La cosa era que el director ejecutivo Qin no tenía ninguna intención alguna de frenarse a sí mismo luego de que dijera eso.
Él, rápido, añadió: —¿Cuál fue tu rango la última vez?
Los dedos de Fu Jiu se detuvieron. De verdad no quería responder esa pregunta. Él simplemente le estaba tirando una bomba a ella.
Tenía la sospecha de que ese dios estaba haciendo eso a propósito. Era muy probable, de acuerdo con la personalidad astuta del Todopoderoso.
De verdad, no se podía engañar a ese hombre al responderle los mensajes.
Fu Jiu decididamente puso el teléfono de vuelta en el escritorio.
Pronto, algo más apareció: —Tienes cincuenta estudiantes en la clase. Por lo menos puedes entrar entre los primeros cuarenta y cinco, ¿no?
Fu Jiu seguía sin decir nada, pero, ¡en ese momento estaba totalmente segura de que ese dios le estaba haciendo eso a propósito!
—¿Primeros cuarenta y cinco?
El lindo rostro de Fu Jiu estaba todavía más abatido.