El enfoque completo de Atticus estaba en su palma en contacto con la barrera de maná, tratando de diseccionar y comprender los intrincados detalles de la firma de maná contenida en la barrera de maná.
Durante este análisis, ajustaba meticulosamente su propia salida mágica para imitar la firma específica.
Atticus permanecía de pie con los ojos cerrados, sin moverse ni un centímetro durante más de 30 minutos.
Y justo cuando parecía que nada iba a suceder, de repente una explosión de maná irradió desde el núcleo de Atticus, envolviéndolo de inmediato.
Era muy similar a cuando Atticus usaba el arte del manto etéreo, pero si uno miraba más de cerca, podría ver una clara diferencia entre ambas naturalezas del maná.
Al usar el manto etéreo, al igual que el entorno, el maná que envolvía a Atticus sería tan libre y adaptable como el maná natural en el ambiente.