—Oh cielos, ¿ya estás esperando un hijo? —preguntó Scarlet, sorprendida y conmovida mientras colocaba su mano en el vientre de Aurora, esperando sentir algún signo de movimiento.
—Se tardan meses antes de que un bebé empiece a moverse —señaló Aurora, olvidando momentáneamente que no estaba embarazada. Levantándose, puso una mano sobre el hombro de Scarlet y aclaró:
— No estoy embarazada.
—Pero has tenido relaciones íntimas, así que podría haber un bebé. Vamos a hacerte una prueba —sugirió Scarlet con entusiasmo, sin poder contener la emoción ante la idea de que Aurora tuviera un hijo.
Frustrada, Aurora permitió a regañadientes que Scarlet la guiara fuera de la habitación. No se sentía bien y quizás una revisión no estaría de más.