Era de esperarse que mientras Atticus le contaba a Aurora y a los otros jóvenes de Ravenstein sobre la implicación de la familia Alverian, otra brutalidad tenía lugar en todo el campus de la academia.
Lark y los demás de primer año habían sido cazados y brutalmente golpeados hasta quedar hechos pulpa.
Las palabras no podían comenzar a describir el alivio que sintieron los 100 miembros de la división al ser liberados.
Todos se acercaron y se arrodillaron frente a la mansión de Atticus mientras cantaban su nombre y le agradecían.
Atticus, como siempre, ocasionalmente pasaba tiempo con Zoey, Ember y Kael, quienes desde ese día lo miraban de manera extraña.
De vez en cuando hacía referencia al tiempo de un año que le pidió a Atticus que luchara con él, como si quisiera cancelarlo y pelear de inmediato.
Pero después de presenciar la batalla de Atticus con los de tercer año, Kael había confirmado su suposición anterior: Atticus se había retenido mucho durante su batalla.