Aiden ya se dirigía de vuelta hacia la cabaña de madera, su mente repasaba su plan una última vez.
Quería asegurarse de que no había forma de fallar en el asesinato, y todo dependía de una sola cosa, esos frascos que tenía en sus manos.
Sólo podía esperar que todo funcionara. Sabía que había funcionado en Evelynn, de hecho, un poco demasiado bien, así que no estaba demasiado preocupado por esa parte.
—¡Espera, olvidé encontrar una solución para su problema de mana! —Aiden se dio cuenta mientras todavía volaba lejos—. Bueno, ya es tarde.
Aiden sabía que no había otra elección, sabía que David probablemente estaría despertando pronto, o tal vez ya se había despertado. En cuanto a Garestsa, pronto estaría llegando a la cabaña de madera para continuar su entrenamiento.
—¡Solo hagamos que todo esto funcione! —Aiden rezó en su mente, olvidándose completamente de Evelynn por el momento.