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Ren Feifan asintió. Justo cuando planeaban darse la vuelta y marcharse,
una voz fría resonó detrás de ellos.
—Chico, aquí tienes un consejo: no dejes que otros vean el tatuaje en tu brazo. Si una persona entrometida se da cuenta, podrías encontrarte sin saber cómo moriste.
Ren Feifan hizo una pausa, girando su cabeza para mirar a la madre dragón. Apenas había hecho una pregunta cuando el enorme dragón había desaparecido, dejando solo oscuridad.
Ren Feifan miró su brazo tatuado, frunciendo ligeramente el ceño.
El tatuaje en su brazo estaba constantemente cambiando de patrones. Se había acostumbrado hace tiempo y lo dudaba al principio, pero no sabía por qué estaba sucediendo.
Según el dragón, este tatuaje parecía tener un origen significativo.
—Como sea, vámonos, Huevo. Encontremos la Puerta del Veneno Milenario. Maestro debería estar llegando pronto. Una vez que tratemos con la Puerta del Veneno Milenario, podemos irnos de vacaciones.
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