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Corporación Yu.
Mirando la ciudad desde arriba y elevándose en el cielo, el rascacielos se levantaba en un lugar donde los precios de alquiler eran igualmente altos: El centro financiero de Ciudad H.
Alineados prolijamente en dos filas, los empleados esperaban con paciencia la llegada del "jefe".
*Brummm*...
Un lujoso auto deportivo entró zumbando y se estacionó sin esfuerzo en la entrada del rascacielos.
La primera cosa que se hizo visible fue un par de piernas de aspecto estilizado, envueltas en unos pantalones negros de traje; Pisando el suelo, éste par de piernas parecía también haber entrado y pisado los corazones de todos.
Cuando las perfectas características faciales del hombre fueron reveladas, las personas presentes no pudieron evitar contener el aliento.
Esos distintivos contornos faciales estaban emparejados con dos cejas afiladas...
Sin dejar de lado el aparentemente insondable par de ojos y la leve mueca en los labios, ¿estaba sonriendo o no?
Dondequiera que su mirada se posara, todos, sin notarlo bajaban sus cabezas. Era un acto de inferioridad.
—Joven amo Han...
Las dos filas de empleados lo saludaron al unísono.
Con una mano en el bolsillo, su cabello corto de un negro puro brillaba bajo la luz del sol; Con la atención de todos puesta sobre él, Yu Yuehan volvió a mirar al frente y caminó subiendo las escaleras con lentitud.
La atmósfera parecía ser solemne, con todo moviéndose sistemáticamente hasta que...
—¡Papi! —una voz joven y tierna atravesó el silencio.
Al segundo siguiente, una niña preciosa emergió de la nada. De pie detrás de la multitud, la niña pasó zumbando entre todas las piernas, dio largos pasos, y corrió hacia adelante...
De complexión pequeña, ella parecía tener sólo un año de edad.
Antes de que nadie tuviera la oportunidad de reaccionar, la niña apareció en frente de Yu Yuehan.
—Papi... Papi, Papi...
Como una maldición, esa voz alta y escalofriante retumbó en los oídos de todos los presentes.
¡¿Papi?!
Tan sólo esa simple palabra hizo que todos entraran en un ataque de histeria.
Era algo muy conocido el hecho de que Yu Yuehan no deseaba a ninguna mujer.
Por lo tanto…¿cómo podía ser padre de una niña de pronto?
—¡Suéltame! —dijo Yu Yuehan en una voz tan fría como el hielo entre sus dientes apretados. Al mismo tiempo, bajó la mirada hacia la niña de aspecto tierno que estaba abrazando sus piernas.
Su molestia era detectable visiblemente.
Nunca había posado sus manos sobre ninguna mujer, ¡así que tener un hijo era enteramente imposible!
Los guardaespaldas alrededor de él despertaron con su voz cruel. Se apresuraron a avanzar y se prepararon para alejar a la niña...
Apenas extendieron sus manos, captaron un vistazo de algo y se congelaron.
Reaccionando como si hubieran visto algo embrujado, sus ojos se ensancharon.
—Han... Joven amo Han... Esta niña...
—Buah, buah...
La niña lloraba ruidosamente junto a las exclamaciones de los guardaespaldas.
Haciendo un mohín con los labios, la niña lloraba miserablemente. Era como si supiese que no la querían.
Las lágrimas salían sin control de sus grandes y aguados ojos.
En el instante en que miró hacia arriba, su rostro delicado y diminuto fue revelado a la multitud.
La gente apenas pudo controlar una exclamación en voz alta. ¡Esos rasgos faciales eran horrorosamente similares a los de Yu Yuehan!
De todos modos, no eran los rasgos faciales de la niña los que causaron que los guardaespaldas fueran embargados por el miedo, sino el trozo de papel colgando del pecho ésta...
—Joven amo Han, un reporte de prueba de ADN está pegado a la niña —El guardaespaldas tomó el papel con cuidado y se lo entregó a Yu Yuehan.
Mientras éste leía el contenido del reporte con concentración, sus profundos y expresivos ojos se dilataron de pronto. Arrugó el reporte en un puño con fuerza.
—¡Cierren éste lugar y encuentren a la madre de la niña!.