

Tel'Anas avanzó hacia Ancalagon, pero esta vez invocó su lanza, y la apuntó para atravesarlo, Ancalagon sin darse vuelta, movió su alabarda y corrió la lanza de Tel'Anas, luego hizo un arco con su pierna derecha para tomar impulso y pateó con su pierna izquierda a Tel'Anas, ésta no pudo evitar ser golpeada en su brazo derecho, siendo inundada por un dolor agudo y sentirlo entumecido. La fuerza del golpe la empujó varios metros a la izquierda. Ancalagon no desaprovechó esta oportunidad y alcanzó a Naundalan que intentaba levantarse.

Naundalan levantó su mirada con horror sólo para mirar la sonrisa malévola de Ancalagon y sus ojos fríos. Su cuerpo sintió escalofríos, luego todo se tornó oscuro y los sentidos abandonaron su cuerpo.

Tel'Anas observó como Ancalagon después de aparecer frente a Naundalan, aplastó su rostro con su pié, destrozando el cuello y cráneo de Naundalan

'No puede ser, es solamente un Dios Tirano, ¿¡Como puede ser que sea tan poderoso!? ¿la diferencia es tan grande?' Mientras ella pensó horrorizada empezó a moverse rápidamente, ella sabía que sola no podría enfrentarlo y lo único que le esperaba era la muerte.

"Los demás no deberán tardar en llegar, con todo este caos habrán percibido nuestras auras" Mientras se murmuró así misma alzó su mano derecha y luego apuntó hacia la dirección de Ancalagon.

Ancalagon sintió que la energía se reunía alrededor de la palma de Tel'Anas; la observó con curiosidad, pero luego sus pupilas se contrajeron.

'¿¡Esta perra no pensará en romper el plano verdad!?' Como si confirmará su pensamiento Tel'Anas movió ligeramente la palma y con esto bastó para que la energía inestable reunida alrededor de su palma se volviera caótica y detonara, rompiendo el vacío y consiguientemente la dimensión hasta destruir el plano, enviando ondas en todas las direcciones.

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A unos miles de kilometros, un hombre de piel blanca, con ojos escarlatas y cabello negro, estaba montado en una bestia con forma de lobo de color negra. Vestía una armadura de color magenta que tenía un emblema de unas alas negras, con una capa violeta. A su alrededor habían varios hombres y mujeres que compartían los mismos rasgos, pero a diferencia de el, no llevaban capaz y su actitud hacia este se notaba servicial.

De pronto el hombre alzó las cejas y sintió unas auras de poder de gran nivel y consiguientemente una distorsión en el plano.

"Vaya parece que hemos encontrado algo divertido ¿Qué opinan si hacemos acto de presencia, mis hermanos?" Dijo el hombre mientras sonreía, sus ojos eran inexpresivos.

Una mujer que estaba más cercana a el respondió.

"Su Majestad Valdyk, al parecer hay un Dios Tirano, ¿cree que sea de los nuestros?"

Valdyk la miró y dijo.

"Esa aura no es de nadie que haya viajado con nosotros, claramente es un enemigo, acompañenme, probablemente vayamos a mover la primer gran pieza en esta guerra" Inmediatamente desapareció y luego lo siguieron 15 figuras más.

Cuando aparecieron lo primero que notaron fue a un Dios Ascendido Darkeven, o lo que quedaba de el, a otra diosa Darkeven y a un humano, finalmente a unos cientos de metros otro dios Darkeven y dos humanos más.

Valdyk dirigió su atención al humano, y alzó sus cejas diciendo

"Vaya, no me esperaba ver en este lugar a un gran experto de la raza humana, ¡Mis hermanos, hoy es su día de suerte ya que veremos la sangre de los descendientes de Prometeo!" Dijo con una voz un poco más fuerte y con un poco de excitación.

Un hombre que estaba a su derecha exclamó.

"Hahaha, vaya regalo tenemos al comenzar la campaña, no todos los días uno encuentra un Dios Tirano sin la compañía de otros dioses"

Valdyk asintió.

"Realmente un regalo, oye tú, Darkeven, puedes descansar que nos encargaremos de esto" Dijo mientras miro indiferente a Tel'Anas

Tel'Anas suspiró en alivio mientras pensó a si misma 'Con estos Noctis puedo estar segura que este humano morirá, si tan sólo hubiera sabido que era un Dios Tirano, Naundalan no hubiera muerto en vano' Luego asintió y fue hacía donde Duratiel estaba luchando frente a Grindolf y Rudahr.

Mientras esto sucedía Ancalagon sintió sudor frío pasar por su espalda.

'Maldita sea, ¿¡como demonios voy a luchar frente a ocho dioses tiranos!? y ¿por qué hay tantos dioses tan adentro de nuestro territorio? ¿Como puede ser que los ancianos del templo de Atlas no los hayan percibido? Ahora si que estoy muerto, debo hacer algo para que los demás ganen tiempo, Klaus seguramente ha sentido el aura de todos estos Noctis, lo primero que debo hacer es ganar tiempo para ellos, tal vez arrastrar unos conmigo' Mientras el afirmaba en su corazón, los Noctis lo analizaban de pies a cabeza, el poder de Ancalagon no era menor que el de Valdyk, esto suponía un peligro si no se tomaban las precauciones necesarias.

Valdyk luego dijo solemnemente.

"Entre los ocho lo atacaremos, ustedes siete van a proveer apoyo en el momento que sea necesario" apuntó hacia una parte del grupo que estaban más atrás, luego sacó una espada de una mano con doble filo.

Los sentidos de Ancalagon gritaron peligro, y en menos de una milésima de segundo aprovechó la brecha en el plano que había y la expandió con su mano.

'BOOOOOOOOOOOOOOOM'

Como si un trueno retumbara, la brecha se expandió, y Ancalagon saltó en ella, no sin antes lanzar una pequeña bola comprimida de las llamas del Neter hacia donde Grindolf y Rudahr luchaban, atacando a Duratiel y la recién ingresada Tel'Anas, hiriendo a ambos. Grindolf y Rudahr entendieron lo que su superior deseaba y atacaron con su mayor poder a los dos dioses, hiriendo fatalmente a ambos. Luego hicieron un salto hacia la brecha siguiendo a Ancalagon.

'Si hoy debemos morir, que sea junto a estos bastardos'

Los Noctis reaccionaron del shock repentino y los siguieron en la brecha desapareciendo de este plano.

Ancalagon entendía el peligro de saltar a una brecha en los planos, lo mínimo sería aparecer en otra parte del plano, tal vez entrar a un universo de bolsillo, y como máximo, desaparecer junto con todo un reino. ¿Pero que más el podía hacer?

'Diana, intentaré hacer lo mejor posible para ti y nuestra pequeña'

-------------------------------◇------------------------------

El cielo de Centauri era pristino y pacífico como de costumbre, las estrellas llenaban el vasto cielo adorando a la Luna, adornando@ de una belleza sin igual.

Hoy era una noche como todas las demás, Sandor había terminado con sus responsabilidades diarias como el joven amo de la casa de los Von Valheimn, una familia noble de larga tradición.

Elena, la esposa de Sandor, lo estaba esperando en su habitación, su esposo tenía la costumbre de quedarse hasta tarde encargándose de las finanzas y que todo estuviera en orden, ésta dedicación era un rasgo que Elena destacaba de Sandor.

"¿Ya has terminado? si sigues así envejeceras rápido Sandor" Elena lo miró y sonrió afectuosamente.

"Aaah si, lamento tardar tanto, pero si no hago nada mi familia seguirá arrojando nuestro futuro al diablo, y aún si envejezco, ¿tu estarás allí conmigo verdad?" Sandor suspiró y luego preguntó.

"hmm" Elena asistió mientras sus ojos formaban dos lunas crecientes y sonreía.

"¿Entonces por qué me ha de importar? Hahaha, oye pero si envejezco rápido ¿no será mejor que procure dejar un heredero?Sera mejor que hoy sea el día que lo creemos, hahahahaha" Sandor río mientras se lanzó a Elena y la abrazaba.

Elena se sonrojó y aceptó el avance de Sandor para luego fundirse en un beso apasionado

La noche pasaba lentamente mientras Sandor y Elena luchaban sin cuartel, en el cielo de Centauri un fenómeno inusual sucedía, nubes se formaban y relámpagos aparecian, rápidamente este fenómeno empeoró, vientos huracanados lo acompañaron, una particular luz llenaba el todo el cielo, como si fuera una aurora. Mientras Sandor y Elena aumentaban la intensidad de su lucha, llegando a un punto culminante, el cielo parecía que iba a caer, relámpagos y rayos adornaban permanentemente el cielo.

Y finalmente Elena:

"Hyunnnnn~~~~"

BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM

Un trueno impactó en medio del clímax de la batalla entre Sandor y Elena, la habitación se lleno de rayos, y una luz cayó entre ambos junto con los rayos, Sandor salió disparado, su pelo negro cambió a un azul eléctrico, sus ojos perdieron el iris para ser dominados por un color turquesa, Elena flotó en el aire mientras todo su cuerpo era consumido en rayos, entre su piel sus venas y arterias podían distinguirse tomando un color turquesa con tintes de los rayos, una luz adorno todo su cuerpo y sus ojos marrones pasaron a un púrpura brilante.

La aurora en el cielo se reunió arriba de la habitación, cayendo sin cesar en el cuerpo de Elena y Sandor, pareció durar una eternidad hasta que la calma finalmente volvió, los cielos se despejaron y el habitual cielo pristino de Centauri estaba allí.

Los criados rápidamente fueron a la habitación de Sandor y Elena, el padre de Sandor, Tywin, corrió a la habitación de su hijo una vez terminada la conmoción. Sólo para encontrar a su hijo y cuñada inconscientes y con cambios radicales en ambos cuerpos.

"Rápido, preparen un carruaje y ayudenme a llevarlos con el doctor Ryze, el sabrá que hacer" Rápidamente actuando Tywin ordenó a los criados, pensando que cada segundo era vital ya que desconocía el estado de ambos.

Una vez los criados pusieron mantas en los cuerpos de ambos y estaban cargando a ambos, Tywin echó un vistazo a la habitación por última vez, notando algo increíble, en medio de donde debía estar la cama de ambos, había una inusual Alabarda negra y dorada clavada en el piso. Aunque shockeado, Tywin ordenó que alguien la levantara y la dejará en su estudio sin más.

Si el hubiera prestado atención estando calmado hubiera visto que en el piso había algo escrito entre una mezcla de sangre y cenizas.

'Diana'.


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