Las palabras no podían empezar a describir la intensidad de la ira de Gerald. No quería nada más que hacer pedazos a Atticus; solo quería proteger a su hermanito.
Gerald sabía que su hermano estaba lejos de ser perfecto; sabía que estaba lleno de problemas. Gerald había perdido la cuenta de las veces que había visto al pequeño torturar a guardias y criadas en su sector.
Era un psicópata y le había sacado de muchas situaciones problemáticas.
Pero a pesar de esto, no disminuía su amor por su hermanito. Era familia.
Gerald nunca se había preocupado por luchar por la posición de jefe de familia o por convertirse en el heredero. A pesar de que muchos de los ancianos de la familia intentaban crear una división e inducir una pelea entre ellos, siempre los ignoró, solo queriendo disfrutar de su vida relajada con la familia, especialmente con su hermano.
Sin embargo, ahora, ese mismo hermano estaba siendo brutalmente golpeado desde todas las direcciones. Eso no podía permitirlo.