—¿Está bien si voy a tomar una ducha primero?
Maggie tiró su bolso al sofá y cayó justo al lado de la mano derecha de Jordan.
Él estaba confundido y preguntó: —Señorita Maggie, ¿se equivoca en algo?
Maggie se paró con frialdad y replicó: —¿Me equivoco? Has hecho muchas tonterías. Me sacaste una foto a escondidas y hasta me amenazaste. También me das dinero, ¿no es todo para que te acuestes conmigo?
Desde que se hizo famosa en los últimos dos años, había conocido a innumerables grandes jefes o ricos vástagos que querían acostarse con ella. Estas cosas eran habituales en la industria del entretenimiento.
Jordan se quedó sin palabras durante un rato: —No me refería a eso. Puede que seas ídolo de mucha gente, pero no me interesas en absoluto. La razón por la que te pedí que vinieras y dije que podía pagarte es que quiero que hagas algo por mí.